El celestial humor recién cuajado
que la almendra guardó, entre verde y seca,
en blanca mimbre se le puso al lado,
y un copo, en verdes juncos, de manteca;
en breve corcho, pero bien labrado,
un rubio hijo de una encina hueca
dulcísimo panal, a cuya cera
su néctar vinculó la Primavera.
Luis de Góngora (1561-1627)
fragmento de 'Fábula de Polifemo y Galatea'
en "Antología"
ed. Espasa-Calpe (1985)
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