"Quizás no sea el mar
lo que hemos presenciado
lo que eleva estas ballenas
a la potencia del aire
y las devuelve otra vez a las profundidades
ignotas en la historia de las aguas–
quizás es el cielo,
aún el paraíso,
y estos animales celestes
con alas de viento y música
que han fijado su imagen
en toda alma terrestre
(ya que nada se olvida.)"
Padre, la puerta queda abierta,
declaró al desembarcar.
Escribió en aquél escritorio
y en el libro que dicen
era el más viejo en la biblioteca
dentro del vientre de la ballena:
"éstos son los animales
que el hombre de antaño,
ciego que guía a otro ciego,
en pasadas épocas, en los antiguos barcos
de mástiles aromáticos,
al oír el canto de las sirenas
creyó ángeles. . ."
'Diario de la Laguna de San Ignacio' (fragmento)
Nathaniel Tarn
en "Una antología de la poesía norteamericana desde 1950"
trad. Jorge Esquinca y María Palomar
ed. Ediciones del Equilibrista (1992)
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