Sucede muy raramente. El eje de la tierra chirría y hace un alto. Entonces todo se detiene : tormentas, barcos y nubes pastando en los valles. Todo. Incluso los caballos en la pradera quedan inmóviles como en un juego inconcluso de ajedrez.
Y después de un rato el mundo vuelve a moverse. El océano engulle y regurgita, los valles despiden vapor y los caballos pasan del campo negro al campo blanco. También se escucha resonante el choque del aire contra el aire.
Zbigniew Herbert (1924-1998)
versión del inglés: Ricardo Messina
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