La escoria es una impureza que debilita al metal; la aleación es una impureza que lo fortalece. El alma, como el oro, si es demasiado refinada o pura se vuelve blanda y no logra mantener su forma. Necesita contener una impureza que le permita endurecerse y conservar una forma identificable. Si el alma cree que está por encima de toda identidad, por ser demasiado pura para tener forma, entonces considerará la aleación del cuerpo como una escoria.
Marion Woodman
fragmento de "Adicción a la perfección"
trad. Susana Rodriguez-Vida
ed. Luciérnaga (1994)
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