Un ladrón viejo no podía dedicarse a su 'oficio' y se moría de hambre. Un hombre rico, al enterarse de su miseria, le envió comida. Tanto el rico como el ladrón murieron en el mismo día. El juicio del magnate se celebró primero, ante el Tribunal Celestial, lo hallaron en falta y lo sentenciaron al Purgatorio. Pero un ángel llegó corriendo a llamarlo cuando estaba a la puerta. Lo condujeron de vuelta al Tribunal y se enteró de que se había anulado la sentencia. El ladrón a quien ayudara en la tierra había robado la lista de sus faltas.
"Entre el Cielo y la Tierra- los maravillosos cuentos Jasídicos"
trad. María Raquel Bengolea y Mario Giacchino
ed. Alfa Argentina (1973)
No hay comentarios:
Publicar un comentario