Es con los dientes limpios, frescos y pulidos del vaso de vidrio que se llevan mejor los labios del agua, luego la lengua y súbitamente el alma profunda del agua, cuando apoyo ese vaso en mi propia boca.
Me gusta menos la dentición tosca y un tanto porosa de las tazas o cazuelas de arcilla o de loza, menos la dentición gruesa de las jarras, menos la dentadura metálica de cálices y cubiletes.
Y la alegre dentición de las tazas de porcelana se adecua mejor, no sé por qué, al aliento caliente del café y de las infusiones.
Francis Ponge (1899-1988)
fragmento de 'El vaso de agua'
en "Métodos"
trad. Silvio Mattoni
ed. Adriana Hidalgo (2000)
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