martes, 12 de abril de 2016

los líquenes







   Yo caminaba entre las ondulaciones de una tierra lavada, los alientos secretos, las plantas sin memoria. La montaña se levantaba, frasco lleno de sombra al que estrechaba un instante el gesto de la sed. Mi huella, mi existencia se perdían. Tu rostro se deslizaba hacia atrás ante mí. No era más que una mancha en busca de la abeja que la haría flor y la declararía viva. Íbamos a separarnos. Tú permanecerías sobre la meseta de los aromas y yo penetraría en el jardín del vacío. Allí, bajo la protección de las rocas, en la plenitud del viento, yo pediría a la noche verdadera que dispusiera de mi sueño para aumentar tu dicha. Y todos los frutos te pertenecerían.


















René Char (1907-1988)
'los líquenes'
en "Común presencia"
trad. Alicia Bleiberg
ed. Alianza (2007)

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