Si los justos quisieran crear un mundo, podrían hacerlo. Combinando las letras de los inefables nombres de Dios, Rava consiguió crear un hombre y lo mandó a Rav Zera. Éste le dirigió la palabra; como el hombre no respondía, el rabino le dijo: "Eres una creación de la magia; vuelve a tu polvo".
Dos maestros solían, cada viernes, estudiar el Sepher Yezirah y crear un ternero de tres años que luego aprovechaban para la cena.
'un Golem'
del Senhedrin, 65, b.
en "Cuentos breves y extraordinarios"
comp. J.L. Borges y A. Bioy Casares
ed. Losada (1976)
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