viernes, 11 de noviembre de 2016

los jugos de la noche






   En tiempos del emperador Mu, de la dinastía Zhou, los del Lago del Oeste hicieron de ofrenda en señal de sumisión unos puñales Kunwu que abrían el jade y unas copas que brillaban sin parar toda la noche. Los puñales, de varios palmos de largo por uno de ancho, cortaban el jade como si fuera barro, y las copas, con capacidad para tres cuartillos, estaban hechas del más puro jade blanco y daban luz toda la noche ininterrumpidamente, tanta que si uno sacaba una al medio del salón de audiencias en mitad de la noche y la levantaba al cielo, los resplandores y los jugos de la noche venían a depositarse en ella y a colmarla, y aquél líquido tenía un sabor inigualablemente dulce y suave. Servía también de objeto ritual para convocar la esencia espiritual de las personas.















de 'Crónicas de los diez continentes'
en "Mitología clásica china"
trad. Gabriel García-Noblejas
ed. Trotta (2004)

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