Ciertas piedras son divinas, imágenes o habitáculos de los dioses, diosas por sí mismas. En Hiete, a orillas del Cefiso, no hay más que piedras en el templo de Heracles. El mismo dios está presente en una piedra informe. En Tespis se venera la más antigua imagen del Amor. Es una piedra en bruto, sin tallar ni pulir.
de 'Piedras de la antigüedad clásica' (fragmento)
en "Piedras"
Roger Caillois (1913-1978)
trad. Daniel Gutiérrez Martínez
ed. Siruela (2011)
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