Cuando el anacoreta hubo acabado de rezar, se levantó y se volvió al príncipe, diciendo:
–Hijo mío. Sé muy bien qué te trae por aquí. Se trata, ¿verdad?, de salvar a tus tres hermanas, que han caído, con sus tres esposos, bajo el poder del mago Tchernucha.
–¿Sus esposos, padre mío? ¿Sus esposos? ¿Es que mis hermanas se han casado?
–Claro, hijo mío. Una con un lobo, otra con un oso, la tercera con un bisonte.
de 'Las tres princesa embrujadas' (fragmento)
en "Leyendas polacas"
trad. Benjamín Jarnés
ed. Revista de Occidente (1944)
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