Así como, oh gran rey, un hombre va de su propia aldea a otra aldea, y de esta aldea va a otra aldea, y de esta aldea vuelve a su propia aldea, y él piensa: 'Yo fui de mi propia aldea a aquella aldea, ahí yo me paré así, me senté así, hablé así, me quedé en silencio así; y de esta aldea yo fui a aquella otra aldea, ahí yo me paré así, hablé así, me quedé en silencio así; y de esta otra aldea volví a mi propia aldea'; de la misma manera, oh gran rey, aquel bhikkhu, teniendo su mente así concentrada, pura, límpida, sin mancha, libre de impurezas, maleable, lista para el trabajo, estabilizada, inmóvil, aplica, dirige su mente hacia el conocimiento de sus existencias anteriores, a saber: una existencia, dos existencias, tres existencias, cuatro existencias, cinco existencias, diez existencias, veinte existencias, treinta existencias, cuarenta existencias, cincuenta existencias, cien existencias, mil existencias, cien mil existencias, múltiples ciclos cósmicos de creación, múltiples ciclos cósmicos de destrucción, múltiples ciclos cósmicos de creación y de destrucción: 'En esa existencia yo tenía tal nombre, yo pertenecía a tal familia, yo era de tal casta, yo comía tal alimento, yo experimentaba tales placeres y tales sufrimientos y tal fue la duración de mi vida. Saliendo de esa existencia, yo renací en este mundo.'
de 'El conocimiento de las existencias anteriores' (fragmento)
en "Dîgha Nikâya - Diálogos mayores de Buda"
trad. Carmen Dragonetti
ed. Monte Avila (1977)
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