¡Ojalá Dios quisiera que todo el mundo conociese con tanta seguridad su genealogía desde el arca de Noé a nuestros días! Creo que muchos de los que hoy son emperadores, reyes, duques, príncipes y papas en este mundo descienden de mendigos santeros y mozos de cuerda; como, al contrario, muchos de los hospicianos, menesterosos y miserables de hoy descienden por sangre y linaje de grandes reyes y emperadores, habida cuenta de la extraordinaria mudanza de los reinos y de los imperios:
de los asirios a los medos,
de los medos a los persas,
de los persas a los macedonios,
de los macedonios a los romanos,
de los romanos a los griegos,
de los griegos a los franceses.
Y, para daros a entender de mí que os hablo, cuido que debo descender de algún poderoso rey o príncipe de antaño, pues nunca visteis a hombre ninguno que tan vehemente deseo tuviera de ser rey y poderoso como yo, con el fin de darme grandes convites, no trabajar, no tener ansia de nada y convenientemente enriquecer a mis amigos y a todas las gentes de bien y de saber. Empero conténtome con esto: que en el otro mundo quizás seré más grande de lo que ahora mismo no osaría ni anhelar. Vosotros, con tales o mejores pensamientos, consolad vuestra desgracia y bebedlo fresco, si puede ser.
de 'Sobre la genealogía y antigüedad de Gargantúa' (fragmento)
en "Gargantúa"
François Rabelais
trad. Camilo Flores Varela
ed. Alianza (1992)
No hay comentarios:
Publicar un comentario