La Tierra, el mundo, el quinto planeta desde el sol, la especie que se sostiene en dos piernas y que anda por esta delgada y húmeda corteza está cambiando. Ya no es la misma. Algunas personas caminan bajo el sol y aceptan ese cambio, otras cierran los ojos, se llevan las manos a los oídos, y niegan el mundo con la palabra. La mayoría se ríe, se burla, se mofa, y señala con el dedo cuando le parece que nadie mira; así obraron los humanos a lo largo de toda la historia. Hemos tomado por nuestra cuenta ese mundo abandonado, y algo nuevo le ocurre ahora a los fragmentos, algo que ni siquiera podemos definir con el vocabulario que nos legaron los hombres. Tienes que darle esta exacta importancia: es indefinible; te implica necesariamente; es maravilloso, terrible, profundo, inefable si quieres explicarlo; opaco si quieres ver a través; sin embargo te incita a viajar, decide tus puntos de escala y de partida, puede impulsarte con amor y odio (...)
...a hacer música.
de "La intersección de Einstein" (fragmento)
Samuel R. Delany
trad. Marcial Souto
ed. Minotauro (1973)
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