Si hubiera que formular la doctrina de la antigüedad, brevemente y apoyándose en una pierna, (...) la frase debería ser: "La tierra pertenecerá únicamente a quienes viven de las fuerzas del cosmos". Nada diferencia tanto al hombre antiguo del moderno como su entrega a una experiencia cósmica que el último casi no conoce. La caída de esta experiencia se anuncia ya en el florecimiento de la astronomía a principios de la edad moderna. Ciertamente, a Kepler, Copérnico y Tycho Brahe no los movieron sólo impulsos científicos. Y sin embargo, poner el acento exclusivamente en la conexión óptica con el universo, algo a lo que muy pronto llevó la astronomía, implica un presagio de lo que debía venir. La relación de los antiguos con el cosmos se desarrollaba de manera distinta: en el éxtasis.
de 'Hacia el planetario' (fragmento)
en "Calle de mano única"
Walter Benjamin
trad. Ariel Magnus
ed. El cuenco de plata (2021)
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