En los últimos días de su vida, nada le gustaba tanto a Rosseau como acostarse en el césped después de una caminata. Hundía su cara en el musgo o en la avena para sentir, decía, "el olor terrestre".
'El olor terrestre'
en "Las paradisíacas"
Pascal Quignard
trad. Carlos Schilling
ed. el cuenco de plata (2016)
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