Por modo extraño, la paradoja es uno de los supremos bienes espirituales; el carácter unívoco, empero, es un signo de debilidad. Por eso una religión se empobrece interiormente cuando pierde o disminuye sus paradojas, el aumento de las cuales, en cambio, la enriquece, pues sólo la paradoja es capaz de abrazar aproximadamente la plenitud de la vida, en tanto que lo unívoco y lo falto de contradicción son cosas unilaterales y por tanto inadecuadas para expresar lo inasible.
Carl Gustav Jung (1875-1961)
'Psicología y Alquimia'
trad. Alberto Luis Bixio
ed. Santiago Rueda (1957)
imagen: ouroboros
Horapollo, Selecta hieroglyphica (1597)
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