lunes, 28 de diciembre de 2015

el hoyo







   Un día estaba Zipacná bañándose a la orilla de un río, cuando pasaron cuatrocientos muchachos con un gran trozo para pilar de su casa; casi no podían con él y Zipacná lo cargó él solo. A los muchachos les pareció peligrosa tanta fuerza y resolvieron destruir a Zipacná. 
   Lo mandaron a hacer un hoyo profundo, pero como él oyó los planes para destruirlo, hizo entonces una cueva a un lado del hoyo, para salvarse. Cuando ya estaba profundo el hoyo los muchachos dejaron caer un gran tronco y Zipacná gritó cuando cayó, pero estaba metido en su cueva. Los muchachos se alegraron creyendo que había muerto Zipacná.


   Muy alegres los cuatrocientos muchachos dijeron: "Dispongamos hacer nuestra bebida de chicha, nuestra bebida fermentada de maíz, para que al estar dispuesta de aquí a tres días, celebremos nuestra hazaña cuando ya se corrompa y hieda Zipacná; veremos si vienen las hormigas a comerlo, así estaremos seguros y celebraremos nuestra fiesta sin cuidado."


   Oyendo esto Zipacná dentro del hoyo, se cortó las uñas y las puntas de los cabellos que las hormigas empezaron a acarrear hacia afuera. Al ver esta señal todos los cuatrocientos muchachos, al tercer día, empezaron a beber chicha, se emborracharon y quedaron sin sentido.


   Zipacná salió del hoyo y derribó el rancho sobre ellos, a todos aporreó y a todos quitó la vida. Muertos de esta manera fueron puestos los cuatrocientos muchachos como estrellas en lugar de las Siete Cabrillas, que por eso se llaman Motz, montón.

   Muy mal sintieron Hunahpú e Ixbalanqué la muerte de los cuatrocientos muchachos, tuviéronlo a desprecio en su corazón y así dispusieron quitarle la vida a Zipacná.














fragmento del "Popol Vuh"
versión Albertina Sarabia E.
ed. Porrúa (1973)

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