Un prefecto recién llegado a su cargo ofreció un gran banquete a los notables de la ciudad. En medio de los vinos y del regocijo, un cantor saludó en estos términos al recién llegado:
–Al antiguo magistrado uno nuevo lo reemplaza, a la estrella de la desgracia, una estrella de felicidad la sucede.
Al oírse llamar «estrella de felicidad», nuestro prefecto, lleno de júbilo, se apresuró en preguntarle al cantor:
–¿Quién es el autor de estos versos?
–Es tradición la de cantar de esta manera después de la partida de un prefecto y a la llegada de su sucesor. A todos los saludamos con esa misma canción– contestó el cantor.
en "Fábulas antiguas de China"
ed. Ediciones en Lenguas Extranjeras (1989)
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