Cuando el niño era niño, andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuera un torrente y que este charco fuera el mar. Cuando el niño era niño, no sabía que era niño, para él todo estaba animado y todas las almas eran una. Cuando el niño era niño, no tenía opinión sobre nada, no tenía ninguna costumbre, se sentaba en cuclillas, se escabullía de su sitio, tenía un remolino en el cabello y no ponía caras cuando le fotografiaban.
¿Y bien? Salida del sol: 7h. 22. Puesta del sol: 16h. 28; Salida de la luna 19h. 04. Puesta de la luna ... Nivel del agua en el Havel y el Spree ... Hace 20 años se estrelló un caza soviético cerca de Spandau, en el lago Stössen. Hace cincuenta años ... Fue la Olimpiada. Hace 200 años Blanchard sobrevoló la ciudad en un globo aerostático. Como los tránsfugas del otro día. Y hoy: en el lago de Lilienthal, alguien ha aminorado el paso y ha mirado a sus espaldas, en el vacío ... En Correos, alguien quería acabar para siempre, pegó sellos especiales en sus cartas de despedida, uno en cada una, y luego en Marianneplatz habló con un soldado americano en inglés, por primera vez desde el colegio, ¡y además con soltura! En Plötzensee, un preso, antes de tirarse de cabeza contra el muro, dijo: "Ahora". En el metro Zoo, el conductor, en lugar del nomre de la estación, gritó de pronto: "Tierra del fuego" ... ¡Qué bonito! En Rehbergen un anciano leía La Odisea a un niño, y el pequeño oyente, que había dejado de parpadear ... ¿Y tú? ¿Tienes algo que contar?
Cuando el niño era niño, era el tiempo de preguntas como: ¿Por qué yo soy yo y por qué no tú? ¿Por qué estoy aquí y por qué no allí? ¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio? ¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño? Lo que veo y oigo y huelo, ¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo? ¿Existe de verdad el mal y gente que realmente son los malos? ¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy, no fuera antes de devenir, y que un día yo, el que soy, no seré más ese que soy?
Creo que debo parar este sueño. Se acabó el circo. Se acabó. Vuelve a anochecer en mi cabeza. El miedo. Miedo a la muerte. La muerte, por qué no. Lo esencial, a veces: no ser más que hermosa. Mirarse en el espejo ... es mirarse pensar. ¿Qué piensas pues? Pienso que sí tengo derecho a tener miedo pero ya no a hablar de ello. Aún no te has vuelto ciega, el corazón sigue latiendo ... ¡Y ahora lloras! Quisieras llorar como una niña que está muy triste. ¿Sabes por qué lloras? ¿Por quién? No por mí. Ya no lo sé. Quisiera saber. No sé nada. Tengo un poco de miedo. Ya se fue. Ya no está. Pero volverá. No importa. Poder decir simplemente, como ahora mismo: "Estoy alegre". Tengo una historia, y voy a seguir teniéndola.
Cuéntanos, musa, del narrador, del infante, del anciano apartado a las lindes del mundo, y haz que en él se reconozca cada hombre. Con el tiempo, los que me escuchaban se han convertido en mis lectores, ya no se sientan en círculo sino solos, y cada uno no sabe nada del otro. Soy un viejo, con la voz quebrada, pero el relato sigue elevándose desde las profundidades y la boca entreabierta lo repite, tan poderoso como apacible; una liturgia para la que nadie necesita estar iniciado en el sentido de las palabras y de las frases.
fragmentos de el "Cielo sobre Berlín"
(Las alas del deseo)
Peter Handke / Wim Wenders
adaptación de subtítulos:
Sigfrid Monleón y Criso Renovell
publicado en Último Reino Nº 19
julio de 1991
imagen: figurita Nº 33 de la serie A "Puentes Famosos"
Puente de Ferro-Carril Mungsten, Solingen - Alemania