jueves, 30 de junio de 2016

miércoles, 29 de junio de 2016

alchimia XII






   Los filósofos dan testimonio de estas tres operaciones: el agua protege al feto tres meses en la matriz; el aire lo alimenta durante los tres meses siguientes, y el fuego lo guarda en los últimos tres meses. El niño no verá el día si estos meses no han transcurrido; sólo entonces nace y el sol le alimenta, él que revive todo lo muerto.























fragmento de "Aurora Consurgens"
atribuida a Tomás de Aquino
trad. Núria García i Amat
ed. Indigo (1997)

martes, 28 de junio de 2016

santuario






Grecia tuvo miedo de Apolo incluso antes de que naciera. Leto recorría las tierras e islas del Egeo sufriendo los dolores del parto; era la más amable de las diosas y poseía todas las cualidades que su hijo iba a ignorar con actitud violenta. Solicitó acogida. Pero las tierras y las islas conocían a Apolo antes de nacer y temblaban ante la idea de verle pisar su suelo. Le negaron cobijo, y así el dios conoció el dolor y la dificultad de venir al mundo, lo mismo que los seres humanos. Finalmente, Leto se dirigió a Delos, la isla del Egeo más pequeña y oscura, y le ofreció un templo. También Delos temblaba. Temía que el joven dios la despreciase y, hollándola con sus pies, la hundiera en las aguas del mar, en cuyo caso las olas la hubieran sumergido, los pulpos habrían hecho en ella sus guaridas y las focas habrían poblado su desierta superficie. Leto le juró: «Aquí se alzarán siempre el fragante altar de Febo y su santuario, y él te honrará más que a cualquier otra tierra». Sólo entonces aceptó Delos acoger a la madre y a su hijo.



















Pietro Citati
fragmento del 'Prólogo'
en "Ulises y la Odisea"
trad. José Luis Gil Aristu
ed. Galaxia Gutenberg (2008)

lunes, 27 de junio de 2016

en las alturas







Espera aún a que yo venga
A romper el frío que nos retiene.

Nube, en tu vida tan amenazada como la mía.

(Había un precipicio en nuestra casa.
Por eso hemos partido y nos hemos establecido aquí.)


















René Char (1907-1988)
'en las alturas'
en "Antología"
trad. Raúl Gustavo Aguirre
ed. Ediciones del Mediodía (1968)

sábado, 25 de junio de 2016

el estante










elijo un libro del estante, la tapa entelada, suave del uso.
-lo encontré en una librería de viejo: fue publicado en Londres en 1941
contiene fotografías en blanco y negro en torno a la escultura etrusca.


la cabeza de un hombre joven modelada en terracota cubre la urna funeraria.

rastros de arcilla roja en los márgenes




















Ricardo Messina
inédito (2016)




viernes, 24 de junio de 2016

átomos






Si las galaxias se alejan, la rarefacción del universo se ve compensada por la formación de nuevas galaxias formadas de materia que se crea ex novo. Para mantener estable la densidad media del universo, basta con que se cree un átomo de hidrógeno cada doscientos cincuenta millones de años por cuarenta centímetros cúbicos de espacio en expansión. (Esta teoría, llamada del «estado estacionario», se opuso a la otra hipótesis de que el universo se originó en un momento determinado por una gigantesca explosión.)


   Era un niño y ya me había dado cuenta –contó Qfwfq–. Conocía uno a uno los átomos de hidrógeno, y cuando salía uno nuevo enseguida lo identificaba. En mis tiempos de infancia, para jugar, en todo el universo no teníamos otra cosa que átomos de hidrógeno y no hacíamos más que jugar con ellos, otro niño de mi edad que se llamaba Pfwfp y yo.
   ¿Cuál era nuestro juego? Se dice pronto. Al ser curvado el espacio, alrededor de su curva hacíamos correr los átomos, como si fueran canicas, y quien lanzaba más lejos su átomo ganaba. Al empujar el átomo había que calcular bien el efecto, su trayectoria, saber aprovechar los campos magnéticos y los campos de gravitación, si no la canica se salía de la pista y quedaba eliminada del juego.
   Las reglas eran las de siempre. Con un átomo podías tocar otro átomo y hacerlo avanzar o bien quitar de en medio un átomo adversario. Naturalmente, había que tener cuidado para no dar empujones muy fuertes, porque del choque de dos átomos de hidrógeno, ¡tic!, se podía formar uno de deuterio o incluso de helio, y esos eran átomos perdidos en la partida: no sólo eso, sino que si uno de los dos era de tu adversario, tenías que reembolsárselo.
   Ya sabéis cómo es la curvatura del espacio: una canica da vueltas y vueltas y en un momento baja por la pendiente y se aleja y ya no la agarras. Por ello, mientras la partida seguía, el número de átomos en juego disminuía constantemente, y el primero de los dos que se quedara sin ellos perdía la partida. 
   Y he aquí que justo en el momento decisivo comenzaban a aparecer átomos nuevos. Se sabe que entre el átomo nuevo y el usado hay una buena diferencia. Los nuevos eran lustrosos, claros, frescos frescos, como humedecidos por el rocío. Establecimos nuevas reglas: que uno de los nuevos valía tanto como tres de los viejos; que los nuevos, apenas se formaban, debían ser repartidos entre nosotros dos por igual. 
   Así, nuestro juego no se acababa nunca y ni siquiera nos aburríamos, porque cada vez que nos topábamos con átomos nuevos parecía que también el juego fuera nuevo y que aquella fuera nuestra primera partida.















Italo Calvino (1923-1985)
fragmento de 'Juegos sin fin'
en "Todas las cosmicómicas"
trad. Ángel Sánchez-Guijón
ed. Siruela (2007)

jueves, 23 de junio de 2016

saltan la soga







Caballito blanco,
llévame de aquí,
llévame a la tierra 
donde yo nací.

Caballito blanco,
dime la verdad,
yo te la diré
si vienes aquí.

Tengo, tengo, tengo,
tú no tienes nada,
tengo tres ovejas 
en una cabaña.

Una me da leche,
otra me da lana,
otra me mantiene
toda la semana.










fragmento de una canción infantil
para saltar la soga.
en "El folklore de los niños"
Julio Aramburu
ed. El Ateneo (1940)

miércoles, 22 de junio de 2016

cantos de misterio





Oigo venir al sol, la luz del mundo,
Veo su rostro mientras llega,
Hace felices a los seres de la tierra, y ellos se alegran,
¡Oh Wakan-Tanka, Te ofrezco este mundo de luz!




Le oigo venir. Veo su rostro.
Tu día es sagrado. Yo Te lo ofrezco.
Le oigo venir. Veo su rostro.
En aquel día sagrado, hiciste merodear al bisonte.
Has hecho un día feliz para el mundo.
Yo Te ofrezco todas las cosas.




Abuelo, Te envío una voz.
Abuelo, Te envío una voz.
Junto con todo el Universo, Te envío una voz.
Para que yo viva.















cantos recibidos en una visión
en "La pipa sagrada - Ritos Sioux"
Alce Negro / J. E. Brown
trad. Esteve Serra
ed. Taurus (1980)








martes, 21 de junio de 2016

el distraído






El oso hormiguero menea y menea su larga cola;
la menea y la menea.
¿A dónde quería ir yo? ¡No recuerdo nada!
¡Ah, sí! Ya lo sé: quería comer gusanos ayusha.
Regresaré, para comer ayusha.
¡De nuevo me he olvidado!
¡Ah, sí! Ya me acuerdo: regresaré para comer.


















'El oso hormiguero no sabe lo que quiere'
en "Canción y producción en la vida de un 
pueblo indígena - Los Chimane del oriente 
boliviano -"
J. Riester
ed. Los amigos del Libro (1978)

domingo, 19 de junio de 2016

simulación





   Cuando el príncipe Xuan del Reino de Qi pedía un concierto de dulzaina, solía tener hasta trescientos músicos tocando al unísono. Por esto un letrado, llamado Nanguo, solicitó un lugar en la orquesta y el príncipe, tomándole simpatía, le asignó un sueldo más que suficiente para mantener a varios cientos de hombres.
   Después de la muerte del príncipe Xuan, subió al trono el príncipe Min, a quien le gustaban los solos. 
   En vista de eso, el letrado huyó.




















'El hombre que simulaba tocar la dulzaina'
en "Fábulas antiguas de China"
ed. Ediciones en lenguas extranjeras (1989)

sábado, 18 de junio de 2016

el gran frío








El animal nace, pasa, muere
Y es el gran frío.

Es el gran frío de la noche, lo oscuro.

El ave pasa, vuela, muere
Y es el gran frío.

Es el gran frío de la noche, lo oscuro.

El pez huye, pasa, muere
Y es el gran frío.

Es el gran frío de la noche, lo oscuro.

El Hombre nace, come y duerme. Él pasa
Y es el gran frío.

Es el gran frío de la noche, lo oscuro.

Y el cielo se iluminó, los ojos se apagaron.
La estrella resplandece.

El frío abajo, la luz arriba.

El hombre ha pasado, el prisionero está libre.
La sombra ha desaparecido.

La sombra ha desaparecido.

Khmvum, Khmvum, hacia ti va nuestra plegaria.

Khmvum, Khmvum, hacia ti va nuestra plegaria.















'Canto funerario de los pigmeos'
en"Poesía anónima africana"
Rogelio Martinez Fure
ed. Arte y Literatura (1985)

viernes, 17 de junio de 2016

la felicidad (temporalia XIX)





   La felicidad ¿se acrecienta con el tiempo pese a que la felicidad es concebida siempre en dependencia del presente? Además el recuerdo de haber sido feliz nada puede influir, y el ser feliz no consiste en decirlo, sino en estar en una cierta disposición. Ahora bien, la disposición, como también la actividad de la vida, estriba en que esté presente.
   Pero si, porque siempre estamos deseosos de vivir y estar activos, el conseguir tal deseo significara ser más feliz, en primer lugar, según eso, la felicidad de mañana sería mayor que la de hoy, y la siguiente siempre mayor que la antecedente, con lo que la felicidad no se medirá ya por la virtud. En segundo lugar, los dioses mismos serán ahora más felices que antes, con lo que su dicha no será todavía perfecta y nunca jamás será perfecta. Además, cuando el deseo consigue su objetivo, obtiene lo presente y siempre lo presente, y busca el que, mientras exista, posea la felicidad. Ahora bien, el deseo de vivir, puesto que busca el existir, será deseo de lo presente, si el existir está en lo presente.

















Plotino (205-270)
fragmento de 'Sobre si la felicidad
se acrecienta con el tiempo'
en "Enéadas (I-II)
trad. Jesús Igal
ed. Gredos/Planeta D'Agostini (1996) 

jueves, 16 de junio de 2016

un pueblo





Un pueblo duerme bajo las ruinas. Otro se despierta, ciego, bajo la lámina resplandeciente del amanecer.
Entre ellos circula una ruta infinita.























Pierre-Albert Jourdan
'XV'
en "La lengua de las humaredas"
trad. Julia Azaretto
ed. Gog y Magog (2008)

miércoles, 15 de junio de 2016

el veneno




   El joven Yaññadatta había sido mordido por una serpiente venenosa. Sus padres lo llevaron a los pies de un asceta y lo depositaron en el suelo diciendo: "Reverendo señor, los monjes conocen hierbas medicinales y encantamientos; cura a nuestro hijo." "No conozco hierbas, no soy médico." "Pero eres un monje; por caridad haz un acto de verdad para que se cure este niño." El asceta replicó: "Muy bien, haré un acto de verdad". Puso la mano sobre la cabeza de Yaññadatta y recitó los siguientes versos: 


Solo una semana viví la vida santa,
el corazón tranquilo, en busca del mérito

La vida que he vivido por cincuenta años
desde entonces, contra mi voluntad ha sido.

Por esta verdad, ¡la salud!
¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta!

   Inmediatamente el veneno salió del pecho de Yaññadatta y se hundió en la tierra.

   El padre entonces puso sus manos sobre el pecho de Yaññadatta y recitó los siguientes versos:


Nunca me gustó ver que un extraño 
viniera a quedarse. Nunca me gustó dar.

Pero mi disgusto, ni monjes ni brahmanes
jamás supieron, por doctos que fueran.

Por esta verdad, ¡la salud!
¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta!

   Inmediatamente el veneno salió de la espalda del pequeño Yaññadatta y se hundió en la tierra.

   El padre pidió a la madre que hiciera un acto de verdad, pero la madre replicó: "Yo tengo una verdad, pero no puedo recitarla en tu presencia."
   El padre replicó: "¡Haz que mi hijo sea sano de cualquier modo!" Así, la madre recitó los siguientes versos:


A esta maligna serpiente que salió de la grieta para morderte
no la odio más, hijo mío, de a lo que tu padre odio.
Por esta verdad, ¡la salud!
¡El veneno es vencido! ¡que viva Yaññadatta!

   Inmediatamente, el resto del veneno se hundió en la tierra y Yaññadatta se levantó y comenzó a retozar.
























parábola Jā'taka
citada en "Filosofías de la India"
Heinrich Zimmer
trad. J.A. Vázquez
ed. Eudeba (1965)

martes, 14 de junio de 2016

el viento









   Entonces dijo Gangleri: 
   «¿De dónde viene el viento? Es tan fuerte que agita los grandes mares y apaga el fuego, y pese a lo fuerte que es nadie lo puede ver, pues su hechura es extraña».
   Entonces dice Hár:
   «Bien te lo puedo decir. Al norte del cielo está también un gigante llamado Hraesvelg. Tiene figura de águila, y cuando mueve las alas surgen los vientos bajo ellas».
















Snorri Sturluson (1179-1241)
'el viento' 
en "Textos mitológicos de las Eddas"
trad. Enrique Bernardez
ed. Nacional (1982)

lunes, 13 de junio de 2016

elegía






Esos pájaros subiendo bajando por un piar sin término
Temblor de luz allá en los ríos bajo el encanto de las hojas de sauce
Esos pliegues de dulzura esparcida por leves enganches del viento
Esos deslizamientos ligeros en la ribera o esos borboteos de sangre
Esos murmullos subiendo bajando por un pasar de formas

Esos caminos de luz ascendiendo según la respiración
Son vestigios de vida y murmullos de pasión
Son preocupaciones de nube con andar de chispa
Son las preparaciones de piedra preciosa mortal
Esos pájaros subiendo desde el interior por un piar sin fondo

Preparación peroración dicen vuestros pensamientos amenazantes y suaves de pájaros cantores subiendo la línea descendente
¿Qué quieren vuestros pliegues modulantes como enojos de niño,
Qué dicen vuestras gamas de madera vuestros cromáticos encantamientos
Oh amargos de mi vida profunda?

–Que no puedo más y que ya es tiempo.














Pierre Jean Jouve (1887-1976)
'Elegía' (I)
en "Poesía"
trad. Federico Gorbea
ed. Fausto (1974)

domingo, 12 de junio de 2016

figura donosa






   En esto entró una que parecía mujer, muy galana y llena de coronas, cetros, hoces, abarcas, chapines, tiaras, caperuzas, mitras, monteras, brocados, pellejos, seda, oro, garrotes, diamantes, serones, perlas y guijarros. Un ojo abierto y otro cerrado, y vestida y desnuda de todos colores; por el un lado era moza, y por el otro era vieja; unas veces venía despacio y otras aprisa; parecía que estaba lejos, y estaba cerca; y cuando pensé que empezaba a entrar, estaba ya a mi cabecera. Yo me quedé como hombre que le preguntan qué es cosa y cosa, viendo tan extraño ajuar y tan desbaratada compostura. No se espantó: suspendióme, y no sin risa, porque bien mirado era figura donosa. Preguntéle quién era, y díjome: "La muerte". ¿La muerte? Quedé pasmado. Y apenas abrigué al corazón algún aliento para respirar, y muy torpe de lengua, dando trasijos con las razones, la dije: "Pues ¿a qué vienes?" "Por ti", dijo. "¡Jesús mil veces! Muérome, según eso". "No te mueres", dijo ella; "vivo has de venir conmigo a hacer una visita a los difuntos; que pues han venido tantos muertos a los vivos, razón será que vaya un vivo a los muertos, y que los muertos sean oídos".



















Francisco de Quevedo (1580-1645)
fragmento de "Visita de los Chistes
o el Sueño de la Muerte"
ed. Nova (1944)  

sábado, 11 de junio de 2016

la forma








   Existe para los fósiles soterrados en los estratos más profundos un grado de presión que imprime su forma con una claridad muy particular, pero que, si aumenta lo más mínimo, la destruye súbita y totalmente. Así se encuentra, de vez en cuando en las rocas, muy cerca de improntas nítidas de conchas o de plantas, salpicaduras borrosas como testimonio de una destrucción que ha pulverizado la forma, sin pasar aparentemente por ninguna transición.


















Ernst Jünger (1895-1998)
"Anotaciones del día y de la noche"
trad. Enrique Ocaña
ed. Tusquets (2013) 

viernes, 10 de junio de 2016

un mismo lugar







   En un mismo lugar estaban todas las cosas, infinitas en cuanto a la cantidad y en cuanto a la pequeñez; pues también lo pequeño era infinito. Y estando todas las cosas en el mismo lugar, nada era manifiesto a causa de la pequeñez. En efecto, el aire y el éter contenían todas las cosas, siendo ambos infinitos (pues éstos son los más grandes en todas las cosas tanto en cantidad cuanto en tamaño).



















Anaxágoras (500-428 a.C.)
'de la naturaleza' - frag. 1
en "Presocráticos / Fragmentos II"
trad. Ramón Cornavaca
ed. Losada (2011)

jueves, 9 de junio de 2016

es posible







   Sólo es posible engañar la violencia en la medida de que no se la prive de cualquier salida, o se le ofrezca algo que llevarse a la boca.


















René Girard (1923-2015)
fragmento de 'El sacrificio'
en "La violencia y lo sagrado"
trad. Joaquín Jordá
ed. Anagrama (1998)

miércoles, 8 de junio de 2016

la fisura






   En febrero de 1921, desde el castillo de Berg, Rilke le escribe a Balthus: siempre a medianoche se produce una fisura minúscula entre el día que termina y el que comienza. Una persona muy hábil que lograse introducirse en ella saldría del tiempo y encontraría un reino independiente de todos los cambios que padecemos. En ese lugar se han acumulado todas las cosas que perdimos. El gato que se escapó, las muñecas rotas, la infancia...
   En julio de 1943, en Friburgo, Balthus le habla de nuevo a Jouve de la carta de Rilke desde el castillo de Berg.


















Pascal Quignard
"Sobre lo anterior"
trad. Silvio Mattoni
ed. el cuenco de plata (2016)

martes, 7 de junio de 2016

la canción






   Rabí Zusia pasó una vez por un prado donde un porquerizo, en medio de su piara, tocaba una melodía en su flauta de sauce. Se acercó y escuchó hasta que la aprendió y pudo llevársela consigo. Así fue cómo la canción de David, el pastorcillo, fue liberada de su largo cautiverio.
























Martin Buber
'La canción del pastor'
en "Cuentos Jasídicos - Los primeros maestros II"
trad. Luis Justo
ed. Paidós (1980)

lunes, 6 de junio de 2016

temporalia XVIII








   La crisis temporal de hoy no pasa por la aceleración. La época de la aceleración ya ha quedado atrás. Aquello que en la actualidad experimentamos como aceleración es solo uno de los síntomas de la dispersión temporal. La crisis de hoy remite a la disincronía, que conduce a diversas alteraciones temporales y a la parestesia. El tiempo carece de un ritmo ordenador. De ahí que pierda el compás. La disincronía hace que el tiempo, por así decirlo, dé tumbos. El sentimiento de que la vida se acelera, en realidad, viene de la percepción de que el tiempo da tumbos sin rumbo alguno. 
   La disincronía no es el resultado de una aceleración forzada. La responsable principal de la disincronía es la atomización del tiempo. Y también a esta se debe la sensación de que el tiempo pasa mucho más rápido que antes. La dispersión temporal no permite experimentar ningún tipo de duración. No hay nada que rija el tiempo. La vida ya no se enmarca en una estructura ordenada ni se guía por unas coordenadas que generen una duración. Uno también se identifica con la fugacidad y lo efímero. De este modo, uno mismo se convierte en algo radicalmente pasajero.




















Byung-Chul Han
fragmento de la introducción
a "El aroma del tiempo"
trad. Paula Kuffer
ed. Herder (2015)

domingo, 5 de junio de 2016

los accidentes






   Una vez, un experto en subir a los árboles estaba enseñando a otro, y le mandó cortar las ramas de la copa de un árbol.
   Mientras el aprendiz se encontraba en los lugares de mayor peligro, el maestro permanecía en silencio, sin decir nada. Pero, mientras bajaba para situarse a la altura de un tejado, le dijo –«Ten cuidado, que te vas a caer». 
   Al oír esto, yo le pregunté: «¿Por qué le dice que tenga cuidado ahora que ya está a una altura de la que puede bajar de un salto?»
   A lo cual él me respondió: «Ahora es cuando hay que decírselo. Antes, cuando estaba colgado de una rama y se le iba la vista, él era consciente del peligro y no tenía necesidad de recordárselo. Los accidentes suelen ocurrir en los lugares de menor riesgo».












Kenko Yoshida (1284-1350)
en "Tsurezuregusa"
trad. Justino Rodríguez
ed. Hiperión (2009)


sábado, 4 de junio de 2016

una fábula







   –Deberías tener vergüenza –dijo la rana–. Cuando yo era un renacuajo, no tenía cola.
   –Es lo que yo pensaba –dijo el renacuajo–. No has sido nunca un renacuajo.





















Robert Louis Stevenson (1850-1894)
'El renacuajo y la rana'
en "Fábulas"
trad. Roberto Alifano y J. L. Borges
ed. Legasa (1983)

viernes, 3 de junio de 2016

la rosa secreta








Remota, secretísima e inviolada Rosa,
Abrázame en mi hora de las horas; allí donde habitan 
Cuantos te buscaron en el Santo Sepulcro,
O en el tonel de vino, más allá de la agitación
Y tumulto de derrotados sueños; donde, cerrados casi
Sus pálidos párpados, vencidos por el sueño, los hombres
Han dado nombre a la belleza. Tus grandes hojas ocultan
Las antiguas barbas, los yelmos de oro y rubíes
De los Magos coronados; y a aquel rey cuyos ojos
Vieron las Taladradas Manos y el añoso Leño alzarse
En las brumas Druidas, haciendo palidecer las antorchas; 
Hasta que un vano frenesí le arrebató y murió; y a aquel
Otro que encontró a Fand caminando sobre llameante rocío
En una costa gris que nunca azotó el viento,
Y perdió el mundo y a Emer por un beso;
Y a aquel que expulsó a los dioses de sus lares,
Y cien veces estalló roja la aurora mientras lo 
Festejaba, llorando sobre los túmulos de sus muertos;
Y al rey orgulloso y soñador que desechó corona
Y desventura, y seguido de su bardo y su bufón
Marchó a vivir entre ebrios vagabundos al corazón del bosque;
Y a aquel que vendió aperos, casa y bienes,
E innumerables años buscó por tierras y por islas,
Hasta encontrar, entre risas y lágrimas,
Una mujer de tan resplandeciente belleza
Que los hombres trillaban el grano a medianoche
Por un mechón de sus cabellos, un pequeño mechón robado.
También yo espero la hora de tu gran vendaval de amor y odio.
¿Cuándo se extinguirán en el cielo las estrellas,
Como chispas que brotan del yunque y que se apagan?
¿Acaso no ha sonado ya tu hora?, ¿no sopla ya tu huracanado viento,
Remota, secretísima e inviolada Rosa?













W.B. Yeats (1865-1939)
'A la Rosa Secreta'
en "La rosa secreta"
trad. Alejandro García Reyes
ed. Alfaguara (1986)

jueves, 2 de junio de 2016

la palmera (alchimia XI)






   Hércules dijo a algunos de sus discípulos: «El hueso del dátil es producido y alimentado por la palmera, y la palmera lo es por su dátil. Y de la raíz de palmera, surgen varios brotes pequeños que se multiplican y producen otras muchas palmeras alrededor de ella». Y Hermes dijo: «Observa el rojo perfecto, y el rojo disminuido y el rojo total; también deberás considerar el naranja perfecto, y el naranja disminuido de su color anaranjado, y el color anaranjado total. Y mira aun el negro completo, y el negro disminuido de su negrura, y la negrura total. Del mismo modo, la espiga procede de un grano y de un árbol salen muchas ramas aunque el árbol no proceda más que de su semilla».










Anónimo
fragmento de la "Conversación
del Rey Calid y del Filósofo Morien
sobre el Magisterio de Hermes"
trad. Santiago Jubany i Closas
ed. Indigo (1997)