jueves, 31 de marzo de 2016

la gruta







Todavía un manantial dentro de una gruta.
Antes nos era fácil extraer imágenes y adornos
para que se alegraran los amigos que aún nos eran fieles.
Rompiéronse las ataduras: sólo las marcas en el brocal de la noria
nos recuerdan nuestra pasada felicidad:
los dedos sienten un poco el frescor de la piedra
al que domina el calor del cuerpo
y la gruta juega su alma y la pierde
en cada instante, plena de silencio, sin una gota.














Yorgos Seferis (1900-1971)
fragmento de 'Mythistorima'
en "Poetas griegos del siglo XX"
trad. Miguel Castillo Didier
ed. Monte Avila (1981)

miércoles, 30 de marzo de 2016

la orden real








   Había recibido la orden real de visitar a los soberanos de mi país.
   La invitación estaba escrita con letras doradas en relieve, enmarcadas con una orla. Tenía también rosas y golondrinas. 
   Fui a buscar mi automóvil; pero mi chofer, que no tiene el menor sentido práctico, acababa de enterrarlo.
   –Lo he hecho para que salgan setas –me dijo–. No hay nada que les vaya mejor.
   –El coñac –dije yo–; eres un perfecto idiota. Has estropeado mi automóvil.
   Así que, como había quedado totalmente inservible, me vi obligada a alquilar un caballo y un carro.
   Al llegar a palacio, un criado impasible, vestido de rojo y oro, me dijo:
   –La reina se volvió loca ayer; está en su bañera.
   –¡Qué desgracia! –exclamé–. ¿Cómo ocurrió?
   –Por el calor.
   –¿Puedo verla de todos modos? –no me hacía gracia que mi largo viaje fuera en balde.
   –Sí –contestó el criado–. Puede verla de todos modos.
   Recorrimos pasillos decorados con una imitación de mármol admirablemente ejecutada, cruzamos estancias con bajorrelieves griegos y techos Médicis y frutas de cera por todas partes.
   La reina estaba en su baño cuando entré; observé que se bañaba en leche de cabra.
   –Pasa –dijo–. Como ves, utilizo sólo esponjas vivas. Es más sano.
   Las esponjas nadaban en la leche por toda la bañera, y le costaba atraparlas. Una criada, provista de unas tenazas de brazos largos, la ayudaba de vez en cuando.
   –No tardaré en dar por terminado mi baño –dijo la reina–. Tengo que hacerte una proposición: quiero que presidas el gobierno en mi lugar, hoy. Estoy demasiado cansada. Todos son idiotas, así que no te será difícil.
   –De acuerdo –dije.













Leonora Carrington (1917-2011)
fragmento de 'La orden real'
en "Memorias de abajo"
trad. Francisco Torres Oliver
ed. Siruela (2001)






martes, 29 de marzo de 2016

la casa encantada







   Una joven soñó una noche que caminaba por un extraño sendero campesino, que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca. En el momento en que ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en tres noches sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a empezar su conversación con el anciano.
   Pocas semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a Lichfield, donde se realizaba una fiesta de fin de semana. De pronto tironeó de la manga del conductor y le pidió que detuviera el automóvil. Allí, a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.
   –Espéreme un momento –suplicó, y se echó a andar por el sendero, con el corazón latiéndole alocadamente. Ya no se sintió sorprendida cuando el camino subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano del sueño respondió a su impaciente llamado.
   –Dígame –dijo ella–, ¿se vende esta casa?
   –Sí –respondió el hombre–, pero no le aconsejo que la compre. ¡Esta casa, hija mía, está frecuentada por un fantasma!
   –Un fantasma –repitió la muchacha–. Santo Dios, ¿y quién es?
   –Usted –dijo el anciano y cerró suavemente la puerta.












Anónimo
en "Antología del cuento extraño vol. 2"
trad. Rodolfo Walsh
ed. Edicial (1976)

lunes, 28 de marzo de 2016

el río Feng (bestiario V)







   Siguiendo trescientos ochenta li hacia el sur se topa con la punta del monte Ge, en donde tampoco crece vegetación ninguna. En él nace el río Feng, el cual corre hacia el este hasta afluir al lago Yu, y en cuyas aguas nadan grandes cantidades de peces zhubie o peces «tortugas de perlas», que son unos peces de cuerpo con forma de pulmón que tuviera ojos; poseen seis patas de las que salen perlas; saben ácido y dulce al mismo tiempo y quien los come se libra de las epidemias.














fragmento del 'Libro de los montes orientales'
en "Libro de los montes y los mares -Shanhai Jing-"
trad. Yao Ning y G. García-Noblejas
ed. Miraguano (2000)

domingo, 27 de marzo de 2016

árbol







Igual a un río, el cielo, a la deriva
enormes bloques trae de llama y sombra.
Ola tras ola, todo el mar zozobra,
espléndido, en las dunas fugitivas.

Cual muda forma en un umbral, sombría,
ceñido en la pureza de aquél marco,
sin mover una hoja, mira el árbol
la luminosa agitación del día.













Diego Valeri (1887-1976)
'árbol' -3ra versión-
en "Stabat Nuda Aestas"
trad. Ricardo H. Herrera
ed. Grupo Editor Latinoamericano (1993)

sábado, 26 de marzo de 2016

profundidades









¡pues es tanto lo que ha nacido y se ha hundido en tus oscuras profundidades!





















Friedrich Hölderlin (1770-1843)
fragmento de "El archipiélago"
trad. Luis Díez del Corral
ed. Alianza (1985)

viernes, 25 de marzo de 2016

el mapa







Hoy las nubes me trajeron
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y que grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!

Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.

Entré en un patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.













Rafael Alberti (1902-1999)
'Canción 8' de 
'Baladas y canciones de
la quinta del mayor loco'
en "Baladas y canciones del Paraná"
ed. Losada (1977)

jueves, 24 de marzo de 2016

camino









Este camino

ya nadie lo recorre,

salvo el ocaso


















Basho (1644-1694)
en "El libro del Haiku"
trad. Alberto Silva 
ed. Bajo la luna (2010)

miércoles, 23 de marzo de 2016

el voto quebrantado






   Cian, el padre de Lugh, cruzaba la planicie de Louth, que se llama Moy Myeerhevna; alzó la mirada y vio a los tres hijos de Turann que venían hacia él. Un negro odio mediaba entre él mismo y los hijos de Turann, y Cian se había propuesto no encontrárselos. Adoptó la forma de un jabalí salvaje y se ocultó entre una manada de puercos. Brian, Ur y Urcar, los hijos de Turann, le vieron hacer y el enojo surgió en ellos. 
   –¡Sal de ahí! –gritaron–. Muéstranos tu rostro.
   Pero Cian no salió.
   Ur y Urcar se convirtieron en sabuesos y acosaron al extraño jabalí para que saliera de la manada. Brian le arrojó su lanza, y al sentirse herido, Cian clamó:
   –¡Detente, Brian, hijo de Turann! ¡No me mates bajo la forma de un cerdo!
   –Toma pues tu propia forma.
   Cian tomó su propia forma, y dijo:
   –Vosotros veis ahora mi rostro, Hijos de Turann, salpicado de sangre. ¡Bien me reconocisteis desde un principio, y bien os reconocí yo, ¡perjuros, quebrantadores del voto!
   –¡Que las trabas de la muerte caigan sobre tu lengua venenosa!–dijo Urcar–. ¡Retira tus palabras!
   –No las retiraré, Hijos de la Víbora. Matadme, y cada gota de sangre os delatará. Aun vuestras propias armas os delatarán en el Lugar de la Asamblea.
   –Te mataremos con armas que no puedan delatar –dijeron los Hijos de Turann, levantando grandes piedras y rocas de la tierra, y apedrearon a Cian hasta que estuvo muerto.

   Los Hijos de Turann sepultaron en el suelo el cuerpo de Cian a la profundidad de la altura de un hombre, pero la tierra rehusó esconder el cuerpo y se los lanzó de nuevo hacia arriba. Lo sepultaron por segunda vez, y una segunda vez la tierra rehusó esconder el cuerpo y lo lanzó hacia arriba ante ellos. Seis veces lo sepultaron, y seis veces la tierra lo lanzó hacia arriba. Lo sepultaron por séptima vez, y esta vez la tierra no hizo seña alguna. El cuerpo de Cian quedó oculto, y los Hijos de Turann se apresuraron a abandonar el lugar para ir a la corte del Rey Nuada y dejarse ver con los demás guerreros.

   La tierra envió un vientecillo a Lugh Lauve Fauda, que le tocó el rostro y los párpados; levantó los rizos espesos de su cabello; tocó su mano como un sabueso toca la mano de un amo querido, y Lugh supo que el viento había venido por él. Lo siguió hasta llegar al lugar donde Cian había sido ultimado.
   –Oh Lugh –dijo la Tierra–, el voto de hermandad ha sido quebrantado. Los Hijos de Turann han muerto a tu padre. ¡Mira que pobre criatura destrozada cubro! 
   La Tierra dejó al descubierto el cuerpo de Cian. Lugh miró ese cuerpo lacerado y cubierto de sangre, y la pisoteada y deshonrada tierra, y en sus ojos se formaron lentamente dos lágrimas. Las enjugó, y entonces vio que la tierra había hecho brotar junto a él un pequeño pozo de agua pura. Se inclinó por encima del pozo, y dijo:
   –¡Oh Tierra, absuelve el voto quebrantado!
   La pequeña fuente en el corazón del pozo saltó a modo de respuesta, y nueve burbujas cristalinas subieron a través del agua. Lugh hizo un cuenco con sus dos manos y recogió agua del pozo; la roció sobre el suelo destrozado, y volvió el verdor a la pisoteada hierba. La roció sobre el cuerpo tumefacto de su padre, y éste volvió a quedar intacto y puro.
   –Oh Tierra –dijo–, la más noble y bienamada, yo vindicaré tu agravio.

















Ella Young (1867-1956)
fragmento de 'La pena
compensatoria de Lugh'
en "Cuentos Maravillosos 
de la Irlanda Céltica"
trad. Mónica Cumar y Juan Zegers
ed. Columba (1991)

martes, 22 de marzo de 2016

tarde de tormenta






   En una tarde de tormenta, cada vez más negra y más plateada, nos dio miedo y nos sentamos en torno de la mesa, y pedimos la caja de las alhajas, y mamá la trajo; salió el collar verde, el collar granate, y jugábamos con ellos; la tarde se tornaba más oscura y más clara; pedimos la caja de los retratos. Y mamá la trajo; salieron los abuelos y las tías, los confrontamos. Y la tarde se volvía más clara y más oscura. Entonces, pedimos las manzanas. Y mamá fue a aquel patio secreto y el árbol. Trajo las manzanas rojas, livianas y fragantes. Dio una a cada uno; con el cuchillo las cortábamos en varios trozos. Y de allí saltaron diminutos hombrecillos, mujercitas y hasta niñitos, que corrieron por toda la mesa para escapársenos; pero con los cuchillos los atrajimos, engulléndolos al minuto.
   Mientras, la tarde, fuera, se volvía más oscura y más radiante. 












Marosa di Giorgio (1932-2004)
de 'Mesa de esmeralda'
en "Los papeles salvajes"
ed. Adriana Hidalgo (2008)


lunes, 21 de marzo de 2016

alchimia IX






   El mar presenta veintiún movimientos que yo reduzco a seis movimientos principales.
   El primero es simple y su función consiste en engendrar, en producir en su seno las aguas y retirarlas en un cierto tiempo. El segundo también es simple y su movimiento consiste en crecer y elevarse hasta la pleamar en un período de seis horas. El tercero es simple, como los precedentes, y su movimiento consiste en descender hasta la bajamar o último grado durante otras seis horas, dándose siempre un retraso de veinticuatro minutos de hora cada vez que se alcanza la pleamar, esto es, cuarenta y ocho minutos por cada día natural. El cuarto contiene catorce movimientos, a saber, siete ascendentes, unos más altos que otros, y siete descendientes, también unos más bajos que otros. El quinto es doble, es decir, que alcanza dos pleamares extraordinariamente altas en dos estaciones del año. El sexto también es doble, es decir así como alcanza en un tiempo del año una pleamar extraordinariamente alta, como las anteriores, en otro momento, opuesto al anterior, se vuelve extraordinariamente baja.














Mathurin E. de Martineau
'Discurso sobre el mar y sobre 
todos sus movimientos en general'
en "El piloto de la onda viva"
trad. Núria García i Amat
ed. Indigo (1997)

imagen: Mario Mussini


domingo, 20 de marzo de 2016

sombrío









Quién no tiene en su corazón
Un sombrío castillo de Elsinor
...
Como las gentes del pasado
Construyo en mí mismo, piedra
sobre piedra, un gran castillo con fantasmas.














Vincent Monteiro
citado en "La poética del espacio"
Gaston Bachelard
trad. Ernestina de Champourcin
ed. Fondo de Cultura Económica (2000)


sábado, 19 de marzo de 2016

el fruto (bestiario IV)








   Los historiadores, y entre otros Héctor Boetius y Saxo, escriben que se encuentran ciertos árboles en Escocia, que dan su fruto envuelto en las hojas; cuando éste cae al agua, en tiempo oportuno, cobra vida y se convierte en un pájaro vivo, al que llaman ave de árbol. Este árbol crece en la isla de Pomonne, que no está lejos de Escocia, hacia Aquilón. (...) Sobre este asunto, hallándonos en Escocia, nos informamos de boca de Jacques Roy, hombre muy corpulento y cargado de grasa, enterándonos de que este árbol tan famoso no se encuentra en Escocia, sino en las islas Orcadas.
















'La bernacha'
en "Bestiario medieval"
trad. Ignacio Malaxecheverría
ed. Siruela (1986)

viernes, 18 de marzo de 2016

cardos






   Puede ser que una flor se abra, que una 
espiga crezca vertical y separada de las
otras.

   Igual que una forma que no puede
perseguirse, igual que un sonido difícil 
de guardar.

   Y el texto se levanta luminoso, 
inmóvil y solitario. Imposible de urdirse en la 
trama de ninguna melodía.

   Y en ese desolado paisaje, el espíritu 
no encuentra nada que pueda responderle.
El pensamiento, irrefrenable, vaga confuso 
y perdido.

   La montaña centellea cuando sus
rocas contienen jade. El agua resplandece 
cuando la corriente arrastra perlas.

   Cardos y abrojos no deben ser cortados 
si anidan en ellos las aves hermosas.














Lu Ji (261-303 d.n.e.)
fragmento de 'Cardos y abrojos'
en "Wen fu - Prosopoema del arte 
de la escritura"
trad. Pilar Gonzáles España
ed. Cátedra (2010)

jueves, 17 de marzo de 2016

virtudes








   –¿Ves en la mano del emperador ese anillo con la piedra engastada?
   –La veo.
   –Una de las virtudes de esta piedra consiste en que te permitirá recordar lo que has visto esta noche. Si no hubieras visto esta piedra, jamás recordarías nada de esta aventura.


















fragmento de 'El sueño de Rhonabwy'
en "Mabinogion - Relatos Galeses"
trad. Ma. Victoria Cirlot
ed. Nacional ( 1982)

miércoles, 16 de marzo de 2016

inaccesible







   Y, bajo las lamentaciones de Orfeo, resplandece la gloria de haber visto, menos que un instante, el rostro inaccesible, en el momento mismo en que se volvía...

























Michel Focault, de 'El pensamiento del afuera'
citado en "Esferas I", Peter Sloterdijk
trad. Isidoro Reguera
ed. Siruela (2014)

martes, 15 de marzo de 2016

oneiros XV








He soñado
esta noche
con un
llano
estriado
por una 
frescura


En velos
variantes
de azul oro
alga













Giusseppe Ungaretti (1888-1970)
'sueño'
en "Poemas Escogidos"
trad. Rodolfo Alonso
ed. Fabril (1971)


lunes, 14 de marzo de 2016

indefinibles






   Los sonidos del jade aún no se oían, las constelaciones aún no estaban en su lugar, cuando bruscamente los alientos celestes se extendieron, se mezclaron y se anudaron en medio del Gran Vacío, creando la música universal de los Ocho Vientos: he aquí que éstos se acumulan, se unen, se mezclan, se arremolinan en el empíreo púrpura siguiendo las fases del Tao y aparecen y desaparecen. Los alientos se convierten en signos. Indefinibles: ni humo, ni polvo, ni bruma, ni nube..., miden diez mil li de altura y su sonido concuerda con el de los Ocho Vientos. Así se manifiesta la maravillosa esencia de la creación, la sublime floración de los Cinco Elementos.
















fragmento del 'Ritual de Suqi'
en "El cuerpo taoísta"
Kristofer Schipper
trad. Joaquín Pérez Arroyo
ed. Paidós (2003)

domingo, 13 de marzo de 2016

otoño







A diez pasos de casa,

como en un mar me interno

en el otoño








Mon wo dete jup-po ni aki no umi hiroshi












Shiki
en "El libro del Haiku"
trad. Alberto Silva
ed. Bajolaluna (2010)

sábado, 12 de marzo de 2016

dimensiones





7 de enero.– El mar continuó abierto y no tuvimos dificultad en mantener el rumbo. Vimos hacia el oeste algunos icebergs de increíbles dimensiones, y por la tarde pasamos muy cerca de uno cuya cima se hallaba por lo menos a 400 brazas sobre el nivel del mar. En la base, la periferia debía de ser de tres cuartos de legua, y numerosas corrientes de agua salían por las aberturas de los lados. Seguimos viendo esta isla flotante durante dos días, hasta que desapareció en la niebla.

















Edgar Allan Poe (1809-1849)
fragmento de "Narración de Arthur Gordon Pym"
trad. Julio Cortázar
ed. Alianza (1999)

viernes, 11 de marzo de 2016

necesidades







MEFISTÓFELES.– En eso reconozco al docto señor. Aquello que no palpáis, está cien leguas distante de vos; aquello que no comprendéis, para vos no existe: aquello que no calculáis, creéis que no es verdad; aquello que no pesáis, no tiene para vos peso alguno; aquello que no podéis amonedar, imagináis que nada vale.

EL EMPERADOR.– Con eso no se remedian nuestras necesidades. ¿Qué pretendes ahora con tu sermón de cuaresma? Harto estoy de esos sempiternos si y como. Lo que hace falta es dinero. Pues bien, a ver si nos lo facilitas.





















J.W. von Goethe (1749-1832)
fragmento del "Fausto"
trad. José Roviralta
ed. Cátedra (1996)

jueves, 10 de marzo de 2016

roca








limpia, agua profunda
la costra de esta roca

y deja brillar en ti
la luz de su cristal





















Ricardo Messina
'agua'
en "Fluvial" (1997)

miércoles, 9 de marzo de 2016

agua







Hebro, hermosísimo río, que ante Eno
vas a desembocar en el mar purpúreo
tras cruzar, rugiendo, la tierra de Tracia
rica en caballos.
Y a ti acuden numerosas muchachas,
y con manos suaves a sus muslos llevan
como si fuera ungüento, hechizándose, 
tu agua divina...















Alceo de Mitilene (Fl. alrededor de 600 a.C.)
en "Antología de la poesía lírica griega"
trad. Carlos García Gual
ed. Alianza (1996)


martes, 8 de marzo de 2016

vendedor






   Un hombre que había tallado un Hermes de madera, lo llevó a la plaza para venderlo. Como ningún comprador se acercaba y quería atraerse a alguien, empezó a vocear que vendía un dios bienhechor y pródigo en ganancias. Uno de los que había por allí, le dijo: «¡Eh, tú!, ¿por qué lo vendes, si es como dices, en vez de aprovecharte de sus ventajas?». El vendedor respondió: «Es que yo necesito una ayuda inmediata y éste acostumbra a conceder sus favores tarde.»

















Esopo (620-564 a.C.)
'El vendedor de estatuas'
en "Fábulas"
trad. P. Bádenas de la Peña y J. López Facal
ed. Gredos/RBA (2006)

lunes, 7 de marzo de 2016

ataduras







Un grillete hecho de oro ata a una persona tan bien como otro hecho de acero. De forma similar, las acciones [karmas], sean buenas o malas, [ambas] atan al jiva.



















Kundakunda (s. I a.C.)
'Samayasāsara'
en "Reencarnación - La transmigración de las almas
entre Oriente y Occidente"
A. Bernabé, M. Kahle y M.A. Santamaría
ed. Abada (2011)

domingo, 6 de marzo de 2016

ahora







comienza ahora la floresta cifrada



















Raul Bopp (1898-1984)
fragmento de "Cobra Norato"
ed. José Olympio (2009)


sábado, 5 de marzo de 2016

sostenido






se dejó caer
sabía que lo sostendría
entre tanto ajetreo de gente

lo sostuve sintiendo
lo difícil de sostener
lo firme y lo tierno
de mi apoyo

no pude evocar
tales palabras
rompí a llorar

los dos quietos
entre quienes van
y quienes vienen

ajenos al llanto
sostenido














Ricardo Messina
inédito (2015)


viernes, 4 de marzo de 2016

aves






Yo sé las tonadas de todas las aves.




















Alcmán de Esparta (Fl. alrededor de 630 a.C.)
en "Antología de la poesía lírica griega"
trad. Carlos García Gual
ed. Alianza (1996)

jueves, 3 de marzo de 2016

loca esperanza






Toda esta gente va y viene por el palacio con la loca esperanza de algo que no podrá ocurrir jamás: esperan que llegue un caballero que las proteja, que devuelva a las damas sus honores, que dé marido a las doncellas y que haga caballeros a los pajes. Pero se helará todo el mar antes de que se encuentre un caballero que pueda permanecer en el palacio, pues tendría que ser completamente gallardo, sensato, sin codicia, valeroso, valiente, franco, leal y sin villanía ni tacha alguna. Si fuera posible que uno así llegara, este podría poseer el castillo; este devolvería a las damas sus tierras, concertaría la paz en mortales guerras, casaría a las doncellas, armaría a los donceles y sin demora alguna acabaría con los encantamientos del palacio.













fragmento de 'El cuento del Grial'
en "Grial Poética y Mito"
Victoria Cirlot
ed. Siruela (2014)






miércoles, 2 de marzo de 2016

elogio






Aplica el hombre al pedernal su mano,
   descuaja las montañas de raíz.
Abre canales en las rocas,
   ojo avizor a todo lo precioso.
Explora las fuentes de los ríos,
   y saca a luz lo oculto.
Mas la Sabiduría, ¿de dónde viene?
   ¿cuál es la sede de la Inteligencia?
Ignora el hombre su sendero,
   no se le encuentra en la tierra de los vivos.
Dice el Abismo: «No está en mí»
   y el Mar: «No está conmigo».













fragmento del 'Elogio de la Sabiduría'
en "El libro de Job"
Nueva Biblia de Jerusalén
ed. Desclée de Brouwer (1975)


martes, 1 de marzo de 2016

nosotros dos





   Nuestras sombras respiraron juntas. Debajo de nosotros las aguas del río de los acontecimientos fluían casi en silencio. 
   Nuestras sombras respiraban juntas y todo era cubierto por ellas. 















Henri Michaux (1899-1984)
fragmento de 'Nosotros dos aún' (1948)
en "Antología poética 1927-1986"
trad. Silvio Mattoni
ed. Adriana Hidalgo (2014)