martes, 31 de mayo de 2016

el intento






   Para poder conocer a los espíritus, el abuelo Jobenangiwinshga hizo ayuno de comida y bebida hasta el punto de muerte. Se hizo digno de compasión a los ojos de los espíritus. Primero ayunó cuatro noches y los Espíritus de la Noche llegaron a él; llegaron a él con poderoso estrépito. No tardaron en parársele enfrente, y hablaron: "¡Oh, humano!, has soportado la sed hasta el punto de la muerte, y por esa razón hemos de bendecirte. Nosotros, los que hablamos, somos los Espíritus de la Noche." Lo bendijeron con larga vida y triunfos en la guerra. Entonces él los miró y vio que eran pequeños pájaros y se habían burlado de él.

   Entonces otra vez se dolió su corazón. Desesperado, dijo: "Pues bien; si es necesario, moriré ayunando." Así, ayunó otra vez y otra vez más se tiznó la cara con carbón, y ayunó esta vez durante seis noches. Entonces de nuevo los Espíritus de la Noche vinieron del este. Entonces él los miró y se preguntó en su corazón si eran en verdad los Espíritus de la Noche. Pero no eran. De nuevo lo burlaban. Pero esta vez, en lugar de entristecerse, dijo: "No me importa lo que ocurra: estoy dispuesto a morir con tal de alcanzar una bendición."

   Entonces, por tercera vez lo burlaron.

   Al principio, durante su ayuno, había pensado que volvería a ayunar sólo para causar despecho a los Espíritus, pero ahora le dolió el corazón hasta lo más profundo, y al prepararse para ayunar por cuarta vez se tiznó la cara con carbón y lloró amargamente. Tenía tabaco en ambas manos y, de pie en la dirección de donde habían venido los Espíritus de la Noche, lloró y se humilló profundamente.
















relato de la tribu Winnébago
adaptado de la versión en
"El hombre primitivo como filósofo"
Paul Radin
trad. Abelardo Maljuri
ed. Eudeba (1960)

lunes, 30 de mayo de 2016

el firmamento







Yo había salido
En busca de agua al pozo, al lado de los árboles,
Y estuve en presencia de otro cielo.
Desaparecidas las constelaciones de hacía un instante,
Casi todo el firmamento estaba vacío,
El negro más intenso reinaba allí solo,
Pero a la izquierda, por encima del horizonte,
Mezclado a la copa de las encinas,
Había un enjambre de estrellas rojeantes
Como un brasero, del que subía incluso humo.


Volví
Y abrí nuevamente el libro en la mesa.
Página tras página,
No había más que signos indescifrables,
Agregados de formas sin ningún sentido
Aunque vagamente recurrentes,
Y por debajo una blancura de abismo
Como si lo que llamamos espíritu cayera allí, sin ruido,
Como una nevada.
Yo volvía, no obstante, las páginas.
















Ives Bonnefoy
fragmento de 'Hopkins Forest'
en "Comienzo y fin de la nieve"
trad. Arturo Carrera
ed. Alción (1996)

domingo, 29 de mayo de 2016

el amigo











Es el amigo ni violento ni débil. El amigo.
Es el amado ni atormentador ni atormentado. El amado.
Aire y el mundo no buscado. La vida.























Arthur Rimbaud (1854-1891)
fragmento de 'Vigilias'
trad. desconocido
[hallado en una anotación manuscrita
dentro de otro libro.]

sábado, 28 de mayo de 2016

reposo









Tendido en la cama el sol me disculpa
Guardo aún la ternura de la noche

El contacto sin fin de la noche
En las cálidas islas del corazón


















Paul Eluard (1895-1952)
fragmento de 'reposo de verano'
citado en "Paul Eluard"
Louis Parrot y Jean Marcenac
trad. Mariano Antolín-Rato
ed. Júcar (1973)

viernes, 27 de mayo de 2016

el polvo






   «El polvo de las cosas muertas y de las páginas estériles no lo he respirado. Sino que, hábil con mis dedos, sutil con mi espíritu, difícil en mi corazón, sólo he respirado por la nariz del océano y por el abanico de las olas.»





















fragmento de la Puerta IV
del "Libro de la verdad de la palabra"
trad. Lluïsa Vert
en "La Puerta : Egipto"
ed. Obelisco (1990)

jueves, 26 de mayo de 2016

los tres gatos










   Un samurai tenía problemas a causa de un ratón que había decidido compartir su habitación. Alguien le dijo: «Necesitas un gato». Buscó uno en el vecindario y lo encontró; era un gato impresionante, hermoso y fuerte. Pero el ratón era más listo que el gato y se burlaba de su fuerza. El samurai adoptó un segundo gato, muy astuto. Desconfiado, el ratón sólo aparecía cuando aquél dormía.
   Entonces le trajeron al samurai el gato de un templo zen. Tenía aspecto distraído, era mediocre y parecía siempre soñoliento. El samurai pensó: no será éste el que me librará del ratón. 
   Sin embargo el gato, siempre soñoliento e indiferente, pronto dejó de inspirar precauciones al ratón, que pasaba junto a él sin apenas hacerle caso. Un día, súbitamente, de un zarpazo, lo atrapó.















'El samurai y los tres gatos'
en "La práctica del Zen"
Taisen Deshimaru
trad. Nieves Samblancat y Pere Rovira
ed. Kairós (1979)

miércoles, 25 de mayo de 2016

ambos











Sopla el viento de otoño
estamos vivos y podemos vernos
tú y yo




















Masaoka Shiki (1867-1902)
en "Haikus de las cuatro estaciones"
trad. Arturo Carrera
ed. Interzona (2013)

martes, 24 de mayo de 2016

reencuentro









Sin dejar huellas,
la grulla se desliza por el río.
Sin embargo, sólo ella sabe su camino.



















lunes, 23 de mayo de 2016

sus proas








Cuando el tiempo era bueno los barcos
podían navegar a través de Anfítrite, sus proas se oscurecían
con la sequía del invierno, después de que yo hubiera abierto
los grises brazos de Tetis con una sonrisa, sonrojadas mis alegres mejillas.
Por las profundidades navegables,
cuando el corazón me lo pedía, seguía mi camino sin rumbo.
Precipitándose en todas direcciones
con oscuro bramar,
el océano daba profundos rugidos
desde su santuario más íntimo, en sus profundas cavernas.
Fui la primera que guió la quilla del rápido barco, sus velas al viento,
mientras cabalgaba en su cubierta de madera sobre las olas.
La hermosa familia de Doris comenzó su tortuosa danza
cuando el mar fue puesto bajo control por rápidos veleros de pino.
Sus mentes se estremecieron de estupor mientras contemplaban
a una tripulación que nunca antes habían visto. Yo, Isis, puse fin
a la penosa guerra con una nube espantosa,
protegiendo con las armas del reino poderoso la bendita paz, y
con cerrojos los muros que actuaban de dique.
En el principio traje la isla hundida
desde el abismo pantanoso a la luz;
elevé las sólidas cimas, y el cuidado estacional de los campos
extendió la tierra fértil, hice seguros los establos de ganado;
sobre el espumoso Nereo,
que sacude su tridente,
coloco la espuma refulgente y su oleaje tonante
golpea la costa del acantilado desnudo. Hago que crezca
frondosa la uva verde, fresca,
que se oscurece y trae alegría.














fragmento del 'Himno de Andros' (I a.C.)
en "Himnos a Isis"
trad. Elena Muñiz Grijalvo
ed. Trotta (2006)
  

domingo, 22 de mayo de 2016

el inconsolable







BACANTE: En otro tiempo cantabas a Eurídice en los montes...
ORFEO: El tiempo pasa, Bacante. Los montes están, Eurídice ya no está. Estas cosas tienen un nombre y se llaman hombre. De nada vale aquí invocar a los dioses de la fiesta.
BACANTE: También tú los invocabas.
ORFEO: Todo lo hace un hombre en la vida. Todo lo cree, en sus días. Hasta cree que su sangre corre por las venas de los otros. O que lo que ha sido puede deshacerse. Cree romper el destino con la ebriedad. Todo esto lo sé y no es nada.
BACANTE: No sabes qué hacer con la muerte, Orfeo, y tu pensamiento es solamente muerte. Hubo un tiempo en que la fiesta nos tornaba inmortales.
ORFEO: Y gozad vosotras de la fiesta. Todo es lícito para quien nada sabe todavía. Es necesario que todos desciendan alguna vez a su infierno. La orgía de mi destino ha terminado en el Hades; ha terminado cantando, según mi costumbre, la vida y la muerte.
BACANTE: ¿Y qué quiere decir que un destino no traiciona?
ORFEO: Quiere decir que está dentro de ti, que es cosa tuya; más profundo que la sangre, más allá de toda ebriedad. Ningún dios puede tocarlo.













Cesare Pavese (1908-1950)
fragmento de 'El inconsolable'
en "Diálogos con Leucó"
trad. Marcella Milano
ed. Siglo Veinte (1968)

sábado, 21 de mayo de 2016

el rastro






"Y he aquí que un bicho muy grande y de ojos relucientes se vino hacia ellos a la media noche siguiéndole el rastro y cantando: Chivi-wokokó uyewan-enapué. (Busco la semilla de mi pecho, el corazón)"















fragmento del 'Taurón Pantón'
en "Literaturas indígenas venezolanas"
Fray Cesáreo de Armellada / Carmela Bentivenga
ed. Monte Avila (1981)

viernes, 20 de mayo de 2016

los animales








No he tenido noticias de los animales.
¿Todavía existen? Aquellos sapos
A los que conocía tan bien. Y los zorros,
¿Todavía andan por ahí en la oscuridad?

Imposible. Donde un caballo solía pastar
En mis sueños –Hay un vacío, el borde de un precipicio
Donde me columpio
Sin pericia y con mucha suerte.

Parece que ahora tendré que construir 
Mi bestiario de algún otro modo:
Sin un hueso o un ojo,
Incluso sin una huella de sangre en la nieve,
Y con los ladridos
Siguiéndome de cerca.

Solo, sin un modelo–
De mí dependerá
Imaginar, fuera de las piedras
Y de los escombros que quedan, una nueva especie

Un diente,
Una ubre
Llena de leche.
















Charles Simic
'Los animales'
en "Mil novecientos treinta y ocho"
trad. Nieves García Prados
ed. Valparaíso (2014)

jueves, 19 de mayo de 2016

la partida







   Como le queríamos las dos nos lo jugamos a las tabas.
Y fue esta una partida memorable a la que asistieron numerosas jóvenes.

   Ella sacó primero la jugada de los Cíclopes, y yo, la de Solón. ¡A ella le salió luego el Kallíbolos y yo, sabiéndome perdida, imploré a la diosa!

   Tiré, saqué el Epifenón, ella la jugada terrible de Khios, yo el Antitheukos, ella las Trikhias, y yo, finalmente, el tanto de Afrodita que ganaba el amante apostado.

   Sin embargo, viéndola palidecer, la enlacé por el cuello y para que sólo ella me oyese, susurré en su oído: "No llores, amiga mía, le dejaremos escoger entre nosotras."










Pierre Loüys (1870-1925)
'La partida de tabas'
en "Antología de la poesía erótica"
trad. Mariano Navarro
ed. Leviatan (1988)

miércoles, 18 de mayo de 2016

el mensaje







   Sun Bi Zhen estaba cruzando en barco el río Yang-tsé cuando se desató una gran tormenta. El barco cabeceaba peligrosamente y el pánico cundió entre los pasajeros. En esos instantes apareció entre las nubes un espíritu. Iba guarnecido de armaduras de oro y sujetaba en la mano un gran pliego extendido en el que habían escrito, en letra de oro, tres caracteres:

SUN BI ZHEN

   Los pasajeros del barco, después de interpretar el mensaje, se acercaron en actitud amenazadora a Sun Bi Zhen.
   –¡Desgraciado! –le dijeron–. ¡Has incurrido en la cólera del cielo! ¡Vete ahora mismo, para que tu castigo no recaiga también sobre nosotros!
   Sin darle tiempo a hablar lo metieron en un bote, lo echaron al agua y lo obligaron a alejarse del barco con gritos y amenazas.
   Cuando Sun Bi Zhen se volvió a mirar, el barco se había hundido.

















Pu Songling (1640-1715)
'Sun Bi Zhen'
en "Cuentos de Liao Zhai"
trad. Laura A. Rovetta y Laureano Ramírez
ed. Alianza (1985) 

martes, 17 de mayo de 2016

conocimiento






   «Si la potencia divina fuera ilimitada, no podría conocerse a sí misma (...) Efectivamente, aquello que es ilimitado es incomprensible»


















Orígenes (185?-254)
del 'Tratado de los Principios'
citado en "La geometría de los Antiguos 
Deberes de la masonería operativa"
art. de Pere Sánchez Ferré
en Axis Mundi Nº 7
ed. Paidós (1999)




lunes, 16 de mayo de 2016

los límites






   Entonces se levantó un muro alrededor del árbol y se le fijaron límites y se le dio forma. Sus límites son las [seis] direcciones, arriba y abajo, derecha e izquierda, delante y detrás, siendo lo más alto su límite superior y lo más bajo, el inferior. Las cosas que le dan forma son los horizontes, los cuerpos celestiales, las regiones de la tierra, las leyes [por las que se gobiernan], las señales [por las que se reconocen] y los nombres [por los que se las conoce]. Así, las siete zonas se establecieron para que fueran como hojas que dan sombra, y se fijaron las estrellas en sus cursos para que fueran como flores en las bóvedas celestiales, mientras que la noche y el día se dispusieron como dos cortinas alternas, una negra para que, corrida, ocultara las cosas de la vista, y otra blanca para que, al descorrerse, revelara las cosas que pueden ser vistas.


















Ibn Al-Arabi (1165-1240)
fragmento de "El árbol del universo"
trad. Carmen Liaño
ed. Sufi (1989)

domingo, 15 de mayo de 2016

transformado







   Cambié el rumbo y volví hacia ellos, dichoso ante sus vítores. Un muchacho se despojó de la camisa y los pantalones, y se arrojó de cabeza en el agua revuelta. Atravesado por rayos de luz emergió a la superficie transformado en un hermoso y esbelto pez espada.
   

















J.G. Ballard (1930-2009)
fragmento de "Compañía de Sueños Ilimitada"
trad. Enrique Pezzoni y Marcial Souto
ed. Minotauro (1990)

sábado, 14 de mayo de 2016

el gran pez (bestiario VI)







   «Del lado derecho del Gran Pez fluyen treinta arroyos, algunos de los cuales suben y otros bajan; pero todos están unidos por pequeños arroyuelos que fluyen entre ellos. De estos arroyos salen mil ríos, y abren su camino hacia los cuatro puntos cardinales. De éstos, están quinientos a la derecha y quinientos al lado izquierdo. Pero la mitad de un río a la derecha y la mitad de un río a la izquierda se unen para formar en medio un río. En este río del medio hay un gran pez, con su cabeza tan roja como una rosa, sus escamas duras como el hierro y sus aletas que alcanzan las aguas de los otros ríos. Cuando el pez mueve la cola los otros peces escapan delante de él, temiendo ser destruidos. De su boca sale fuego, y cuando él se mueve una fusilada de fuego se dispara y se extiende por entre los demonios. Entonces las aguas en todos los ríos se vuelven turbias, y se vuelven de un color azul oscuro. Y las ruedas de los cuatro puntos cardinales empiezan a moverse. Su cola, en movimiento, puede alcanzar desde los cielos hasta los mundos inferiores. Cada setenta años le está permitido a este pez entrar en los ríos, pero no se le permite permanecer, puesto que demolería los mundos superiores y los inferiores. Luego es embozado y echado en el abismo, y todos los ángeles alaban a Dios (...)»












fragmento de 'El Gran Pez'
en "El Zohar"
trad. Ariel Bension
ed. Olañeta (1992)

viernes, 13 de mayo de 2016

el fuego






   Jamadagni dijo: «¿De dónde viene el fuego? De la boca. De la vagina. De una cavidad húmeda, lisa. Del lago ardiente. En el fondo de las aguas hay un fuego. Es la Yegua Submarina. Se llama Vaḍavā. De su boca salen llamas. Cuando los océanos ya no consigan esconderla, cuando todas las aguas hayan sido devoradas, la cabeza de la Yegua volverá a emerger. Será el fin del mundo.»














Roberto Calasso
"Ka"
trad. Edgardo Dobry
ed. Anagrama (1999)

jueves, 12 de mayo de 2016

temporalia XVII






   El instante encierra y disimula el más allá del tiempo, lo mismo que el cubo material de la rueda oculta su eje matemático. El flujo de los siglos se alimenta de lo intemporal; la rotación, de la inmovilidad.
















Ernst Jünger (1895-1998)
citado en 'La ciencia de las lindes y de los umbrales'
artículo de Luc-Olivier d'Algange, 
en "Axis Mundi" 2 
ed. Paidós (1997)

miércoles, 11 de mayo de 2016

modo








¿Así se dirige uno hacia las estrellas?

















Séneca (3 a.C.- 65 d.C.)
en "Epístolas morales a Lucilio"
trad. Ismael Roca Meliá
ed. Gredos/Planeta-DeAgostini (1995)

martes, 10 de mayo de 2016

urgente






   No fue hasta la edad de veinticuatro años que me volví pez martillo. ¿Cree que soy lo que se llama una retrasada?
   Ahora tengo veintisiete años.
   Conteste, es urgente.


   Me apresuro a hacerle saber en este día 22 del mes, a las 4 y 8 minutos, que un joven elefante marino se interesa por mí. 
   ¿Debo permitirle, si se presenta la circunstancia, una noche en que haya querido aprovechar la oscuridad, debo permitirle servirse de la membrana?
   Contésteme enseguida, pronto cumpliré veintiocho años.


   Me piden información, es importante, un emperador me pide información. Se trata de saber si se puede cazar la ballena a mano, o si hace falta una red. Yo lo he olvidado. contésteme, por su honor. Contésteme por correo neumático. Si no lo sabe, pregunte a un orcal, lo saben todos. Hay unos 400.000, sólo en el Pacífico, y envíe pastillas «cri» y bigotes «cra» genealogía guergrejo y 280 en capa. 



   Urgente, infinitamente urgente. Son las 4h 28. Día exasperante, él merodea desde el primer minuto de esta mañana. Ahora hay que decidirse. Dígame, ¿tengo que matar al búfalo?















Henri Michaux (1899-1984)
'Una mujer me pide consejo'
en "La noche se agita"
trad. Marta Segarra
ed. Ellago (2009)

lunes, 9 de mayo de 2016

canción de cuna








Sobre tu poncho puyo,
Duérmete, chango.
Duérmete, chango...

Sueña con las leñitas
Que voy quemando.
Que voy quemando...
..................................

Sobre su poncho puyo
Duerme el changuito.
Duerme el changuito...

El que sueña con fuego
No tiene frío.
No tiene frío...











Atahualpa Yupanqui (1908-1992)
'Canción de cuna india'
en "Aires indios"
ed. Siglo Veinte (1981)

domingo, 8 de mayo de 2016

primera hora







   Hay que ir a ver a primera hora de la mañana, desde la cumbre de la colina del Sacré-Coeur, en París, cómo la ciudad se desprende lentamente de sus velos espléndidos, antes de estirar los brazos. Toda una multitud por fin dispersada, helada, desunida y sin fiebre surca como un navío la gran noche que sabe hacer una misma cosa de la basura y de la maravilla. Los trofeos orgullosos que el sol se dispone a coronar de pájaros o de ondas, se reponen mal del polvo de las capitales enterradas. Hacia la periferia las fábricas, primeras en estremecerse, se iluminan con la conciencia cada día creciente de los trabajadores. Todos duermen, excepto los últimos escorpiones con rostro humano que empiezan a cocer, a hervir en su oro. La belleza femenina se funde una vez más en el crisol de todas las piedras raras.













André Breton (1896-1966)
fragmento del cap. III
en "Los vasos comunicantes"
trad. Agustí Bartra
ed. Siruela (2005)

sábado, 7 de mayo de 2016

las preguntas






   Dicen que el desierto es el jardín del Creador. Los animales y la vegetación escasean para que nada distraiga el pensamiento. Así pues, un beduino y su hijo caminaban apaciblemente por el desierto, mecidos por el ritmo de sus dromedarios, cuando el niño preguntó a su padre:
   –Papá... el cielo, ¿por qué es azul?
   El beduino pensó durante un momento y respondió:
   –Hijo mío, no lo sé...
   Continuaron avanzando, y entonces, de nuevo, el niño preguntó:
   –Papá... Y la arena, ¿por qué es amarilla?
   Y una vez más, el padre respondió:
   –No lo sé.
   Avanzaron un poco más...
   –Papá... Y el mar, ¿por qué es azul?
   –¡No lo sé!
   El niño se preocupó:
   –Pero papá, ¿te molesta que te haga tantas preguntas?
   –No, hijo mío, al contrario –respondió el padre–. Debes hacer preguntas, si no, ¿cómo vas a saber?















'Cómo saber'
en "Cuentos de los sabios judíos, 
cristianos y musulmanes"
Jean-Jacques Fdida
trad. Alicia Capel
ed. Paidós (2007)

viernes, 6 de mayo de 2016

estado







Los peces son agua en estado sólido.
Los pájaros son viento en estado sólido.
Los libros son silencio en estado sólido.
















Pascal Quignard
en "Sobre lo anterior"
trad. Silvio Mattoni
ed. el cuenco de plata (2016)


jueves, 5 de mayo de 2016

la gota







   Y mientras hablaban de diversas cosas, de una cámara llegó un paje que llevaba una lanza blanca empuñada por la mitad, y pasó entre el fuego y los que estaban sentados en el lecho. Y todos los que estaban allí veían la lanza blanca y el hierro blanco, y una gota de sangre salía del extremo del hierro de la lanza, y hasta la mano del paje manaba aquella gota bermeja.













fragmento citado 
en "Grial, poética y mito"
Victoria Cirlot
ed. Siruela (2014)

miércoles, 4 de mayo de 2016

en la sirena de niebla







Boca en el espejo oculto,
rodilla ante la columna del orgullo,
mano con el barrote de reja:

ofreceos la oscuridad,
decid mi nombre,
llevadme ante él.








INS NEBELHORN

Mund im verborgenen Spiegel,
Knie vor der Säule des Hochmuts,
Hand mit dem Gitterstab.

reicht euch das Dunkel,
nennt meinen Namen,
führt mich vor ihn.













Paul Celan (1920-1970)
'en la sirena de niebla'
de "Amapola y memoria"
trad. Jesús Munárriz
ed. Hiperión (1996)

martes, 3 de mayo de 2016

reflejo











En la palma de mi mano
Solo un instante un poco de agua
Ha reflejado la luna.
¿Era ella realmente?
Así fue mi paso por este mundo.

















Kino Tsurayuki (883-946)
en "La pintura zen y otros 
ensayos sobre el arte japonés"
Osvaldo Svanascini
ed. Kier (1979)

lunes, 2 de mayo de 2016

la forja





   Ea, cíclopes, forjadme también a mí un arco al modo cidonio, y flechas, y una espaciosa aljaba para los dardos. Pues también yo soy hija de Leto, igual que Apolo. Y si con un arco cazo una bestia salvaje o alguna fiera descomunal, que se la coman los cíclopes.

   Así hablaste, y ellos lo cumplieron: te armaste en un momento, diosa.





















Calímaco (320-240 a.C.)
fragmento del 'Himno a Ártemis'
en "Himnos y Epigramas"
trad. Jordi Redondo
Ed. Akal (1999)

domingo, 1 de mayo de 2016

el chacal temido






   En cierta región de un bosque vivía un chacal llamado Chandarava que, hambriento un día y deseoso de saciar el hambre, se entró en una ciudad. Los perros que le vieron le rodearon por todas partes ladrando y empezaron a morderle con sus agudos dientes. Mordido por ellos y temiendo por su vida, se entró el chacal en la próxima casa de un tintorero, donde había una gran caldera de tintura de añil. Acosado allí por los perros, cayó en medio de la caldera; y cuando salió de ella quedó todo teñido de añil. Los perros, que no reconocieron en él al chacal, se marcharon cada uno por su parte. 
   Mas Chandarava, enderezando sus pasos hacia lejana región, penetró en un bosque, sin que le desapareciera jamás el color del añil.
  Pero así que vieron a este animal extraordinario, que parecía por su esplendor el veneno del cuello de Ziva, que es azul como el tamala, todas las bestias que habitaban en el bosque, leones, tigres, panteras, lobos y demás, con la mente turbada por el miedo, buscaron por todas partes su salvación en la fuga, diciendo: «No se sabe cuál sea el proceder de éste ni su valor, por tanto, vayámonos lejos».
   Pero Chandarava, que comprendió que estaban turbados de miedo, dijo:
   –¡Ce, ce, bestias!, ¿por qué al verme huís asustadas? No hay que temer. El propio Brahma es quien me envía hoy, habiéndome dicho: «No hay rey entre las bestias; por esto, ungido tú hoy por mí como soberano de todas ellas, te vas enseguida, y cuida de su conservación». Por esto he venido aquí, y por esto todas las bestias habéis de vivir a la sombra de mi parasol. Soy el rey llamado Kakudruma, que he llegado a serlo de las bestias en los tres mundos.
   Al oír esto las bestias, comenzando por el león y el tigre, le rodearon diciendo:
   –Poderoso señor, ordene.
   Dio entonces al león el cargo de ministro, al tigre el de camarero, a la pantera el cuidado de preparar el betel y al lobo el de portero. En cuanto a los suyos, es decir, a los chacales, ni siquiera quiso hablar con ellos. Todos los chacales fueron cazados lejos. De este modo, ejerciendo éste las funciones de soberano, el león y los demás mataban bestias y las echaban delante de él, quien las repartía y las daba conforme a ley de soberano. Así pasaba el tiempo, cuando un día se oyeron unos chacales que aullaban a lo lejos. Al oír él los aullidos, se le erizaron los pelos del cuerpo y llenaron los ojos de lágrimas de alegría; tanto, que empezó a aullar con penetrante sonido. Pero el león y demás bestias que oyeron tan penetrante voz y conocieron por ella que aquél era chacal, se quedaron un momento mirando el suelo de vergüenza, y dijeron:
   –¡Oh! Engañados por éste hemos sido; éste es un vil chacal. Matémosle al punto.
   Al oír estas voces el chacal, quiso huir; pero cogido allí mismo por el león y los demás, fue despedazado y muerto.













del cuento X, Capítulo I
en el "Panchatantra"
trad. José Alemany Bolufer
ed. Paidós (2007)