lunes, 30 de noviembre de 2020

la terquedad



 


(...) El espíritu percibe ante la naturaleza menos su propia superioridad que su propia naturalidad. Este instante mueve al sujeto a llorar ante lo sublime. El recuerdo de la naturaleza disuelve la terquedad de su autoposición: «¡La lágrima brota, la tierra vuelve a tenerme!». El yo sale así espiritualmente de la prisión en sí mismo. 










de 'Teoría Estética' T. W. Adorno

citado en "Muerte y alteridad"

Byung-Chul Han

trad. Alberto Ciria

ed. Herder (2018) 

domingo, 29 de noviembre de 2020

inconveniencia del material (sonora XXVII)

 



   Quizá alguien podría sostener que nuestro razonamiento no es consistente, pues por un lado hacemos el examen de las cuestiones musicales mediante números y por otro afirmamos que los intervalos no son perfectamente capaces de admitir estos mismos números. Si debemos decir la causa de esto habremos de revelar una doctrina divina y secreta. 

   Ciertamente, puesto que las cosas de aquí se constituyen por la imitación de realidades más preciadas y obtienen su origen y se procuran el ser según el curso y evolución de aquellas, y puesto que hay una diferencia entre ambas regiones –pues una es pura e incorruptible y la otra turbia y fangosa–, allí la actividad se produce perfecta y sin impedimentos, mientras que aquí es imperfecta, coja y difícil, no por causa del agente, sino por la agitación e incapacidad de la materia. En efecto, tal como el escultor, dicen, podría instalar con facilidad en la piedra los modelos que se propusiera, pero nunca o muy difícilmente lo haría en piedra pómez –aunque no por falta de técnica ni por su incapacidad, sino por la inconveniencia del material subyacente–, así también la actividad del universo alcanza mejor las cosas de allí, que se mantienen en la conveniencia a causa de su mayor divinidad, pero más tenuemente a las de aquí, enturbiadas por la mucha distancia y por las sombras y sedimentos corporales. Pues tal como un rayo solar, dicen, se observa con gran pureza en el aire, mientras que en las profundidades marinas parece mortecino y evanescente –no porque él mismo sea así, sino porque nuestra sensación es impedida por lo que le rodea–, así también las emanaciones que se propagan desde arriba no actúan de modo semejante en cada región, sino que dependen de la dignidad de cada una de las cosas que subyacen. Por eso, también nosotros mismos, cuando estamos inclinados hacia la agitación y el desorden de las cosas de este mundo encontramos un escaso e imprescindible auxilio de lo superior, mediante la unidad y comunidad del universo; pero tan pronto como, habiéndonos conocido a nosotros mismos y habiendo aprendido cuál es nuestro principio, cambiáramos nuestra vida y dirigiéramos nuestros impulsos hacia las cosas más preciadas, entonces acogeríamos lo puro y absolutamente perfecto de la providencia total, aproximándose desde ese momento nuestra naturaleza, por la semejanza con lo más bello, a la conveniencia.

   Como pruebas rigurosas de la afinidad simpática de las cosas de aquí con las de allí, los antiguos aportan las estaciones del año, los cambios de los aires y los movimientos de las aguas, y los calores y las suaves temperaturas, todo lo cual se produce dependiendo de la clase de relación que se establece entre las cosas de allí; además, aquello que ocurre a cada momento, por así decir, como el crecer y marchitarse de las plantas o el llenarse y vaciarse de los animales, que son afectados por simpatía y se modifican al mismo tiempo que aumenta o disminuye el círculo lunar; y, ciertamente también, los flujos y reflujos del mar, que cambian sucesivamente a la vez que lo hacen el curso y las fases de esa misma diosa, como habitualmente sucede en el paso marítimo a través de las Columnas de Hércules, o las crecidas y retrocesos de la corriente del Nilo en Egipto, que se producen siempre en las mismas estaciones del año, en correspondencia con los trayectos y movimientos del sol. 

   No es inverosímil, por lo tanto, decir que la música en sí misma, como también las otras cosas, tiene un principio derivado del Todo, pero que, debido a la mezcla con la materia corpórea, se aparta de la precisión y excelencia de los números, pues, ciertamente, en las regiones que están más allá de nosotros es exacta e incorruptible. Por esta razón, nosotros no podemos hacer las divisiones de los intervalos en partes iguales y las consonancias de nuestros sistemas son imperfectas, al impedirlo el grosor corporal. 






'Libro III. (7)'

en "Sobre la música"

Arístides Quintiliano

trad. Luis Colomer y Begoña Gil

ed. Gredos/Planeta-DeAgostini (1997)



sábado, 28 de noviembre de 2020

eterna fonte



 



Que bien sé yo la fonte que mana y corre,

aunque es de noche.


aquella eterna fonte está escondida,

que bien sé yo do tiene su manida.

aunque es de noche.


[En esta noche oscura desta vida,

que bien sé yo por fe la fonte frida,

aunque es de noche.]


Su origen no lo sé, pues no le tiene,

mas sé que todo origen della viene, 

aunque es de noche.


Bien sé que no puede ser cosa tan bella

y que cielos y tierra beben della,

aunque es de noche.


Bien sé que suelo en ella no se halla

y que ninguno puede vadealla,

aunque es de noche.








de 'Cantar de la alma que se huelga por conocer a Dios por fe'. (fragmento)

en "Poesía"

San Juan de la Cruz

ed. Taurus, 1983

viernes, 27 de noviembre de 2020

armas sacrílegas



 


Esto es, según dicen, lo que ocurrió a Breno y a su ejército de galos, cuando su jefe se atrevió a volver armas sacrílegas contra el templo de Apolo Delfo. 

Refiérese que la pitonisa pronunció entonces este oráculo: 

«Las vírgenes blancas y yo proveeremos.»

Por lo que cuando creían que iban a combatir con ellos vírgenes armadas sucumbió bajo las nieves el ejército de los galos. 








del 'Libro primero' (fragmento)

en "La adivinación - El hado"

Marco Tulio Cicerón

trad. Francisco Navarro y Calvo

ed. Hyspamerica (1985)



jueves, 26 de noviembre de 2020

los huesos preciosos





Se consultaron los dioses y dijeron: "¿Quién habitará, pues que se estancó el cielo y se paró el Señor de la tierra?, ¿Quién habitará, oh dioses?" Se ocuparon en el negocio Citlaliicue Citlallatónac, Apanteuctli. Tepanquizqui, Tlallamanqui, Huictlollinqui, Quetzalcóhuatl y Titlahcahuan. Luego fue Quetzalcóhuatl al infierno, se llegó a Mictlanteuctli y a Mictlancíhuatl y dijo: "He venido por los huesos preciosos que tú guardas". Y dijo aquél: "¿Qué harás tú, Quetzalcóhuatl?" Otra vez dijo éste: "Tratan los dioses de hacer con ellos quien habite sobre la tierra". De nuevo dijo Mictlanteuctli: "Sea en buena hora. Toca mi caracol y tráele cuatro veces al derredor de mi asiento de piedras preciosas". Pero su caracol no tiene agujeros de mano. Llamó a los gusanos, que le hicieron agujeros, e inmediatamente entraron allí las abejas grandes y las montesas, que lo tocaron; y lo oyó Mictlanteuctli. Otra vez dice Mictlanteuctli: "Está bien, tómalos". Y dijo Mictlanteuctli a sus mensajeros los mictecas: "Id a decirle, dioses, que ha de venir a dejarlos". Pero Quetzalcóhuatl dijo hacia acá: "No, me los llevo para siempre".






de 'El nacimiento de la muerte' (fragmento)

en "Muerte a filo de obsidiana"

Eduardo Matos Moctezuma

ed. Fondo de Cultura Económica (2000)


miércoles, 25 de noviembre de 2020

la fuerza del presentimiento

 



   Cabría imaginar un ser pensante al que le resultara más fácil ver el futuro que el pasado. En los instintos de los insectos hay muchas cosas que deben hacernos creer que son guiados más por lo futuro que por lo pasado. Si los animales tuvieran tanta memoria del pasado como presentimiento del futuro, más de un insecto sería superior a nosotros. Pero así, la fuerza del presentimiento parece estar siempre en proporción inversa al recuerdo del pasado. 










[178]

de 'J' (1789-1793)

en "Aforismos"

Georg Christoph Lichtenberg

trad. Juan del Solar

ed. Edhasa (2002)


martes, 24 de noviembre de 2020

la experiencia (oneiros XXIX )

 



«Nuestro ser onírico es uno. Continúa de día la experiencia de la noche.»








de 'El sueño de vuelo' (fragmento)

en "El aire y los sueños - Ensayo sobre la imaginación del movimiento"

Gaston Bachelard

trad. Ernestina de Champourcin

ed. Fondo de Cultura Económica (1993)

lunes, 23 de noviembre de 2020

pasan luego sombras

 




   El rostro de la persona que sueña, de la que duerme, de la que está absorta en sus recuerdos. A veces sonríe; sobre su frente pasan luego sombras. 

   Cuan numerosas son las vivencias, las tareas, las obligaciones en que hemos fallado. Fallado: eso significa que no respondimos como debíamos. Fallado con los padres, con los maestros, con los camaradas, con los amigos, también con personas con quienes solo tuvimos un fugaz encuentro. Faltas leves, inconveniencias, arrogancias, equivocaciones, maldades, fechorías. 

   Bien, todas esas cosas quedan lejos, años y decenios atrás, datan incluso de la infancia. Hace mucho tiempo que cicatrizaron las heridas que nos causamos a nosotros mismos y también las que causamos a otros. De muchas cosas somos nosotros los únicos enterados. Quienes intervinieron en esos asuntos, los cómplices, los afectados, todos ellos han muerto hace años; ya en vida se tomaron su revancha o nos perdonaron. Ya no hay nadie que sepa nada de eso. 

   Hemos hecho penitencia, pero las cicatrices aún duelen, y a veces duelen más de lo que dolieron las propias heridas. Las injusticias que sufrimos, esas sí las hemos olvidado, pero las que no hemos olvidado son las que cometimos. 

  ¿Cómo se explica ese andar hurgando en estratos ya muertos, ese desasosiego que no se calma? En primer lugar, sin duda, porque nos hemos hecho mayores y con ello ha aumentado nuestra capacidad de discernimiento moral. Pero entonces el recuerdo de nuestras buenas acciones debería disculparnos. No es eso lo que ocurre. Como si el bien fuera lo obvio, erramos por nuestro pasado como por un paisaje en el que sólo percibiésemos las irregularidades del terreno, las hondonadas y abismos. 

   Es de suponer que nuestra imagen auténtica sea más noble y digna que la que fuimos capaces de realizar en el mundo fenoménico – «realizar» significa: representar la realidad. Fallar: hemos tejido mal el hilo del destino. Ese hilo estaba destinado a ser mejor tejido. 

   En esto nuestra persona esencial hace comparecer ante sí a nuestra persona histórica y juzga su paso por la vida. El tiempo no puede calmar el dolor; el sentido que éste tiene es diferente. 







Wilflingen, 29 de marzo de 1966

en "Pasados los setenta I"

Ernst Jünger

trad. Andrés Sánchez Pascual

ed. Tusquets (1995)



domingo, 22 de noviembre de 2020

en los escalones



 


Perder el Mediodía cotidiano; atravesar corrientes, arcadas, puentes; intentar los caminos que se bifurcan; extenuarse en los escalones, en las rampas, en las escaladas;

Evitar la estela precisa; rodear los muros habituales; tropezar ingenuamente entre los peñascos ficticios; saltar ese barranco; detenerme en este jardín; volver a veces hacia atrás,

Y por un dédalo reversible perder al fin el cuádruple sentido de los Puntos del Cielo.









'Perder el mediodía cotidiano' (fragmento)

en "Estelas"

Victor Segalen

trad. Manuel Alvarez Ortega

ed. Visor (1974) 

sábado, 21 de noviembre de 2020

por ver los frutos

 



   ¿Quién es ésta que se descubre como el alba, hermosa como la luna, escogida como el sol, terrible como los escuadrones?

   Al huerto del nogal descendí por ver los frutos de los valles y ver si está en ciernes la vid y si florecen los granados. 








del capítulo sexto, 9, 10.

en "El cantar de los cantares"

Salomón

-versión de Fray Luis de León-

ed. Espasa-Calpe (1958)


viernes, 20 de noviembre de 2020

el orbe del mundo





 

   «Allí estaba yo, en la montaña más alta de todas, y a mi alrededor, por debajo de mí, estaba el orbe del mundo. Y mientras estuve allí vi más de lo que puedo explicar, y comprendí más de lo que pude ver; porque veía, de un modo sagrado, las formas del espíritu de todas las cosas, y la forma de todas las formas de la manera en que deben vivir juntas, como un solo ser. Y vi que el orbe sagrado de mi pueblo era uno de los muchos que componían un gigantesco círculo, amplio como la luz del día y de las estrellas; y en su centro crecía un robusto árbol florido para dar cobijo a todos los niños hijos de un padre y una madre. Y vi que era sagrado.»








Alce Negro

citado en 'El centro de transformación' (fragmento)

de "La imagen del mito"

Joseph Campbell

trad. Roberto R. Bravo

ed. El hilo de Ariadna (2012)



jueves, 19 de noviembre de 2020

al desierto

 






   El león ruge al desierto exasperante. 












Wallace Stevens

citado en "El pensamiento del corazón"

James Hillman

trad. Fernando Borrajo

ed. Siruela (2005)


miércoles, 18 de noviembre de 2020

el cetrino de la miel (alchimia XXXVIII / mineralogía VII)



 

   El alquimista determina, a partir de las tonalidades, la naturaleza de las gemas: los cristales y el hielo denotan aire y agua en tierra pura, bien equilibrados; el predominio del agua queda señalado por la mayor oscuridad del berilio o del hielo más sólido. Cuando juega sobre materias puras, la luz despierta fulgores vidriosos, como en el magnesio. Cuando un humo sutil, una débil exhalación de la tierra, se esparce en una materia pura, nace el rubí y, disminuyendo la pureza de la materia, la amatista. La luz de la calcedonia habla de una materia viscosa amasada con aire; la de la esmeralda, de tierra quemada con agua límpida. El color leonado de los topacios delata un humo espeso y un aire suspendido en tierra clara. El celeste del zafiro se debe a un estrato violáceo de tierra y agua mezcladas, sobre las que se extiende un velo muy tenue de otra tierra; (...) Tierra sutil, agua pura y aire claro dan el plateado, que la cocción transforma en el cetrino de la miel. 






de 'Los elementos, los colores y los sabores' (fragmento)

en "Una introducción a la alquimia - Las maravillas de la naturaleza"

Elémire Zolla

trad. José María Pinto

ed. Paidós (2003)


martes, 17 de noviembre de 2020

mi lecho de limo

 



   ¡Respétame! Soy el contemporáneo de los orígenes. He vivido en el mundo informe donde dormían las bestias hermafroditas, bajo el peso de una atmósfera opaca, en la profundidad de las ondas tenebrosas, donde los dedos, las aletas y las alas estaban confundidos, y ojos sin cabeza flotaban como moluscos, entre toros con rostro humano y serpientes con patas de perro.

   En el conjunto de estos seres, Omoroca, doblado como un arco, extendía su cuerpo de mujer. Pero Belus la cortó en dos mitades, hizo la tierra con una, el cielo con la otra; y los dos mundos semejantes se contemplan mutuamente. Yo, primera conciencia del Caos, surgí del abismo para endurecer la materia, para regular las formas; y enseñé a los humanos la pesca, la siembra, la escritura y la historia de los dioses. 

   Desde entonces, vivo en los estanques que quedan del Diluvio. Pero el desierto se agranda a su alrededor, el viento les hecha arena, el sol los devora, y muero en mi lecho de limo, mirando las estrellas a través del agua. Allá vuelvo. 








–discurso de Oanes–

en "La tentación de San Antonio"

Gustave Flaubert

trad. Elena del Amo

ed. Siruela (1988)

lunes, 16 de noviembre de 2020

gravedad

 



gravedad. "Escuchen: comenzamos con el misterio de cómo los antiguos habían levantado las pirámides de Egipto y México, y las grandes cabezas de la Isla de Pascua y los impresionantes arcos de Stonehenge, sin las fuentes de energía ni los instrumentos modernos. Llegamos a la conclusión de que en la Antigüedad hubo días en que la gravedad era tan ligera que la gente podía jugar a la pelota con enormes trozos de roca. Incluso estimamos que quizá fuese anormal que la gravedad de la Tierra se mantuviera estable durante largos períodos de tiempo. Profetizamos que en cualquier momento la gravedad podía volver a convertirse en un elemento tan caprichoso como el viento, el frío, el calor o las tempestades".








(Kurt Vonnegut, Slapsticks; traducción de la editorial Pomaire con el título de Payasadas).

en "Diccionario Privado"

Leo Maslíah

ed. Criatura (2013)











domingo, 15 de noviembre de 2020

los números




   Los números no pueden ser dioses, como opinaban los neopitagóricos. (...)

   Pero los números son algo más que meros receptáculos, algo más que criterios de medida surgidos de una invención refinada. No sólo son magnitudes inventadas, sino también magnitudes descubiertas; eso se halla confirmado por la física, por la química, por la cristalografía, por la botánica, precisamente en las perspectivas insospechadas abiertas por esas ciencias. 

   Los dioses no pueden ser números, pero en los números hay algo divino. En ellos captamos la coreografía del universo, las huellas de las pisadas de un baile cuyo coreógrafo permanece oculto. 

   Quien sigue la huella no cazará la pieza; pero ésta se le aparecerá al perseguidor cuando éste comience a soñar al borde del bosque. Entonces la pieza sale al claro.









Wilflingen, 4 de enero de 1966 (fragmento)

en "Pasados los setenta I (1965-1970)"

Ernst Jünger

trad. Andrés Sánchez Pascual

ed. Tusquets (1995)


sábado, 14 de noviembre de 2020

la puerta de mi palacio

 



   Cuando yo vivía en Nápoles, había en la puerta de mi palacio una mendiga a la que yo arrojaba monedas antes de subir al coche. Un día, sorprendido de que no me diera nunca las gracias, miré a la mendiga; entonces vi que lo que había tomado por una mendiga más bien era un cajón de madera, pintado de verde, que contenía tierra colorada y algunas bananas medio podridas. 








'La mendiga de Nápoles'

Max Jacob

en "Cuentos breves y extraordinarios"

selección de J. L. Borges y A. Bioy Casares

ed. Losada (1976)

viernes, 13 de noviembre de 2020

saludable

 



   Es saludable dejar un espacio libre en uno para lo extraño. Sería una expresión de amabilidad que también haría posible volverse distinto










del 'Prólogo'

en "Ausencia"

Byung - Chul Han

trad. Graciela Calderón

ed. Caja Negra (2019)


jueves, 12 de noviembre de 2020

el pantano

 



Comenzaron a construir la ciudad, pero cada vez que colocaban una piedra, el pantano la absorbía; apilaron piedra sobre piedra, roca sobre roca, tronco sobre tronco, pero el pantano lo tragaba todo y tan solo barro quedaba en la superficie.

 

Mientras tanto, el Zar estaba construyendo un barco y miró a su alrededor: vio que todavía no había una ciudad. «No saben cómo hacer nada» dijo a su gente y entonces comenzó a levantar piedra tras piedra y darle forma en el aire.

 

De este modo construyó la ciudad entera y la depositó en el suelo.

 

 







V.F. Odoevsky «La Sílfide» 

versión: R.M.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

un misterio

 



¡Mirad! Os revelo un misterio: 

No moriremos todos, mas todos seremos transformados. 












Primera Epístola a los Corintios 15, 51

Biblia de Jerusalén

martes, 10 de noviembre de 2020

los medios




   –Somos, lo sabes, proscritos, y habituados a las tempestades. Tu cólera es una de ellas. La encontramos bella, la admiramos. Sin embargo, permítenos unas palabras dentro de este huracán. (...) Nos dictaste una música y sabes bien, tú que debes ver las consciencias, que no dudábamos que fuera inmensa y contuviese todo lo que tu nombre es, Océano. Pero nos faltan los medios para ensayar esta música. 








de '23 de abril de 1854' (fragmento)

en "Lo que dicen las mesas parlantes"

Victor Hugo

trad. Cloe Masotta

ed. WunderKammer (2016)



lunes, 9 de noviembre de 2020

quizás nace

 




es la niebla que nos oculta


quizás nace un río aquí arriba



escucho el canto de las sirenas

del lago donde era la ciudad











Giuseppe Ungaretti

de "La alegría"

versión R.M.


domingo, 8 de noviembre de 2020

a los diez un animal

                        


    


   Hay un dicho japonés que oí una vez, sobre los cinco estados del crecimiento de un hombre: "A los diez, un animal; a los veinte, un loco; a los treinta, un fracaso; a los cuarenta, un fraude; a los cincuenta, un criminal". Y a los sesenta, agregaría yo (ya que para entonces hemos atravesado todo lo anterior), uno empieza a dar consejos a sus amigos; y a los setenta (al comprender que todo lo que se ha dicho ha sido malentendido) uno se queda callado y lo toman por un sabio. "A los ochenta", dijo Confucio, "supe dónde estaba y me quedé firme."












Joseph Campbell

en "Reflexiones sobre la vida"

trad. César Aira

ed. Emecé (1995)


sábado, 7 de noviembre de 2020

dos suertes

 



   Hay dos suertes de espíritus, uno geométrico, y el otro que puede llamarse de sutileza. El primero tiene designios lentos, duros e inflexibles; y el último una flexibilidad de pensamiento que aplica al mismo tiempo a las diversas partes amables de lo que ama. De los ojos va al corazón, y por la animación del exterior conoce lo que se pasa interiormente. Cuando se tienen ambos espíritus ¡cuánto placer proporciona el amor! Porque a la vez se posee la fuerza y la flexibilidad del espíritu, que es muy necesario para la comunicación de dos personas. 








Pascal

Discurso sobre las Pasiones del Amor

trad. Julio Torri

ed. Renacimiento (2003)



miércoles, 4 de noviembre de 2020

conforme a su naturaleza (alchimia XXXVII)

 




   El fuego, tras fortalecerse, hizo surgir una tercera quintaesencia portadora de las semillas de todas las cosas. Estas semillas fueron especificadas, purificadas y reducidas a unos cuerpos que nosotros llamamos astros. Estos cuerpos se dividen en estrellas errantes, llamados planetas, y en estrellas fijas. Estas fueron emplazadas en el firmamento y permanecen ligadas a su cielo como las abejas a su colmena, y desde allí lanzan sus semillas sobre la Tierra y procrean conforme a su naturaleza, de manera que se puede decir que son los autores de los minerales y de una parte de los vegetales.










'De los segundos principios' (fragmento)

en "El Piloto de la Onda Viva"

Mathurin E. de Martineau

trad. Núria García i Amat

ed. Indigo (1997)


martes, 3 de noviembre de 2020

una condición


 


¿Pero qué es el terror?


El terror es una condición en la cual lo imaginario domina completamente la imaginación. 


Lo imaginario es la energía fósil de la mente colectiva, las imágenes que en ella la experiencia ha depositado, la limitación de lo imaginable. 


La imaginación es la energía renovable y desprejuiciada. 


No utopía, sino recombinación de los posibles.










Franco 'Bifo' Berardi

fragmento extraído de 'Crónica de la psicodeflación #1'