martes, 28 de febrero de 2017

la visión de Olav





(Olav) Ha subido hasta las nubes y bajado a lo profundo del mar y viajado sobre agua santa y sobre valles bajos. No vio las aguas, porque fluyen bajo tierra. Con su caballo, acompañado por su perro, pasó por entre zarza y cardo, y se desgarró su capa escarlata y le fueron arrancadas las uñas de los pies. El alma le fue extraída del cuerpo a través de un angosto anillo; la capa escarlata volvió a sufrir y le arrancaron las uñas de las manos. Llegó al puente Gjallar, tan alto en el aire, cubierto de oro rojo y adornado con pináculos dorados. Una serpiente, un perro y un toro había ahí, feroces y coléricos, para impedirle el paso. No obstante, Olav cruzó el puente y también vadeó un cenagoso pantano, donde jamás el pie encuentra apoyo. El puente, nos dice, estaba lleno de agudos ganchos en hilera, y el pantano hedía. Llegó después a los lagos solitarios donde el titilante hielo arde azul, y en seguida a hermosas tierras donde vio el brillante paraíso.


















'El sueño de Olav Åsteson' (fragmento)
de "Literatura de visiones" cap. IV
en "El otro mundo en la literatura medieval"
Howard Rollin Patch
trad. Jorge Hernández Campos
ed. Fondo de Cultura Económica (1956)

lunes, 27 de febrero de 2017

en qué piensas








Coro

   Así, pues, Zeus, a los Griegos
diste el santuario de Ilión,
su oloroso altar en que 
quemaban tortas y el humo
de la mirra que hasta el cielo 
subió y la sacra Pérgamo,
los valles ideos cubiertos de yedra
por donde fluyen las heladas aguas
y la cumbre primera que el sol pisa,
divina morada de luz encendida.

   Perdiste los sacrificios
con los armoniosos coros
y las fiestas nocturnas;
las áures, lígneas imágenes
y la docena de lunas
divinas de la Frigia.
Me pregunto si en ello, ¡oh, señor!, piensas
cuando te sientas en celeste trono
y en la ciudad que por los aires arde,
destruida por las lenguas voraces de fuego.













Eurípides (480-406 a. C.)
de 'Las troyanas' (fragmento)
en "Tragedias Troyanas"
trad. Manuel Fernández-Galiano
ed. Planeta (1986)

domingo, 26 de febrero de 2017

el Hombre-universo





Los huesos del Faraón son de metal celeste,
Los miembros del Faraón son las estrellas imperecederas.
Los huesos del Faraón son de metal celeste; sus miembros, de oro.
Su rostro es el de un chacal;
Su cola, la de un león.
Su rostro es el de un chacal;
Su parte trasera, la de una serpiente celeste.
Su rostro es el de un chacal;
Su parte intermedia es la serpiente celeste;
Su parte posterior es una amplia sala.
Su parte delantera es un chacal.
Su parte trasera, la serpiente celeste;
Su espina dorsal, el cerrojo de Dios.
Su pata delantera está en la Tierra Primordial,
Su pata trasera, en la tierra del arco.













'El Faraón Creador y el ensamblaje del Ser Cósmico' (fragmento)
en "El origen de los dioses"
Christian Jacq
trad. José Ramón Monreal y Laura Robecchi
ed. Martinez Roca (1999) 

sábado, 25 de febrero de 2017

con banderas tendidas








   Pulchra es, amica mea, et decora sicut Jerusalem; terribilis ut castrorum acies ordinata.


   Hermosa eres, amiga mía, como Tirsa, bella como Jerusalén, terrible como los escuadrones con banderas tendidas.












Capítulo sexto, 'Esposo' (fragmento)
en "El cantar de los cantares"
Salomón
- versión de Fray Luis de León -
ed. Espasa-Calpe (1958)

viernes, 24 de febrero de 2017

los palacios de quince moradas (alchimia XX)





   Entrad en los palacios de quince moradas donde el rey, la frente rodeada por una diadema, está sentado sobre un trono elevado, sosteniendo en la mano el cetro del mundo entero.

   Ante él, su hijo y cinco servidores que llevan hábitos de diferentes colores están arrodillados y le imploran, pidiéndole que les conceda, al hijo y a los servidores, una parte de su poder. Pero él nada responde a sus demandas.

   El hijo, incitado por los servidores, mata al padre con un golpe de espada, mientras está sentado en su trono.

   Vemos al hijo recoger en su toga la sangre de su padre.

   Una tumba está excavada en la cuarta morada. Su profundidad es de dos palmos y su anchura de cuatro pulgadas.

   En la quinta morada, el hijo quería arrojar a su padre a la cueva y abandonarlo allí, pero (por medio de nuestro arte) allí caen los dos.

   La sexta morada es aquella en la que el hijo pugna por salir, pero alguien (que emana de ellos en la segunda operación) viene y se lo impide.

   Mientras el padre y el hijo permanecen en la tumba que es llamada la séptima morada, acontece la putrefacción de sus cenizas, o un baño muy caliente.












de 'Fórmula y método para perfeccionar los metales viles' (fragmento)
Janus Lacinius Therapus
en "El deseo deseado" y "Fórmula y método para perfeccionar los metales viles"
trad. Santiago Jubany i Closas
ed. Indigo (1997)

jueves, 23 de febrero de 2017

un trozo de carbón (oneiros XXII)






(...) En mi sueño sostenía la Philokalia entre las manos y comencé a buscar la parte que el staretz me indicaba, pero no conseguía encontrarla. Entonces el staretz mismo dio vuelta algunas páginas y dijo: "Aquí está. Marcaré esta parte para ti". Levantó del suelo un trozo de carbón y con él marcó el márgen de la página en que estaba el texto. Escuché atentamente todo lo que el staretz me decía, tratando con todas mis fuerzas de grabarlo en mi memoria con todo detalle.
   Cuando desperté, aún no había amanecido; permanecí en mi lecho, repitiendo y tratando de memorizar todo lo que había oído en el sueño, todo lo que el staretz había dicho. "Dios sabe, pensé, si es cierto que el alma de mi difunto staretz se me presentó en el sueño. Quizás fueron mis propios pensamientos los que se acomodaron de este modo en mi cabeza, por haber leído mucho la Philokalia y haber pensado tanto en mi staretz." Me levanté con esta duda. Ya empezaba a aclarar y entonces vi, sobre la piedra que me servía de mesa, la Philokalia abierta en la página que el staretz me había mostrado en sueños, y allí estaban las marcas de carbón, tal como lo había soñado. (...)


















"Relatos de un peregrino ruso a su padre espiritual" (fragmento)
trad. Inés Frid
ed. Estaciones (1997)

miércoles, 22 de febrero de 2017

las montañas








Las lejanas montañas te ocultan de mí, 
Mientras se me enciman las cercanas.
Si yo tuviera un pesado martillo
Para aplastar las montañas cercanas.
Si yo tuviera alas como un pájaro
Para volar sobre aquellas más lejanas.























'Amante ausente'
en "Poesía anónima africana"
comp. Rogelio Martinez Fure
ed. Arte y Literatura (1985)

martes, 21 de febrero de 2017

cerca o lejos






   Confucio se dirigía hacia el este cuando vio a dos chiquillos discutiendo. Al preguntarles el motivo de su disputa, uno de ellos le dijo: «Yo digo que cuando el sol sale está cerca y a mediodía, lejos. Éste dice que cuando sale está lejos y a mediodía, cerca». Uno argumentaba: «Cuando el sol sale es grande como un toldo de carruaje. A mediodía, en cambio, del tamaño de un plato o un tazón. ¿Y no es cierto que lo grande está cerca y lo pequeño lejos?» El otro: «Cuando el sol sale es frío y a mediodía, como agua hirviendo. Y lo caliente está cerca y lo frío lejos, ¿no es así?» Confucio no supo resolver el problema. Los dos chiquillos se echaron a reir: «¿Quién dice que tú eres un hombre de grandes conocimientos?»


















de 'Tang Wen: Preguntas de Tang' (8)
en "Lie Zi - El libro de la perfecta vacuidad"
trad. Iñaki Preciado
ed. Kairós (1987)

lunes, 20 de febrero de 2017

regalo








Qué día tan feliz.
Se disipó la niebla temprano, yo trabajaba en el jardín.
Los colibríes se detenían sobre las madreselvas.
No había nada en la tierra que deseara tener.
No conocía a nadie que valiera la pena envidiar.
Olvidé todo el mal acontecido.
No me avergonzaba pensar que era el que ahora soy.
En el cuerpo no sentía ningún dolor.
Al incorporarme, vi el mar azul y una velas.


























Czesław Miłosz (1911-2004)
'regalo' (Berkeley, 1971)
en "Tierra inalcanzable"
trad. Xavier Farré
ed. Galaxia Gutenberg (2011)

domingo, 19 de febrero de 2017

hora










confirmo la abolición plenaria de los santuarios














ninguno funciona a esta hora




















'hora'
en "Tolva" (2006)
Ricardo Messina

sábado, 18 de febrero de 2017

el principio








   En la tradición judeocristiana, las palabras son el principio de todo. Según los comentaristas talmúdicos, dos mil años antes de la creación del cielo y de la tierra, Dios generó siete cosas esenciales: Su divino trono, el Paraíso ubicado a Su diestra, el Infierno a Su izquierda, el santuario celestial, una joya con el nombre del Mesías grabado en ella, una voz que gritaba desde la oscuridad «¡Regresad, hijos de hombres!» y la Torá, escrita en fuego negro sobre blanco. La Torá fue la primera de esas siete cosas y Dios la consultó antes de crear el mundo. Con cierta vacilación, porque temía la pecaminosidad de las criaturas terrenales, la Torá consintió esa creación. Una vez enteradas del divino propósito, las letras del alfabeto descendieron de la augusta corona, donde habían sido escritas con una pluma de llamas, y, una a una, las letras le dijeron a Dios: «¡Cread el mundo a través de mí! ¡Cread el mundo a través de mí!». De las veintiséis letras, Dios escogió a  Bet, la primera en la palabra «Bendito», y fue así como el mundo cobró existencia a través de Bet. Los comentaristas señalan que la única letra que no presentó su solicitud fue la modesta Aleph; para recompensar su humildad, Dios le otorgó el primer lugar en el Decálogo. Muchos años más tarde, san Juan Evangelista, algo impaciente, resumió el extenso procedimiento y declaró que «en el comienzo era la Palabra». De esta antiquísima convicción surge la metáfora de Dios como autor y del mundo como libro: un libro que tratamos de leer y en el cual también estamos escritos.














'¿Cómo preguntamos?' (fragmento)
en "Una historia natural de la curiosidad"
Alberto Manguel
trad. Eduardo Hojman
ed. siglo veintiuno (2016)

viernes, 17 de febrero de 2017

distinto








distinto

para cada uno

aquello que no podemos

comprender




























'distinto'
en "Napa" (2002)
Ricardo Messina

jueves, 16 de febrero de 2017

hermano







MENELAO

Con súbita compasión, tendiéndole la mano.

Dame, hermano, tu diestra, para que te la toque.


AGAMENÓN

Dándole la suya

Tenla: tuyo es el triunfo, mía la gran desdicha.





















Eurípides (480-406 a. C.)
de 'Ifigenia en Áulide' (fragmento)
en "Tragedias troyanas"
trad. Manuel Fernández-Galiano
ed. Planeta (1986)

miércoles, 15 de febrero de 2017

que sea de día





   Suruku, el chacal, fue a ver a Sonsani, el conejo, y le preguntó: "Dime dónde se encuentra eso que comes para que yo pueda también obtenerlo". Sonsani dijo: "Es muy difícil". Suruku dijo: "Pues vamos juntos". Sonsani dijo: "Bien. Iremos mañana temprano; saldremos cuando los gallos canten". Suruku dijo: "Me parece bien". Suruku se fue a su casa y golpeó a sus gallos para que cantasen. Salió corriendo, despertó a Sonsani y dijo: "¡Ven, que ya cantan los gallos!" Sonsani dijo: "No ha amanecido todavía. Espera hasta que el sol pinte de rojo el cielo". Suruku salió, amontonó la leña que tenía en su casa y le prendió fuego. El fuego produjo un gran resplandor. Volvió a casa de Sonsani, le despertó y dijo: "Ven, el cielo está pintado de rojo". Sonsani dijo: "Todavía no ha amanecido; espera a que sea de día. Voy a tirar una aguja en aquél montón de paja; búscala. Cuando la hayas encontrado, podremos irnos". Suruku buscó la aguja, y como era difícil encontrarla, no la halló hasta aparecer la luz del día. Cuando encontró la aguja, se la llevó a Sonsani, y éste dijo: "Está bien, podemos irnos".

















'Sonsani en el vientre de la vaca' (fragmento)
en "El decamerón negro"
León Frobenius
ed. Losada (1938)

martes, 14 de febrero de 2017

submarino








algunas noches cuando éramos chicos mis hermanos y yo nos metíamos abajo de las sábanas y por una rampa-ascensor especial descendíamos a grandes profundidades hasta un laboratorio submarino secreto que tenía ventanales enormes de cristal por donde veíamos nadar peces espada y calamares gigantes pero un día quedó bloqueada la entrada y nunca más pudimos volver.


























'submarino'
en "Cantauria" (1999)
Ricardo Messina

lunes, 13 de febrero de 2017

manifestación de fuerzas






   El agua, con aquello que más arriba llamamos sus quince fuerzas, se encuentra en lo fluido y en la sangre del ser humano. (...) Y eso proporciona al hombre la humedad, de manera que el vigor del verdor permanece en él como fuerza vital y continúa cuajando los huesos. Pero con el frío se fortalece el sistema de los vasos; a través de éstos fluye la sangre en forma de gotas y mueve todo el cuerpo. (...) Además, el frío de hielo que congela el agua se asienta en las piedras, por lo que éstas no pueden reblandecerse: así, en los tejidos humanos, se endurecen también los huesos. De ese modo se manifiestan las fuerzas del agua en la sangre: como calor al respirar, como aire en todas las funciones, como humedad en los procesos depurativos, como conducción de materia flotante en el crecimiento, como aérea ligereza en el robustecimiento, como jugo en la fertilización, como gusto placentero en la erección, como vigor reverdeciente en la potencia, como humedad y suministrador de un medio húmedo en todos los miembros.















Hildegard von Bingen (1098-1179)
de 'Teoría Medicinal'
citada en "Fuego, Agua, Tierra, Aire - una historia cultural de los elementos"
Gernot y Hartmut Böhme
trad. Pedro Madrigal
ed. Herder (1998)


domingo, 12 de febrero de 2017

un signo






«Cuando se escribe una palabra, se hace un signo para los ojos a través del cual entra en la mente lo que pertenece a los oídos».

























San Agustín (354-430)
citado en "Una historia natural de la curiosidad"
Alberto Manguel
trad. Eduardo Hojman
ed. siglo veintiuno (2016)

sábado, 11 de febrero de 2017

bajo los árboles









– una epifanía –

pronunciaste en la oscuridad

bajo los árboles





¿qué habías recordado?





tal vez anticipabas

la música a llegar





















'música'
en "Napa" (2002)
Ricardo Messina

viernes, 10 de febrero de 2017

canción 19







Abrió la flor del cardón
y el campo se iluminó.

Los caballos se encendieron.
Todo se encendió.

Las vacas de luz pacían
pastizales de fulgor.

Del río brotaron barcas
de sol.

De mi corazón, ardiendo,
otro corazón.















Rafael Alberti (1902-1999)
'Canción 19'
en "Baladas y canciones del Paraná"
ed. Losada (1977)

jueves, 9 de febrero de 2017

mainumbí (fauna II)







«¿Cómo puede estar junto a la flor todo tembloroso como un resplandor?»



























de 'el colibrí' (fragmento)
Storni, cit. por Jorge W. Abalos
en "Animales leyendas y coplas"
ed. Losada (1972)

miércoles, 8 de febrero de 2017

al haber cambiado







   Dentro (de nosotros) es lo mismo viviente y muerto, despierto y durmiente, joven y viejo; en efecto, estas cosas, al haber cambiado, son aquéllas, y aquéllas, al haber cambiado, otra vez son éstas.






















Heráclito (540-480 a. C.)
frag. 88
en "Presocráticos - Fragmentos I"
trad. Ramon Cornavaca
ed. Losada (2008)

martes, 7 de febrero de 2017

bajo mi ventana








...Apártate, nodriza, ¿qué clase
de tañido bello se escucha en las aguas?
¿Qué clase de palabras, bajo mi ventana, 
las olas siguen susurrando?
























Marina Tsvietáieva (1894-1941)
de 'Zar-Doncella' (fragmento)
en "Cazador de ratas"
trad. Irina Bogdaschevski
ed. Paradiso (2007)

lunes, 6 de febrero de 2017

antes de lograrlo







Yo he tenido muchas formas
antes de lograr una forma congenial.
He sido una estrecha hoja de espada. 
(Lo creeré cuando aparezca.)
He sido una gota en el aire.
He sido una estrella brillante.
He sido una palabra en un libro.
He sido un libro originalmente.
He sido una luz en una linterna.
Un año y un semestre.
He sido un puente para pasar
tres veintenas de ríos.
He viajado como un águila.
He sido un barco en el mar.
He sido un caudillo en la batalla.
He sido la cuerda del pañal de un niño.
He sido una espada en la mano.
He sido un escudo en la pelea.
He sido la cuerda de un arpa,
encantado durante un año
en la espuma del agua.
He sido un atizador en el fuego.
He sido un árbol en un refugio.
No hay nada en que yo no haya estado.
















CĀD GODDEU (fragmento)
de 'La batalla de los árboles'
en "La diosa blanca"
Robert Graves (1895-1985)
trad. Luis Echávarri
ed. Losada (1970)



domingo, 5 de febrero de 2017

su derecho






   La palabra que define y la palabra que penetra lentamente en la noche de lo inexpresable: «Escribía silencios, noches; anotaba lo inexpresable. Fijaba vértigos». La palabra que quiere fijar lo inexplicable, porque no se resigna a que cada ser sea solamente lo que parece. Por encima del ser del no ser, persigue la infinitud de cada cosa, su derecho a ser más allá de sus actuales límites. «Me parecía que cada ser tenía derecho a otras vidas.» Porque cada ser lleva como posibilidad una diversidad infinita con respecto a la cual, lo que ahora es, es únicamente porque ha vencido de momento.



















Maria Zambrano (1904-1991)
de 'Las dos palabras' (fragmento)
«citas» de Rimbaud, 'Temporada en el infierno'
en "La razón en la sombra"
ed. Siruela (2004) 


sábado, 4 de febrero de 2017

detenido







   Y cuando llegó al cielo Nanáuatl luego ya, por esto hacen casa para él Tonokatuktli y Tonakaçíuatl; luego así, por lo tanto, lo ponen sobre su asiento de preciadas plumas, luego le tiñen los labios, le envolvieron la cabeza; luego ya se detiene 4 días en el Cielo, y luego por lo tanto sobre él se vinieron a detener los 4 movimientos, y estuvo 4 días que no se movió, que sólo así está. Luego ya dicen los dioses: "¿Por qué no se mueve?" Y al punto mandan al Gavilán de plumas recias que fue a decir al Sol que le fue enviado; le dice: "Dicen por allí los dioses: inquiere tú por qué no se mueve." Al punto dijo el Sol: "Pues porque, de verdad, yo les pido la sangre y el color de ellos, su esclavitud."

















de 'Leyendas del Buboso (5º Sol)' (fragmento)
en "Mitos Indígenas"
trad. Agustín Yañez
ed. UNAM (1964)

viernes, 3 de febrero de 2017

tu don







¡ Danos, aparte del sueño, la serenidad !






















Yorgos Seferis (1900-1971)
de 'Mitologías' XV (fragmento)
en "El zorzal y otros poemas"
trad. Lysandro Z. D. Galtier
ed. Losada (1966)

jueves, 2 de febrero de 2017

el maíz






   El maíz, las semillas rosadas y amarillas. Ya cerca del suelo parecieron lentejuelas y brillantes.
   Y dentro de la tierra daban un rumor que denostó la formación de una ciudad, que enseguida, afloró. Como una estación interestelar, circuitos, chisperíos.
   Las gacelas, recién separadas del vientre de la madre, notaron algo inusual en el mundo, y volaban –apenas nacidas– arriba de los montes. Las asaltaron los leopardos.
   Cada pájaro en su nido, escuchaba de perfil, aquel barullo. Y yo, aterrada y encantada, no podía dejar de mirar la ciudadela del maíz, mazorcas, pedrerías. Y ansiaba que no terminase la noche, demorara el sol.
   Era tan ilusa que creía que iba a haber más días.
















Marosa di Giorgio (1932-2004)
de 'En todos los vestidos bordaban nomeolvides' -39-
en "Los papeles salvajes"
ed. Adriana Hidalgo (2008)

miércoles, 1 de febrero de 2017

los órganos de la tierra (sonora XIX)











   Tzu-Ch'i, de la barriada del Sur, estaba sentado en su diván. Suspiraba mirando al cielo. Estaba en éxtasis como si su espíritu hubiera perdido al compañero, al cuerpo. Yen Ch'eng Tzu Yu, que estaba a su lado y le servía como discípulo, le pregunta: ¿Dónde estaba su Merced? ¿Cómo puede quedar así un cuerpo como tronco seco y cómo puede el corazón quedar así como cal muerta? El que ahora está recostado en ese diván, no es el mismo que el de hace un momento. Tzu Ch'i le dijo: Yen, no haces bien en preguntármelo. En este momento he perdido mi yo ¿lo sabes? Puede que tú hayas oído las músicas de los organillos de los hombres, pero no la de los organillos de la tierra. Tal vez hayas también oído la de los órganos de la tierra, pero no la de los órganos del Cielo.
   Tzu-Yu le dice: Por favor ¿cómo es eso? Tzu-Ch'i le contesta: El hipo de la Gran Masa se llama viento. De ordinario no sopla. Cuando sopla todas las oquedades braman desaforadamente ¿Sólo tú no has oído nunca su zumbido y no has visto cómo sacude los árboles de las colinas? Las oquedades de los troncos de corpulentos árboles de cien brazadas de circumferencia se parecen a narices, bocas, orejas, capiteles, apriscos, morteros, hoyos y hondonadas. Los sonidos que emiten son murmullos de cascadas, silbidos, susurros, clamores, suspiros, mugidos, estruendo de profundos barrancos. Entonan éstos y responden aquellos. Es sinfonía callada de murmullos de mansas brisas; es el grandioso concierto de vientos huracanados. Cesado el vendaval, todas las oquedades vuelven a la inane vaciedad de su silencio. ¿Sólo tú no los has visto ser mecidos suavemente o sacudidos violentamente?





















Chuang Tzu (370-287 a. C.)
cap. 2, 1.
en "Chuang Tzu"
trad. Carmelo Elorduy
ed. Monte Avila (1984)