miércoles, 30 de noviembre de 2016

al conocerla










Kali, la Divina Madre, ¿es negra?,
   parece negra a distancia, pero al conocerla; ya no lo es.

El cielo, parece azul a lo lejos,
   pero si lo miras de cerca; es incoloro.

El agua del Océano se ve azul,
  pero toma un poco en tu mano y verás que no tiene color. 




















Ramakrishna
cit. en "Juego Cósmico"
Gitanjali de Guevara
ed. Monte Avila (1976)

martes, 29 de noviembre de 2016

junto a arroyos








Cargado con pesar mi corazón
por amigos de oro que tuve,
por cuántas doncellas de rosados labios
y cuántos jóvenes de pies ligeros.

Junto a arroyos demasiado anchos para saltarlos
los jóvenes de pies ligeros yacen;
duermen las doncellas de rosados labios 
en campos donde las rosas se marchitan.








With rue my heart is laden
For golden friends I had,
For many a rose-lipt maiden
And many a lightfoot lad.

By brooks too broad for leaping
The lightfoot boys are laid;
The rose-lipt girls are sleeping
In fields where roses fade.















A. E. Housman (1859-1936)
de 'A Shropshire Lad' (L I V)
en "Complete poems"
ed. Holt, Rinehart and Winston (1959)

versión: Ricardo Messina

lunes, 28 de noviembre de 2016

las representaciones






   Como cuenta Tácito en la Vida de Agrícola del sol de Bretaña que no se pone ni sale sino que pasa, las representaciones –maneras acaso de mantener en vela a la divinidad– nunca terminaban con la noche ni comenzaban verdaderamente con el día.

















Arnaldo Calveyra (1929-2015)
'Alfabeto' (fragmento)
en "El caballo blanco de Mozart"
ed. La Bestia Equilátera (2010)

domingo, 27 de noviembre de 2016

la canoa










la canoa deslizada

en la inercia

de la última palada





el arribo

a un gran silencio





donde escuchar

los sonidos del mundo





















Ricardo Messina
de "Napa" (2002)

sábado, 26 de noviembre de 2016

exclusión





¿Por qué quiere excluir de su vida toda inquietud, todo sufrimiento, toda amargura? ¿acaso no sabe todavía que tales estados están trabajando en su interior? ¿Por qué quiere perseguirlas preguntando de dónde puede venir y adónde deba terminar todo esto? Si sabe muy bien que está en transición y nada ha deseado tanto como transformarse. Si hay algo en vuestros procesos que tenga el aspecto de una enfermedad, piense que la enfermedad es el medio por el que el organismo se libera de lo extraño, entonces basta con ayudarlo a estar enfermo, que estalle, puesto que éste es su progreso.

















Rainer Maria Rilke (1875-1926)
fragmento de 'Cartas a un joven poeta'
citado en "Amar traicionar" 
de Aldo Carotenuto 
trad. Josep Torrell
ed. Paidós (2001)

viernes, 25 de noviembre de 2016

carta







Me has dicho si me escribes
No lo hagas todo a máquina
Añade una línea con tu mano
Una palabra una nada oh no gran cosa
Sí sí sí sí sí sí sí sí

Mi Remington es bella sin embargo
Me gusta mucho y trabaja bien
Mi escritura es limpia y clara
Se ve muy bien que fui yo quien la escribió
Hay espacios que sólo yo sé hacer
Fíjate en el aspecto que tiene mi página 
Sin embargo para darte el gusto agrego con tinta
Dos tres palabras
Y una gran mancha de tinta
Para que no puedas leerlas
















Blaise Cendrars (1887-1961)
'Carta'
en "Poesía completa"
trad. Victor Goldstein
ed. Librerías Fausto (1975)

jueves, 24 de noviembre de 2016

todas las cosas







   Quiero con el canto de mi bien templada lira ensalzar la maestría y poder con que la naturaleza dirige a todos los seres, y las leyes mediante las cuales conserva, previsora, al mundo infinito, y cómo une todas las cosas, sujetándolas con lazo indisoluble.
   Podrá el león de Cártago arrastrar magnífica cadena y tomar su alimento de la mano del bravo domador, acostumbrado como está a los golpes y al látigo; pero en cuanto la sangre llegue a teñir sus fauces salvajes, despertará su fiereza y con rugidos profundos, recordándose a sí mismo, desatará el nudo que aprisiona su cuello y con agudos dientes desgarrará a su dueño que será la primera víctima de su rabia enfurecida.
   El ave parlera que lanza al aire sus trinos se ve un día encarcelada: es ahora el entretenimiento del hombre que con cariño la cuida, la regala con abundante comida y la hace beber en vasijas que endulzó la miel. Pero si por entre las rejas de su estrecha mansión divisa la sombra placentera de los bosques, pisoteando aquella comida con esmero preparada, al bosque quiere ir, por el bosque suspira con su dulce voz. 
   La rama verde y vigorosa podrá, obligada por una fuerza poderosa, dirigirse desviada hacia la tierra; mas en cuanto la suelte la mano que la encorvó, de repente se enderezará para otra vez mirar al cielo. 
   Febo se hunde todos los días en las aguas de la Hesperia; mas por un camino sólo de él conocido vuelve todas las mañanas a empezar por el oriente su carrera acostumbrada.
   Todas las cosas encuentran de nuevo su curso; todo se complace en volver por nuevos rumbos al origen del que procedió: no hay orden establecido que sea duradero sino el que une el principio con el fin en un ciclo inmutable.














Boecio (480-524)
metro segundo del libro tercero
en "La consolación de la filosofía"
trad. Pablo Masa
ed. Aguilar (1960)

miércoles, 23 de noviembre de 2016

más que a cualquier otra







   ¿Cuál de las islas, pues, qué montaña te agrada por encima de todas? ¿Qué puerto, qué ciudad? De tus ninfas, ¿a cuál quisiste más que a cualquier otra? ¿Qué heroínas tuviste por compañeras? Tú dímelo a mí, diosa, y yo lo ensalzaré a oídos de los demás.




















Calímaco (303-240 a.C.)
'A Artemis' (fragmento)
en "Himnos y epigramas"
trad. Jordi Redondo
ed. Akal (1999)

martes, 22 de noviembre de 2016

condiciones








   Entonces dijo Gangleri:
   «¿De quién es el caballo Sleipnir? ¿Qué puede decirse de él?»
   Hár dice:
   «No conoces la naturaleza de Sleipnir ni sabes cuál es su origen. Pero verás que vale la pena que te lo cuente.
   »En los primeros tiempos de la vida de los dioses, cuando los dioses habían creado el Midgard y hecho el Valhala, vino un artesano que les ofreció hacerles una fortaleza en tres estaciones, tan buena que resultara segura contra los gigantes de los montes y los trols de la escarcha aunque llegaran a entrar en el Midgard. Y dijo que, a cambio, quería a Freyja, y quería tener el sol y la luna. Los Ases se reunieron y discutieron qué hacer, y acordaron con el artesano que tendría lo que quería si podía hacer la fortaleza en un solo invierno: pero si el primer día de verano había alguna parte incompleta en la fortaleza, quedaría disuelto el trato, y no debería contar con la ayuda de hombre alguno para su trabajo. Y cuando le dijeron estas condiciones, pidió que le permitieran la ayuda de su caballo, que se llamaba Svadilfaeri. Y Loki aconsejó que se le concediera.





















'El caballo de Odín: Sleipnir' (fragmento)
en "Textos mitológicos de las Eddas"
Snorri Sturluson (1178-1241)
trad. Enrique Bernardez
ed. Nacional (1982)

lunes, 21 de noviembre de 2016

las pisadas








Estoy aquí cantando, el viento me lleva

Sigo las pisadas de aquellos que se fueron

Los del infinito me han hablado

Las pisadas de los que se fueron están aquí.


















Canto
Lola Kiepja
en "El fin de un mundo -
Los Selk'nam de Tierra del Fuego"
Anne Chapman
ed. Vazquez Mazzini (1990)

domingo, 20 de noviembre de 2016

no guardan relación







Refiere el Panteón de Godofredo de Viterbo que unos monjes partieron de la costa de Bretaña, rumbo al paraíso, que (según es fama) está en el confín del océano. Llegaron a una ciudad con murallas de cristal, donde el aire era fragante. Ciervos de plata y caballos de oro bajaron a recibirlos y los condujeron a un árbol en cuyas ramas había más pájaros que hojas. Un día entero les fue permitido pasar en el paraíso.
   De vuelta en Bretaña, los monjes buscaron en vano la iglesia en que antes sirvieron. Había un nuevo obispo, un nuevo pueblo, una nueva grey. Las cosas viejas habían muerto y habían nacido otras nuevas. Ya no conocían los lugares, ni los hombres, ni el lenguaje. Derramando lágrimas se contaban unos a otros sus cuitas, pues ya no tenían patria ni gente conocida.


















'Los tiempos del paraíso y de la tierra no guardan relación'
en "Libro del cielo y del infierno"
comp. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares
ed. Sur (1960)

sábado, 19 de noviembre de 2016

pintado de verde







   (...) Nadie puede dominar el agua que está allí. Es terrible y aterradora, sus remolinos rugen poderosamente. El nombre del dios que hay allí es Qaha-hetep, y guardas el lugar alegremente para que nadie pueda entrar. Yo soy el pájaro Ennur que está sobre el muslo del dios Anker-s, y traje las posesiones de la tierra al dios Tem y di fuerza y vigor a los marineros de Ra e impuse mi terror entre los caudillos divinos del templo y mi respeto entre los caudillos divinos de las cosas; por tanto no me llevarán al ara de la degollación de los que desean destruirme. Soy el guía del horizonte Norte y conozco al dios que está allí.



















'El octavo Aat irá pintado de verde' (fragmento)
en "El libro de los muertos" cap. CXLIX
trad. José Manuel Álvarez Flórez
ed. Veron (1982)

viernes, 18 de noviembre de 2016

recursos







La diosa Laksmi
goza en hacer el amor a Vishnu
por encima
bajando la vista ella ve un loto
en su ombligo
y en él a Brahma el dios
pero a ella ni se le ocurre detenerse
así que posa su mano 
sobre el ojo derecho de Vishnu
que es el sol
y la noche llega
y el loto se cierra
con Brahma dentro.















'Two cosmologies' [I]
en "Technicians of the sacred"
comp. Jerome Rothenberg
ed. University of California Press (1985)

versión: Ricardo Messina

jueves, 17 de noviembre de 2016

el libro







   Abríamos el libro de figuras con alas, de niños en montañas, de ciudades en su cumpleaños de colores.

   El hombre de la página diez que de pronto se calla, y me mira, y al final sonríe.

   Abríamos el libro de veinte mil hojas, lentamente pasábamos del río a los espejos, del fuego a la palabra

   al rocío salimos temprano con los perros.
















Arnaldo Calveyra (1929-2015)
de 'Libro de las mariposas'
en "Poesía reunida"
ed. Adriana Hidalgo (2012)

miércoles, 16 de noviembre de 2016

a dos mil pies





A DOS MIL PIES, UNA CHOZA

de cazadores de tortugas...
fui dos veces, una noche dormí
allá arriba, no podía despertar,
me tiré de lo alto de un volcán 
apagado, y todavía... fondo blanco
de sal cristalizada... tres pies, cuatro pies
quinientos pies, de fondo, de alto, el eje,
la grasa, la escala, los grados,
el diámetro, las paredes, las plantas,
las púas, los tentáculos, el color,
verde, raro... hace algunos años,
amotinados de un ballenero asesinaron
a su capitán;
vi su cráneo entre los matorrales.















Daniel Samoilovich
'A dos mil pies, una choza'
en "Rusia es el tema - Poemas reunidos 1973-2008"
ed. Bajolaluna (2014)

martes, 15 de noviembre de 2016

pesantez





   (...) Ahora la demostración con que acompaña ese conocimiento amistoso con el alma y su facultad para sentarla a nuestro lado, se hace tan evidente y difícil como la dificultad del cuerpo. Sus demostraciones han comenzado para nosotros a cantar:
   Como yo no distinguía todo lo suponía en su cuerpo.
   Creía que la pesantez acompañaba al cuerpo y que era su realeza.
   Si digo cualidad real es una substancia que viene a hacerse grosera. 
   Un traje en sí es una substancia.
   Si camina el traje y va hacia su cuerpo es una cualidad.
   Oh marcha opuesta, inencontrable de la substancia y de la cualidad.
   También sabe el espíritu que la pesantez se libera del cuerpo pesado.
   Y como esta pesantez no reconoce su nieve y olvida la extensión del cuerpo del hombre.
   Finísima extensión, malla de acero, que rechaza y olvida la penetrabilidad.
   Pues esa misma pesantez tiene su guarida en la misma masa de oro de un pie de longitud.
   También la pesantez, sencillísima, vuelve a lo suyo y ahora duerme y recela en un pedazo de madera de diez metros de largo.
   Pues si el cuerpo se cuelga de un cordel, la pesantez penetra toda en la parte de la cuerda que sustenta todo el cuerpo.
   Y así el espíritu se cuelga al lado del cuerpo.
   Y junto a éste se encamina al centro de la tierra.
   Y ya caminando al centro de la tierra lo podemos medir y dividir y así precisamos que él no se desvanece.















José Lezama Lima (1910-1976)
'Las imágenes posibles' (fragmento)
en "Los grandes Todos"
ed. Arca (1968)

lunes, 14 de noviembre de 2016

concordancia entre los ojales





   Cuando el Diablo estaba haciéndoles lados del revés a las cosas; desconcertando la concordancia entre los ojales de la camisa y los del puño a colocar; enseñándoles a los techos a lloverse y al llavero a quedarse en el pantalón que uno se cambió; dando uñas a las suegras sin yerno; creando la permanente gota de lluvia del baño que cae en nuestro cuello cuando nos inclinamos sobre la bañera para lavar las manos; haciendo que los trompos no quieran bailar sino delante de nosotros de modo que cuando al lanzarlos se enreda el hilo en la púa del trompo nos da en la frente; haciendo enredos incontables con el hilo desovillado para el barrilete, con el cordón de la línea de pescar y la lana de tejer; poniendo el sol bajo y de frente a los que se dedican a la pesca; editando esos diarios de ochenta páginas esgrimiendo los cuales con gran bulla, enarbolándole las hojas, no encontramos dos que se sigan y detrás de ellos la familia no nos encuentra para llamarnos a almorzar; inventando los guantes y los laderos de la cama que no sirven más que para su lado; ese grillo que se entra en la pieza y cuyo gotero de canto nos olvidamos de cerrar al acostarnos, y esa canilla que quedó abierta y parece que el agua no cesará de extenderse en toda la casa; esa cabeza de fósforo que estalló entre nuestra uña y nuestra yema; la corbata que no corre dentro del cuello doblado mientras nuestra novia ha llegado y está sola con nuestro primo en el vestíbulo; esa algazara de gatos en el techo que no nos deja oír una trifulca de perros en la vereda; la llave que se quedó entrampada en la cerradura; el chico ahijado que viene a visitarnos cuando no había quedado en la casa más que la joven mucama; los dos sobres listos con dirección puesta para las cartas que metemos en el sobre que no es.
   Cuando el Diablo hizo llegar del otro lado los agujeros del mantel... Cuando el Diablo...

















Macedonio Fernández (1874-1952)
'Versión genérica en palabras 
de la verbalización correspondiente
al estado de "Espera en la esquina" 
de lo que no llegó'
en "Literatura satánica"
selección: Tulio Stilman
ed. Corregidor (1973)

domingo, 13 de noviembre de 2016

vete de tu tierra





   Rabí Zusia enseñó:
   Dios dijo a Abraham: "Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré." Dios dice al hombre: "Primero, vete de tu país, que significa la penumbra que te has infligido a ti mismo. Después, de tu lugar de nacimiento, que significa la penumbra que tu madre te infligió. Después, aun de la casa de tu padre, lo cual significa irte de la penumbra que tu padre te infligió. Sólo entonces serás capaz de ir a la tierra que yo te mostraré."
















Zusia de Hanipol (1718-1800)
'Vete de tu tierra' 
en "Cuentos Jasídicos - Los primeros maestros II"
Martin Buber
trad. Luis Justo
ed. Paidós (1980)

sábado, 12 de noviembre de 2016

hay que ingeniárselas







   Y es que hay que ingeniárselas para lograr lo que se quiere. Se ve en el apólogo de la banda que consiguió quitarle el chivo al ermitaño.
   El rey se interesó:
   –¿Cómo fue ello?
   El cuervo relató:
   –Dicen que un ermitaño compró un chivo magnífico para ofrendarlo como azazel. Y mientras lo llevaba de camino unos pillos le vieron y decidieron quitárselo. Uno le salió al paso y le preguntó:
   –¿Qué vais a hacer con ese perro, señor eremita?
   Más adelante les salió al paso otro, que preguntó a su compinche:
   –¿Qué ermitaño es éste? ¡Los ermitaños no andan con perros!
   Por último se presentó el tercero y dijo:
   –¿No iréis de caza con ese perro, señor ermitaño?
   Y de este modo y otros análogos siguieron hasta que el ermitaño se convenció de que lo que llevaba era un perro y que el que se lo había vendido le había embrujado la vista. De modo que lo soltó y la banda de pícaros lo cogió y se lo llevó.












Abdalá Benalmocaffa (720-759)
"Calila y Dimna" (fragmento)
trad. Marcelino Villegas
ed. Alianza (1991)

viernes, 11 de noviembre de 2016

los jugos de la noche






   En tiempos del emperador Mu, de la dinastía Zhou, los del Lago del Oeste hicieron de ofrenda en señal de sumisión unos puñales Kunwu que abrían el jade y unas copas que brillaban sin parar toda la noche. Los puñales, de varios palmos de largo por uno de ancho, cortaban el jade como si fuera barro, y las copas, con capacidad para tres cuartillos, estaban hechas del más puro jade blanco y daban luz toda la noche ininterrumpidamente, tanta que si uno sacaba una al medio del salón de audiencias en mitad de la noche y la levantaba al cielo, los resplandores y los jugos de la noche venían a depositarse en ella y a colmarla, y aquél líquido tenía un sabor inigualablemente dulce y suave. Servía también de objeto ritual para convocar la esencia espiritual de las personas.















de 'Crónicas de los diez continentes'
en "Mitología clásica china"
trad. Gabriel García-Noblejas
ed. Trotta (2004)

jueves, 10 de noviembre de 2016

un mayor





   La noche había absorbido los últimos grumos de nubes blancas. La bóveda del firmamento se había puesto de un azul diáfano. Todas las estrellas del espacio titilaban, (...)

   Tras un profundo silencio, el mendigo dijo:

    –Ahora que ya hemos terminado de comer y puedo ir diciendo por todas partes que he compartido en dos ocasiones la comida del gran rey Hammadi, quisiera retirarme, pues aún me queda un largo camino por recorrer hasta llegar a mi casa.

   –Oh venerable anciano –replicó Hammadi–, quisiera hablarte de mí, pues la invocación que hiciste al franquear el umbral de mi morada y la manera en que te has lavado las manos me han puesto sobre aviso. Estoy convencido de que distas mucho de ser el pobre mendigo por el cual te haces pasar. Te lo ruego, oh eminente padre del saber, oh varón honorable por el número de sus años y la cantidad de cosas vistas y vividas. Oh varón muy anciano, has de saber que el pobre ignorante que soy, hace años que corre, noche y día, en pos de un hombre que conozca y no tenga inconveniente en explicarle un cierto número de cosas vistas durante su largo viaje al misterioso país de los símbolos, el país de los enanos servidores de Kaidara, Kaidara el portentoso. Si pudiese apagar mi sed en las claras y puras aguas de tu inmenso río de ciencia, me consideraría gratificado con la mayor ventura que un hijo de Adán pueda alcanzar en este mundo que se mueve sobre una tierra que se transforma. Instrúyeme, tú que eres oro envuelto en un trapo viejo y tirado a la basura que se amontona en la calle, para mejor ocultar tu cualidad de gran maestro y tus virtudes de erudito. Estoy dispuesto a darte la mitad de mi fortuna, y a compartir mi reino contigo. Si con eso no basta, me convertiré gustoso en tu esclavo para aflojar las correas de tus sandalias.

   El mendigo masculló unas palabras y luego dijo en voz alta:
   –No es necesario que te arruines y aún menos que me entregues la mitad de tu reino, ni que te conviertas en mi sirviente para desatarme las sandalias. He viajado mucho. He visto muchas cosas. Me he entrevistado con muchas cabezas canosas. Soy por tanto un mayor para ti y escucharé con agrado lo que tengas que decirme. Y si puedo serte de alguna utilidad, me aplicaré gustosamente. Me has complacido con tu hospitalidad y tu humildad, que demuestran que tu talla oculta es mayor que la altura aparente de tu cuerpo.
















fragmento de "Kaidara"
-cuento iniciático peule-
Amadou Hampâté Bâ
trad. Fermín Guisado
ed. Kairós (2001)

miércoles, 9 de noviembre de 2016

la deficiencia







   En efecto, respecto a la deficiencia de los eones, ésta es la deficiencia: cuando la desobediencia y la locura de la Madre se hizo visible al faltar la orden de la majestad del Padre, ella quiso suscitar eones. Y cuando ella habló, emergió el Arrogante (authádes). Y cuando dejó una porción (méros), el Arrogante se apoderó de ella y resultó la deficiencia. Esta es la deficiencia de los eones. Cuando el arrogante tomó la porción, la sembró y puso sobre ella poderes y autoridades (exousíai). Y él la confinó entre los eones mortales. Y se alegraron todos los poderes del mundo de haber sido engendrados.




















'Primera respuesta de Jesús' (fragmento)
de la "Carta de Pedro a Felipe"
en "Textos Gnósticos - Biblioteca de Nag Hammadi II"
A. Piñero, J. Montserrat Torrents, F. García Bazán
ed. Trotta (1999)






martes, 8 de noviembre de 2016

la materia próxima (alchimia XVI)





   ¿Cómo concibes tú la primera materia? Yo no estoy hablando de aquella que es muy remota y que es llamada Hylé, sino de aquella que es llamada Caos. Aunque necesites una materia confusa para la nueva forma que quieres introducir, no pienses más en aquella de las naturalezas, de donde proceden los elementos, ni en aquella procedente de las cualidades de sus mismos elementos, sino tan sólo en la materia próxima, que es llamada esperma en los animales, semilla en los vegetales, azufre y plata viva en los minerales. Por tanto, suplica a los filósofos, pues esta primera materia, remotísima, no es más proclive a crear un asno que un metal.


















"Diálogo entre la naturaleza y 
el hijo de la filosofía" (fragmento) 
Egidius de Vadis 
trad. Santiago Jubany i Closas
ed. Indigo (1997)

lunes, 7 de noviembre de 2016

por encima del cristal crepuscular






¿Es que en una más brillante esfera
de amigos aquí encontrados nos separamos?
¿o por encima del cristal crepuscular
del presente vemos al futuro pasar?

¿O qué es eso que hacernos parece
de un sueño fragmentos enhebrar,
vuelto parte realidad, parte latido 
y temblor del corazón?















'Is it that in some brighter sphere' (fragmento)
Percy Bysshe Shelley (1792-1822)
versión: Ricardo Messina

domingo, 6 de noviembre de 2016

la definición






   
Toda vez que se ha intentado la definición de la locura, buena parte de la cordura quedó abarcada en la definición.
























Macedonio Fernández (1874-1952)
en "Todo y Nada"
ed. Corregidor (1995) 

sábado, 5 de noviembre de 2016

abril, 1938






   ¿Otra vez tú, si esta venida
más que imposible me parece,
puesto que sube y reverdece
en tan tremenda sacudida?
   ¿Otra vez tú, tan sin medida
tu corazón, que estalla y crece,
mientras la tierra lo enriquece
de vida muerta y nueva vida?
   ¿Otra vez tú poniendo flores
sobre la tumba improvisada,
sobre el terrón de la trinchera
y esa apariencia de colores
en esta patria desangrada?
   ¿Otra vez tú, la Primavera?



















'Abril, 1938'
en "Antología Poética"
Rafael Alberti (1902-1999)
ed. Alianza (1980)


viernes, 4 de noviembre de 2016

la soñadora





   Pero en medio de la noche la soñadora se levantaba. Como Morgana, tiraba a los cántaros granos de arena para que los misterios se despertaran. Y sin embargo el bandido seguía durmiendo, los frutos preciosos no tintineaban, ella no oía el deslizar del polvo de oro ni el roce de las telas de los vestidos, y el sello de Salomón seguía manteniendo su peso sobre el príncipe encerrado.




















'La soñadora' (fragmento)
en "El libro de Monelle"
Marcel Schwob (1867-1905)
trad. Jesús Munárriz
ed. Hiperión (2008)

jueves, 3 de noviembre de 2016

lo que no







hago uso vuelvo el rostro salto paso atrás transgredo miento asisto tiemblo transcribo tropiezo en abrazo testimonio

lo que no nos pertenece eso y más hemos tomado



























Ricardo Messina
(2016)


miércoles, 2 de noviembre de 2016

el robo de la sombra




   Mucho tiempo antes de ahora, cada vez que Wei se ocultaba detrás del gran Auyan-tepui, las gentes quedaban envueltas en la mayor oscuridad, porque la luna no alumbraba la tierra, sino que vivía en el valle y era un hombre llamado Kapei, semejante a cualquier otro arekuna.

   Cierta vez, Kapei se enamoró de la sombra de un hermoso muchachito, la robó, se la llevó a su rancho y la ocultó dentro de una gran olla, que colocó luego boca abajo sobre la tierra. 

   Pero el niño allí metido se puso enfermo y Kapei vio que no había otro remedio sino hacer que lo visitase el piache. Llamó entonces a sus dos hijas, que eran muchachitas crecidas, y les dijo:

   –Ya sabéis que estoy enemistado con la gente y que no quiero que nadie me vea. Así, pues, voy a esconderme dentro de aquella olla y vosotras la volcaréis, lo mismo que hice yo con la del niño. Cuando venga el piache, no vayáis a decirle dónde estamos ni el muchachito ni yo.

   Pues Kapei quería que el piache no pudiera quitarle al niño.

   Las hijas de Kapei hicieron todo cuanto su padre les había ordenado y avisaron luego al piache, el cual, en cuanto llegó a la maloka, preguntó dónde estaba el niño a quien tenía que curar, pero las muchachas le respondieron que lo ignoraban. 

   El piache entró en la casa, pues sabía que allí estaba la sombra del niño, y miró hacia todos los rincones hasta que vio las dos ollas. Las golpeó entonces con un gran mazo que llevaba y las rompió, descubriendo así a Kapei y al muchachito.

   Con el piache habían penetrado en la maloka muchos Ayug o sombras, que siempre lo acompañaban para ayudarlo en sus curaciones. Él se dirigió a uno de aquéllos, que era la sombra de un árbol, y le ordenó que sacase fuera el alma del niño.

   En cuanto la sombra del árbol salió del rancho, llevándose la del muchacho, el piache y los demás Ayug dieron una tremenda paliza a Kapei, y luego le advirtieron:

   –Tienes que abandonar este poblado y no volver nunca por aquí.
















'Cómo subió al cielo la luna' (fragmento)
mito arekuna
en "Kuai-Mare, mitos aborígenes de Venezuela"
comp. Maria Manuela de Cora
ed. Monte Avila (1972)