domingo, 17 de enero de 2021

el guardabosque mayor

 



Wilflingen, 15 de junio de 1967



   Entierro de Kienzle, el guardabosque mayor, bajo un sol tibio. Guardabosque, cazador, hombre de emboscadura. En Navidad iba solo al bosque nevado. En la agonía: 

   –Tengo que ir al bosque – ellos solos no saben qué es lo que hay que hacer allí. Tengo que ir a ver las fresas.

   A este respecto, las últimas palabras del vicario Wild, que oyó sonar la campana de la iglesia de Grüningen:

   –Ahora es el momento de la transubstanciación.









de '1967'

en "Pasados los setenta I (1965-1970)"

Ernst Jünger

trad. Andrés Sánchez Pascual

ed. Tusquets (1995)




sábado, 16 de enero de 2021

batir de alas

 





El triple terror del amor; una llamarada que cae

por el hueco de un oído;

un batir de alas por el cuarto;

el terror de los terrores de llevar

a los cielos en mi vientre. 







W. B. Yeats

citado en 'María: el retorno de la diosa'

de "El mito de la diosa"

Anne Baring  Jules Cashford

trad. Isabel Urzáis

ed. Siruela (2005)

viernes, 15 de enero de 2021

ante el telón



 

¡Oh, árboles de la vida!, oh, ¿cuándo vuestro invierno?

Nosotros no estamos en armonía. No estamos de acuerdo

como las aves migratorias. Sobrepasados y tardíos,

nos lanzamos de repente a vientos

y caemos en un estanque sin compasión.

Florecer y marchitar no es consciente a la vez.

Y no se sabe por dónde, vagan leones y no saben,

en su esplendor, de ninguna impotencia.


Pero a nosotros, cuando pretendemos una sola cosa, del todo,

ya nos es perceptible el derroche de lo otro. Enemistad

es para nosotros lo inmediato. ¿No alcanzan los amantes

una y otra vez los bordes, el uno del otro,

ellos que se prometían anchuras, cacerías, hogar?

Allí para esbozo de un momento

se ha preparado un fondo de contraste, fatigoso,

para que lo viéramos: pues se es muy claro

con nosotros. No conocemos el contorno

del sentir: sólo, lo que lo forma desde fuera.

¿Quién no estuvo sentado con miedo ante el telón de su corazón?






de 'Cuarta elegía' (fragmento)

en "Elegías a Duino"

Rainer María Rilke

trad. José M. Valverde

ed. Lumen (1984)

jueves, 14 de enero de 2021

higos

 




   (...) A la hora de costumbre, al amo, después de tomar el baño y desayunar, le entraron ganas de higos, se fue a buscar el fruto y dijo: 

   –Agatopo, dame higos.

   Al ver el amo que se lo tomaba a risa, se molestó y cuando supo que Esopo se había comido los higos, dijo:

   –Que llame uno a Esopo.

   Después que fue llamado se presentó. Y le dijo el amo:

   –¡Maldito! ¡Así me has despreciado!, ¿de manera que has entrado en el almacén y te has comido los higos que había preparados para mí?

   Esopo le oyó y como no podía hablar por el obstáculo de su lengua, clavó la vista en sus acusadores, que estaban presentes. Cuando estaba a punto de que lo azotaran se tiró a las rodillas del amo y suplicó que se contuviera un poco. El amo aguardó. Esopo, al ver que al lado había un cántaro lo tomó y, por señas, pidió agua tibia y luego de meter un cazo dentro, Esopo bebió el agua, se metió los dedos en la boca y, tras provocarse arcadas, arrojó el agua tibia que había bebido, porque no había probado absolutamente nada. Después de demostrar su inocencia por medio de esta argucia, reclamó que sus compañeros hicieran lo mismo que él para saber quién era el que se había comido los higos. Asombrado el amo de la ocurrencia de Esopo mandó que los otros, después de beber, vomitaran. Los esclavos se dijeron:

   –¿Qué vamos a hacer, por Hermes? Bebamos y no nos metamos los dedos del todo, sino sólo los nudillos. 

   Pero en cuanto bebieron el agua tibia, que es una cosa biliosa, los higos salieron a flote y nada más quitar el dedo los higos salieron danzando. El amo dijo:

–¿Véis cómo habéis acusado en falso a quien no puede hablar? ¡Desnúdalos!

   Al llevarse éstos los azotes, aprendieron, sin duda, que quien trama un mal contra otro, sin darse cuenta se lo está haciendo a sí mismo. 







de 'Vida de Esopo' (fragmento)

en "Esopo: Fábulas - Vida / Babrio: Fábulas"

trad. P. Bádeñas de la Peña y J. López Facal

ed. Gredos/RBA (2006)


miércoles, 13 de enero de 2021

un puente suspendido

 



   En la fecha fijada, llegamos Solovief y yo, frente a las ruinas de la fortaleza de Yeni-Hissar; y el mismo día vinieron a reunirse con nosotros cuatro Kara-kirghises que habían mandado a nuestro encuentro. 

   Después del ceremonial acostumbrado, comimos juntos. A la caída de la tarde nos exigieron renovar el juramento, nos pusieron un bashlik sobre los ojos, nos subieron sobre la silla de montar y partimos.

   Durante todo el viaje mantuvimos, fiel y concienzudamente, la palabra que les habíamos dado de no mirar y de no tratar de saber por dónde íbamos y qué lugares atravesábamos. 

   De noche en los pasos, o a veces cuando comíamos en lugares retirados, nos quitaban el bashlik que nos cubría los ojos. Aparte de eso, sólo dos veces en el viaje nos permitieron levantarlo. 

   La primera vez ocurrió el octavo día, cuando debíamos franquear un puente suspendido que no se podía atravesar a caballo y en el que dos hombres no hubieran podido pasar de frente: había que andar solo, y era imposible hacerlo con los ojos vendados. 

   Según el carácter del paisaje que se ofrecía a nuestra vista hubiéramos podido concluir que estábamos sea en el valle del Piandye, sea en el valle del Seravchan: el ancho río que corría debajo de nosotros, ese puente, las montañas que nos rodeaban, todo aquello nos recordaba mucho a estos dos valles. 

   Debo decir, por otra parte, que si lo hubiéramos podido atravesar con los ojos vendados quizás hubiese sido mejor para nosotros. No sé si fue porque habíamos caminado mucho tiempo con los ojos cerrados, o por cualquier otra razón, pero jamás olvidaré la nerviosidad y el miedo que sentimos al internarnos en ese puente. Hasta tuvimos que tomarnos un tiempo antes de decidirnos. 








de 'El príncipe Yuri Liubovedsky' (fragmento)

en "Encuentros con hombres notables"

G. I. Gurdjieff

trad. Nathalie de Etievan y Cástor S. Goa

ed. Ganesha (1982)

martes, 12 de enero de 2021

sólo el instrumento

 




   El lenguaje no pertenece a la lengua, sino al corazón. La lengua es sólo el instrumento con el que se habla. Quien es mudo es mudo en el corazón, no en la lengua (...). Déjame oírte hablar y te diré cómo es tu corazón.












Paracelso

citado en "El pensamiento del corazón"

James Hillman

trad. Fernando Borrajo

ed. Siruela (2005)


lunes, 11 de enero de 2021

tres tinajas

 




   "Bien: has conseguido la pluma del Ave Zhar, has conseguido al propio Ave Zhar, me has conseguido mi collar de coral y también mi manada de caballos. Ahora deberás ordeñar a mi yegua y poner su leche en tres tinajas, de modo que haya leche tan caliente como el agua hirviendo en la primera tinaja, leche tibia en la segunda y helada en la tercera."

   Una vez más Tremsin echóse a llorar desconsoladamente y fue junto a su fiel corcel, el cual le preguntó: "¿Por qué lloras ahora?"










de 'La historia de Tremsin, el Ave Zhar, y Nastasia, la hermosa doncella del mar' (fragmento)

en "Cuentos Cosacos"

trad. Ramón Martínez Castellote

ed. Miraguano (1985)


 

domingo, 10 de enero de 2021

en mal momento

 




   Vio venir luego Cuchulain hacia él una doncella que vestía vestiduras de muchos colores. 

   ¿Quién eres?, le dijo. 

   Hija soy del rey Buan. Y te traigo un tesoro. Y te traigo ganado. Y a ti sólo te quiero por las cosas que de ti me contaron. 

   En mal momento vienes.

   Puedo ayudarte mucho.

   No te necesito.

   Te estorbaré si no me dejas que te ayude. Cuando más empeñado estés en el combate, iré contra ti. Seré anguila que se enreda en el pie y haré que caigas.

   Bien sabía yo que no eras tú la hija de un rey. Yo pisaré y romperé con los dedos del pie el espinazo de esa anguila y llevará esa anguila siempre esa señal si no la borro yo con una bendición. 

   Loba gris seré. Espantaré el ganado y saldrá de estampida contra ti.

   Y te saltaré a ti un ojo yo de una pedrada y bajo las pezuñas morirás donde quieras que estés.

   De una pedrada te quebraré una pata y siempre llevarás esa señal si no la borro yo con una bendición.  

   Entonces la doncella desapareció.









de 'La algara del toro de Cuailnge' (fragmento)

en "El perro del Ulster"

trad. José Manuel Álvarez Flórez

ed. Muchnik (1988)

sábado, 9 de enero de 2021

el consuelo





Todos mis poderes ahora derrocados
Cualquier fuerza que resta no es sino propia
Y ya muy tenue : Ahora es cierto,
Podrían aquí confinarme
O enviarme a Nápoles. No me dejen,
Habiendo recuperado mi ducado
Y perdonado al traidor, morar
En esta isla desolada por tu hechizo;
Mas líbrame de mis ataduras
Con la ayuda de tus buenas manos:
Vuestro gentil aliento mis velas
Debe henchir, o mi proyecto fracasará,
Cual fuera el de agradar. Carezco ahora
De espíritus bajo mi mando, ni artes para encantar. 
Y la desesperación es mi final,
A menos que reciba el consuelo de una plegaria,
Cuyo embate es tal que acomete contra
La piedad misma y absuelve toda falta.
Y así como serías de tus crímenes perdonado,
Permite me libere tu indulgencia. 










'Epílogo' 
de "La Tempestad"
William Shakespeare

versión R. M.

viernes, 8 de enero de 2021

salpicaduras

 




   Tenían salpicaduras de esperma que se habían petrificado encima de sus cabezas.

   En la época neolítica, los ciervos, al huir de los hombres, fugitivos por principio, siempre indomesticables, salvajes hasta el fondo de sus almas, superaban al caballo en la jerarquía de los animales de tan irresistible que parecía su belleza. Esa preeminencia era insoportable para la vanidad del caballo, que lo combatía hasta el corazón de la noche. Lo combatía en el corazón de los claros, regularmente, todos los meses de noviembre. 

   Duelo indeciso.

   En el claro, de noche, bajo la luna, a toda hora, el caballo saltaba relinchando hacia el cielo. 

   El ciervo bramaba en la sombra, lanzando su esperma al vacío. 

   Ante cada ataque, las ramas rechazaban las crines. 

   El bramido rechazaba el relincho, fuera del bosque oscuro, hacia la llanura.

   Cuando se alzaba el día, el ciervo iba a beber a la fuente oculta en el corazón del bosque, bajo el peso de los ramajes más sombríos.

   Durante ese tiempo, el caballo pacía sobre la linde, a la luz del sol, magnífico, el pelaje cubierto de rocío. 










de 'La cincha de la vergüenza' (fragmento)

en "Los desarzonados"

Pascal Quignard

trad. Silvio Mattoni

ed. El cuenco de plata (2013)



jueves, 7 de enero de 2021

calendario

 




Luna del Deshielo


Luna del Remonte Primaveral del Salmón


Luna del Parto


Luna de las Flores


Luna de la Muda


Luna del Bisonte en Celo


Luna de la Nuez


Luna de la Primer Helada









'El Calendario' (Alto Paleolítico)

en "Technicians of the Sacred"

Jerome Rothenberg

ed. University of California Press (1985)


versión R. M.


miércoles, 6 de enero de 2021

de todos los portales

 


   

   "De todos los portales del Cielo, el de la música es el más bajo y pequeño, pero quien quiere acercarse a Dios, no tiene sino que entrar en ese portal."









de 'Más allá de la música' (fragmento)

en "Cuentos jasídicos - Los primeros maestros II"

Martin Buber

trad. Luis Justo

ed. Paidós (1980)


martes, 5 de enero de 2021

ocultamiento

 



La Viraj era todo 

en el comienzo. 

Cuando nació, todo 

tuvo miedo de ella 

pensando: "es ella la que 

se va a convertir en todo esto".

(...)

Ella subió, fue donde

las gentes de otra especie.

Las gentes de otra especie 

la llamaron:

"Ven, oh ocultamiento"

Kubera, hijo de Vaishravana,

fue su ternero,

la vasija de tierra sin cocer

fue el recipiente.

Rajatanabhi, hijo de Kubera,

la ordeñó;

ordeñándola 

extrajo ocultamiento.

Las gentes de otra especie 

viven de ese ocultamiento. 

El que sabe esto

se convierte en un hombre

que oculta todo mal,

en un hombre

gracias a quien

los demás

pueden subsistir. 






de 'Exaltación a la Viraj' (fragmento)

en "Himnos del Atharva Veda"

trad. Fernando Tola

ed. Sudamericana (1968)


versión R. M.



lunes, 4 de enero de 2021

protector de los ladrones

 




Oh, Dios, Oh, Venus, Oh, Mercurio, protector de los ladrones,

Dadme a su tiempo, os ruego, una pequeña cigarrería,

Con sus relucientes cajas de cigarros

        pulcramente apiladas en las estanterías

Y el tabaco suave y aromático

         y el fuerte,

Y el dorado Virginia

        suelto bajo el reluciente mostrador de vidrio

Y una balanza no demasiado engrasada,

Y prostitutas que entren, de paso, para charlar un rato,

Hacer un chiste o arreglarse un poco el pelo.

Oh, Dios, Oh, Venus, Oh, Mercurio, protector de los ladrones,

Concededme una pequeña cigarrería

        o dadme un oficio cualquiera

Que no sea este maldito oficio de escribir

        en que hay que exprimirse el cerebro.










'La isla en el lago'

en "Antología Poética"

Ezra Pound

trad. Carlos Viola Soto

ed. Fabril (1963)

        

domingo, 3 de enero de 2021

el peligro

 




   El príncipe de Wu decidió atacar el Reino de Jing. Advirtió severamente a sus súdbitos que cualquiera que lo objetara sería condenado a muerte. 

   Uno de sus mayordomos quiso protestar, pero no se atrevió. En cambio, tomó una honda y unos guijarros y anduvo por el jardín trasero hasta que sus ropas se humedecieron de rocío. Lo hizo durante tres mañanas.

   – Ven acá – le ordenó el príncipe –. ¿Qué haces para que se mojen tus ropas de rocío?

   – Hay un árbol en el jardín – dijo el mayordomo –, y en él una cigarra. Esta cigarra ahí posada, chirriando y bebiéndose el rocío, no sabe que hay un mantis detrás. Y el mantis estirándose cuan largo es, levanta las patas para atrapar a la cigarra, sin saber que hay un gorrión cerca. El gorrión, a su vez, alarga su cuello para picar al mantis, sin darse cuenta que abajo alguien espera con una honda. Estas tres criaturas están tan ansiosas de beneficiarse con lo que tienen ante sus ojos que no advierten el peligro a sus espaldas.

   – ¡Bien dicho! – replicó el príncipe, y desistió de su plan. 










'La cigarra, el mantis y el gorrión'

en "Fábulas antiguas de China"

Ed. Ediciones en Lenguas Extranjeras (1989)


sábado, 2 de enero de 2021

la viga maestra (oneiros XXX)



 


   Y Sviatoslav tuvo un sueño agitado en Kiev, en las montañas. "Esta noche, desde el atardecer, me cubrían con una colcha negra en un lecho de tejo, me servían un vino azul mezclado con amargura, me echaban grandes perlas en el pecho con los carcaj vacíos de los infieles extranjeros y me honraban. Al mismo tiempo, a la dorada bóveda de mi casa le faltaba la viga maestra. Toda la noche, desde el anochecer, cuervos grises graznaron en el prado de Plesnek, salieron de la espesura de Kisavov y volaron hacia la mar azul."





de "El cantar de las huestes de Igor" (fragmento)

trad. Angel Luis Encinas Moral

ed. Miraguano (1986)


 

viernes, 1 de enero de 2021

bajo la proa

 




Por la cresta del bosque

ha surcado tu barca cordilleras;

hay un bosque cargado de los frutos más bellos

bajo la proa de tu esquife leve.










de 'Lo que el dios marino dijo a Bran' (fragmento)

en "La poesía Irlandesa"

trad. M. Manent

ed. José Janés (1952)