martes, 30 de junio de 2015

océano












tormentas eléctricas amurallan los confines del océano



reclamando para sí los dominios de la noche






















Ricardo Messina
de "Pliego" (2003)



lunes, 29 de junio de 2015

rieles










–vení ! por acá se puede subir

–y si pasa un tren ?

–ya pasó uno hace un rato





los rieles brillan bruñidos al último sol del día

todo está quieto adentro las cosas se iluminan

el paisaje de líneas de acero oro durmientes 

lejos entre los árboles bruma













nueva versión, poema original 
en "Cantauria" (1999)
Ricardo Messina

domingo, 28 de junio de 2015

esfera









Dancemos, cantemos en voz alta alrededor de la esfera que nos reúne,
hasta que los árboles, los animales y las nubes surjan de su caos y se calmen, no por miedo sino por amor.

















de "Prometeo encadenado"
P. B. Shelley (1792-1822)
citado en "Los arquetipos"
Elemire Zolla 
trad. Esdras Parra
ed. Monte Avila (1983)


sábado, 27 de junio de 2015

suspenso










   El espejo es sin duda el lugar de aparición de las formas que son vistas en él, pero esas formas están ahí en suspenso... La imaginación activa es, sin duda, el lugar de aparición de las formas imaginativas, pero esas formas están en suspenso, no están en ese lugar ni en ese sustrato.























S.Y. Sohrawardi, Libro de la teosofía oriental
cit. en "Ciencia del hombre y tradición"
de Gilbert Durand
trad. Agustín Lopez y María Tabuyo
ed. Paidós (1999)


viernes, 26 de junio de 2015

secreto










un vocablo secreto

para la danza



indescifrable

hasta dar el primer paso


















Ricardo Messina
de "Tolva" (2006)

jueves, 25 de junio de 2015

peces









Mar de peces–
tierra fértil–
masa de peces–
peces bajo las olas–
con pájaros en oleadas–
mar terrible–
corriente (de espuma) blanca–
con cientos de salmones–
gran cantidad de miel
poema de puerto–
masa de peces.












canto mágico de Aimirgin para aumentar los peces en los arroyos
en el "Leabhar Ghabhala - El libro de las invasiones"
trad. Ramón Sainero
ed. Akal (1988)




miércoles, 24 de junio de 2015

sonora XII









   Entonces yo puse las mías en el piano, dejé escapar acordes repetidos velozmente y en seguida me volví a quedar quieto. Después, y según mi programa, debía mirar unos instantes el teclado como para concentrar el pensamiento y esperar la llegada de la musa o del espíritu del autor. –Era el de Bach y debía estar muy lejano–. Pero siguió llegando gente y tuve que cortar la comunicación. Aquel inesperado descanso me reconfortó; volví a mirar a la sala y pensé que estaba en un mundo posible. Sin embargo, al pasar unos instantes sentí que me iba a alcanzar aquel miedo que había dejado atrás hacía un rato. Traté de recordar las teclas que intervenían en los primeros acordes; pero en seguida tuve el presentimiento de que por ese camino me encontraría con algún acorde olvidado. Entonces me decidí a atacar la primera nota. Era una tecla negra; puse el dedo encima de ella y antes de bajarla tuve tiempo de darme cuenta que todo iba a empezar, que estaba preparado y que no debía demorar más. El público hizo un silencio como el vacío que se siente antes del accidente que se ve venir. Sonó la primera nota y parecía que hubiera caído una piedra en un estanque. Al darme cuenta que aquello había ocurrido sentí como una señal que me ofuscó y solté un acorde con la mano abierta que sonó como una cachetada. Seguí trabado en la acción de los primeros compases. De pronto me incliné sobre el piano, lo apagué bruscamente y empecé a picotear un "pianísimo" en los agudos. Después de este efecto se me ocurrió improvisar otros. Metía las manos en la masa sonora y la moldeaba como si trabajara con una materia plástica y caliente; a veces me detenía modificando el tiempo de rigor y ensayaba dar otra forma a la masa; pero cuando veía que estaba a punto de enfriarse, apresuraba el movimiento y la volvía a encontrar caliente. Yo me sentía en la cámara de un mago. No sabía qué sustancias había mezclado él para levantar este fuego; pero yo me apresuraba a obedecer apenas él me sugería una forma. De pronto caía en un tiempo lento y la llama permanecía serena. Entonces yo levantaba la cabeza inclinada hacia un lado y tenía la actitud de estar hincado en un reclinatorio. Las miradas del público me daban sobre la mejilla derecha y parecía que me levantarían ampollas. Apenas terminé estallaron los aplausos. Yo me levanté a saludar con parsimonia, pero tenía una gran alegría.












Felisberto Hernández (1902-1964)
fragmento de "Mi primer concierto"
en "El cocodrilo y otros cuentos"
ed. Centro Editor de America Latina (1971)


martes, 23 de junio de 2015

rey de paja










Debemos tanto al enemigo.
Si no fuese por ellos, ¿dónde estaríamos?
Hablamos de lo que estaba oculto,
de lo que estaba en contra de la ley.
Esta noche quemamos al rey de paja.

Daría mis ojos para iluminarte el camino.
Tragaría todas tus mentiras para mostrar mi fe en ti.
Cuando el velo fue levantado,
hablamos de lo que vimos.
Esta noche quemamos al rey de paja.

Sólo perdurará
si lo quemamos.
Quemarlo asegura su retorno.
Nombren al miedo, dicen,
y el miedo desaparecerá.

Hubo un tiempo en que nos hizo temblar.
Hubo un tiempo en que nos inspiró temor.
Esta noche quemamos al rey de paja.







We owe so much to the enemy.
If not for them where would we be?
We spoke of what was hidden
That was against the law.
Tonight we burn the king of straw.
I'd give my eyes to light the way for you.
Swallow all your lies to show my faith in you.
When the veil was lifted
we spoke of what we saw.
Tonight we burn the king of straw.
He'll only endure 
if we burn him.
Burning ensures his return.
Name the fear, some people say,
& the fear will fade away.
He once made us tremble,
He once inspired awe.
Tonight we burn the king of straw.









"King of straw"
(Blegvad/Gregson)
en "Ça Va" (1998)
de Slapp Happy

versión: Ricardo Messina






lunes, 22 de junio de 2015

nave










   Si se apodera de tí el deseo de la navegación peligrosa, teme la época en que las Pléyades, huyendo de la fuerza del terrible Orión, caen en el negro mar.
   En verdad, que entonces se desencadenan los soplos de vientos numerosos. No dejes ya mucho tiempo tus naves en el negro mar; acuérdate, antes bien, de trabajar la tierra, como te aconsejo. Arrastra tu nave al continente y sujétala con piedras por todos lados, a fin de que éstas resistan a la fuerza de los vientos húmedos y de que se vacíe la sentina, a fin de que la lluvia de Zeus no pudra la nave. Lleva todo el aparejo a tu morada, y pliega con cuidado las alas de la nave que surca el mar. 
















Hesíodo (s. VII a.C.)
de "Los trabajos y los días"
en "La antiguedad frente a sí misma"
ed. Ediciones de la Banda Oriental (1977)


domingo, 21 de junio de 2015

voluntad









   Yo desplegaría de buena gana mis velas y me dejaría llevar por los vientos: lo preferiría a verme obligado a amar en contra de mi voluntad.


















Ovidio (43 a.C.-17 d.C.)
"Amores / Arte de amar"
trad. Vicente Cristóbal
ed. Gredos/RBA (2008)


sábado, 20 de junio de 2015

habitación












Entreabro la puerta de nuestra habitación. En ella duermen nuestros juegos. Colocados por tu propia mano. Blasones endurecidos, esta mañana, como si fueran miel de cerezo.

















René Char (1907-1988)
en "Común presencia"
trad. Alicia Bleiberg
ed. Alianza (2007)


viernes, 19 de junio de 2015

suavidad









   En la gran claridad del día, el sosiego de los sonidos es de oro también. Hay suavidad en lo que sucede. Si me dijesen que hay guerra, yo diría que no hay guerra. En un día así nada puede haber que altere el que no haya sino suavidad.

















Fernando Pessoa (1888-1935)
(como Bernardo Soares)
(327.) en el "Libro del desasosiego"
trad. Santiago Kovadloff
ed. Emecé (2000)


jueves, 18 de junio de 2015

alpiste









He esparcido el alpiste en el alféizar
para el concierto de mañana al alba.
He apagado la luz y aguardo el sueño.
Y por la pasarela ya comienza 
el desfile de grandes o de pequeños muertos
que conocí en la vida. Es arduo distinguir
entre los que quisiera o no que hubiesen 
regresado a nosotros. Allá, donde se encuentran,
parecen inalterables por un exceso 
de sublimada corrupción. Hemos hecho 
lo mejor que pudimos para empeorar al mundo.










Eugenio Montale (1896-1981)
He esparcido el alpiste
en "El vacío que nos invade"
trad. Horacio Armani
ed. Grupo Editor Latinoamericano (1990)


miércoles, 17 de junio de 2015

guijarros









¿Cuál río cenagoso nos arrastró consigo?
En la parte más honda nos quedamos.
Fluye sobre nuestra cabeza la corriente
pliega las cañas inarticuladas;
las voces
debajo del castaño se volvieron guijarros
que más tarde los niños arrojaron.


















Yorgos Seferis (1900-1971)
(5) de "Sobre un rayo de sol invernal"
en "Mithistórima y otros poemas"
trad. Jaime García Terrés
ed. Hyspamérica (1983)




martes, 16 de junio de 2015

escaleras













De tu brazo he bajado por lo menos un millón
   de escaleras
y ahora que no estás cada escalón es un vacío.
También así de breve fue nuestro largo viaje.
El mío aún continúa, mas ya no necesito
los trasbordos, las reservaciones,
las trampas, los oprobios de quien cree
que lo que vemos es la realidad.

He bajado cuatro millones de escaleras dándote el brazo
y no porque cuatro ojos puedan ver más que dos.
Contigo las bajé porque sabía que de ambos
las únicas pupilas verdaderas, aunque muy empañadas
eran las tuyas.













Eugenio Montale (1896-1981)
Poema 5 de "Xenia" II
en "El vacío que nos invade"
trad. Horacio Armani
ed. Grupo Editor Latinoamericano (1990)


lunes, 15 de junio de 2015

aletargado








Hace años dijiste:
"Soy en el fondo cosa de luz."
Y ahora todavía reclinado
en las anchas espaldas del sueño
si bien ellas te hunden en el pecho
aletargado del océano
buscas rincones donde la negrura
gastada no resiste ya 
investigas a tientas la pica destinada
a perforar tu corazón
para que a la luz tu corazón se abra.











Yorgos Seferis (1900-1971)
(4) de "Sobre un rayo de sol invernal"
en "Mithistórima y otros poemas"
trad. Jaime García Terrés
ed. Hyspamérica (1983)


domingo, 14 de junio de 2015

muchacho







( )

Deberemos preguntar como haces tú, deberemos
querer saber con tu corazón que florece.

Pero la sombra que hay ya dentro de nosotros
gana cada vez más tiempo, afloja todo lazo

con la vida que, aún, una fuerza amarga
nos anima en vano a vivir y comprender...

Ay, lo que tú quieres saber, muchacho, 
acabará sin ser preguntado, se perderá no dicho.












Pier Paolo Pasolini (1922-1975)
fragmento final de "A un muchacho" (1956-57)
en "La religión de mi tiempo"
trad. Olvido García Valdéz
ed. Icaria (1997)


sábado, 13 de junio de 2015

un día claro










No hay soldados en el escenario,
No hay pensamientos sobre personas ya muertas,
De cómo eran cincuenta años atrás
Jóvenes y vivientes en un aire vital,
Jóvenes y caminando a la luz del sol,
Inclinándose en trajes azules para tocar algo,
Hoy la mente no es parte del tiempo.


Hoy el aire está despejado de todo.
Carece de todo conocimiento, salvo de la nada
Y corre sobre nosotros sin significados
Como si ninguno de nosotros hubiera estado antes aquí
Y no estuviéramos ahora: en este espectáculo superficial,
Esta actividad invisible, este sentido.





No soldiers in the scenery,
No thoughts of people now dead,
As they were fifty years ago,
Young and living in a live air,
Young and walking in the sunshine,
Bending in blue dresses to touch something,
Today the mind is not part of the weather.


Today the air is clear of everything.
It has no knowledge except of nothingness
And it flows over us without meanings,
As if none of us had ever been here before
And are not now: in this shallow spectacle,
This invisible activity, this sense.













Un día claro y ningún recuerdo / A clear day and no memories
Wallace Stevens (1879-1955)
en "Poetas Norteamericanos Contemporáneos"
trad. E. L. Revol
ed. Librerias Fausto (1976)





viernes, 12 de junio de 2015

grano










Decía, pues: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.»

















Parábola del grano de mostaza
en el "Evangelio según San Lucas"
Nuevo Testamento - Biblia de Jerusalén
ed. Desclée de Brouwer (1976)



jueves, 11 de junio de 2015

botella








   Yo elevo a los comensales mis quejas en este asunto de la botella, que se ha vestido con una túnica de color negro espeso.

   Había expuesto en ella el sol del vino entre nosotros, mas este sol se ha ocultado en un ala de la noche tenebrosa.

   La botella niega con su color las luces del vino, como el corazón del envidioso niega la mano del que le favorece.















"La botella negra"
Ben Muchbar (m. 1191)
en "Poemas arábigoandaluces"
trad. Emilio García Gómez
ed. Espasa-Calpe (1940)



miércoles, 10 de junio de 2015

canto Pokomo











¡Giren y brillen, giren y brillen, aves mías!
Sobre las llanuras
¡Mis negras grullas!
Pesquen en las aguas
Después de las lluvias.
Las garzas también, alineadas todas,
¡Todas entre los lirios, vean adónde van!
Blancas flores abiertas,
Azules flores abiertas,
Todas en Shaka Babo, después de las lluvias.
















en "Poesía anónima africana"
comp. Rogelio Martinez Fure
ed. Arte y Literatura (1985)


martes, 9 de junio de 2015

animales de los espejos







   En algún tomo de las Cartas edificantes y curiosas que aparecieron en París durante la primera mitad del siglo XVIII, el P. Zallinger, de la Compañía de Jesús, proyectó un exámen de las ilusiones y errores del vulgo de Cantón; en un censo preliminar anotó que el Pez era un ser fugitivo y resplandeciente que nadie había tocado, pero que muchos pretendían haber visto en el fondo de los espejos. El P. Zallinger murió en 1736 y el trabajo iniciado por su pluma quedó inconcluso; ciento cincuenta años después Herbert Allen Giles tomó la tarea interrumpida. Según Giles, la creencia del Pez es parte de un mito más amplio, que se refiere a la época legendaria del Emperador Amarillo.
   En aquel tiempo, el mundo de los espejos y el mundo de los hombres no estaban, como ahora, incomunicados. Eran, además, muy diversos; no coincidían ni los seres ni los colores ni las formas. Ambos reinos, el especular y el humano, vivían en paz; se entraba y se salía por los espejos. Una noche, la gente del espejo invadió la tierra. Su fuerza era grande, pero al cabo de sangrientas batallas las artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron. Este rechazó a los invasores, los encarceló en los espejos y les impuso la tarea de repetir, como en una especie de sueño, todos los actos de los hombres. Los privó de su fuerza y de su figura y los redujo a meros reflejos serviles. Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico. 
   El primero que despertará será el Pez. En el fondo del espejo percibiremos una línea muy tenue y el color de esta línea será un color no parecido a ningún otro. Después, irán despertando las otras formas. Gradualmente diferirán de nosotros, gradualmente no nos imitarán. Romperán las barreras de vidrio o de metal y esta vez no serán vencidas. Junto a las criaturas de los espejos combatirán las criaturas del agua. 
   En el Yunnan no se habla del Pez sino del Tigre del Espejo. Otros entienden que antes de la invasión oiremos desde el fondo de los espejos el rumor de las armas. 













de "El libro de los seres imaginarios"
Jorge Luis Borges (1899-1986)
con la colab. de Margarita Guerrero
ed. Bruguera (1981)


lunes, 8 de junio de 2015

ecuaciones






   Historias de fantasmas escritas en ecuaciones algebraicas. Ante el pizarrón, la pequeña Emilia está aterrorizada. Las X parecen un cementerio de noche. El maestro quiere que hurgue entre ellas con un trozo de tiza. Todos los niños contienen la respiración. La tiza blanca chirría una vez entre los signos de más y menos, y luego se calla de nuevo.







   Ghost stories written as algebraic equations. Little Emily at the blackboard is very frightened. The X's look like a graveyard at night. The teacher wants her to poke among them with a piece of chalk. All the children hold their breath. The white chalk squeaks once among the plus and minus signs, and then it's quiet again.


















Charles Simic
"El mundo no se acaba"
trad. Mario Lucarda
ed. DVD Poesía (1999)

versión: Ricardo Messina








domingo, 7 de junio de 2015

oneiros IX








   El sueño es una pequeña puerta oculta a los recovecos más íntimos y secretos del alma, una apertura a la noche cósmica que ya era psique mucho antes del surgimiento de la conciencia del yo, y que seguirá siendo psique sin importar cuánto se amplíe nuestra conciencia del yo; ya que toda conciencia del yo es aislada: separa y discrimina, sólo conoce particularidades y sólo ve lo que se relaciona con el yo. Su esencia es limitación, aunque logre alcanzar las más lejanas nebulosas entre las estrellas. Toda conciencia tiende a la separación; pero en los sueños nos revestimos de similitud, de nuestro ser más universal, más verdadero, más eterno, que mora en la oscuridad de la noche primordial. Allí, el hombre es todavía la totalidad, y la totalidad vive en él, indistinguible del resto de la naturaleza y desprovisto de todo sentido del yo. 
   Es de estas profundidades en las que todo es unidad de donde proviene el sueño, por infantil, grotesco o inmoral que pueda ser. Es tan primoroso en su candor y veracidad que nos hace sonrojar por lo engañosas que resultan nuestras vidas.













C.G. Jung (1875-1961)
citado en "Imagen del Mito"
de Joseph Campbell
trad. Roberto R. Bravo
ed. El hilo de Ariadna (2012)


sábado, 6 de junio de 2015

juego








   A un muchacho que vivía al borde del mar le gustaban las gaviotas. Todas las mañanas iba al mar a jugar con ellas, y otras gaviotas llegaban, a centenares, sin parar. Su padre le dijo: "Me enterado de que las gaviotas juegan contigo. Atrápame unas cuantas para divertirme con ellas." 
   Cuando al día siguiente fue al borde del mar, las gaviotas danzaron en el aire, pero no descendieron.



















Lie Zi
trad. Iñaki Preciado
ed. Kairos (1987)


viernes, 5 de junio de 2015

silueta








Sobre una prehistórica pintura
en una roca del Sahara:
una oscura silueta nadadora
en un antiguo río que es joven.

Sin armas ni estrategia,
ni en calma ni en acción,
y separado de su propia sombra:
ella se desliza por el fondo de la corriente.

Él luchó para liberarse
de una adormecida imagen verde
para alcanzar por fin la orilla
y hacerse uno con su propia sombra.














Tomas Tranströmer (1931-2015)
"Una oscura silueta nadadora"
 en "Para vivos y muertos"
trad. Roberto Mascaró
ed. Hiperión (1992)



jueves, 4 de junio de 2015

fuente








   –Buenos días –dijo el principito.
   –Buenos días –dijo el mercader.
Era un mercader de píldoras perfeccionadas que aplacan la sed. Se toma una por semana y no se siente más la necesidad de beber.
   –¿Por qué vendes eso? –dijo el principito.
   –Es una gran economía de tiempo –dijo el mercader–. Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
   –Y, ¿qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
   –Se hace lo que se quiere...
   "Yo, se dijo el principito, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría muy suavemente hacia una fuente..."
















Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)
"El principito"
trad. Bonifacio del Carril
ed. Emecé (1963)