Apenas apuntaba el día, cuando un gato negro despertó a Zacarías al refrotarse contra su oreja.
Oyó ruido arriba, y supuso que los embalsamadores seguían trabajando, aunque había dormido varias horas. Los cinco jinetes, envueltos en sus capas, roncaban profundamente. En el fuego, la leche de una olla empezaba a hacer espuma y a subir. Zacarías se inclinó para retirar la olla del fuego. No había hecho más que iniciar el movimiento, cuando bajó Sari corriendo.
–Lo tienen colgando de una viga por los pies –dijo a Zacarías–. Parece un ciervo muerto; ¡la barba le llega al suelo! –quitó la leche del fuego, llenó una copa y se la tendió al judío–. Bebe, hermanito. La cabra ha dado un cubo lleno esta madrugada, a las tres.
–¿Cuándo terminarán? –preguntó Zacarías, bebiendo leche agradecido–. ¿Tardarán mucho?
–Terminarán hacia la salida del sol, hora en que se cuelga a los hombres. Escucha, joven Böles Kilary. Por aquí han pasado millones de muertos, y les he visto perder su pasado y su futuro. No quiero que te pase a ti lo mismo. Así que escúchame: cuando salga el sol llamaré a los ocho embalsamadores a la cocina, y les daré leche y pan. Cuando estén comiendo, me dirás: «Sari, oigo una rata en el granero; esperemos que no esté royendo al Rey Sabio». Yo contestaré: «Es verdad, yo también oigo algo allá arriba; coge esa escoba y espántala». A continuación coges tu capa y subes corriendo; cortas la cuerda del rey y huyes con él lo más deprisa que puedas: la salida más rápida es por la ventana.
–Muy bien –dijo Zacarías–; pero ¿adonde iré?
–Si todo va bien, un carnero negro estará esperando al pie de la ventana; en cuanto saltes echará a correr; y tú podrás seguirlo, porque ha sido criado allí adonde vas.
Leonora Carrington (1917-2011)
de 'La puerta de piedra' (fragmento)
en "El séptimo caballo"
trad. Francisco Torres Oliver
ed. Siruela (1992)