No temprano, tan tarde como la cercanía de mi noventavo año,
sentí una puerta abrirse en mí y entré
a la claridad del alba.
Una tras otra mis vidas previas partían,
como barcos, junto con su pesar.
Y los países, ciudades, jardines, las bahías marítimas
asignadas a mi pincel se acercaron,
ahora listas para mejor que antes describirlas.
No estaba separado de las personas, el dolor y la piedad se nos unieron.
Olvidamos –seguí diciendo– que somos todos hijos del Rey.
De donde venimos no hay división
entre Sí y No, entre es, fue y será.
Miserables, no usamos más que una centésima parte
del regalo que recibimos para nuestro largo viaje.
Momentos de ayer y de siglos atrás–
un golpe de espada, el pintado de las pestañas frente a un espejo de metal pulido, un disparo letal de mosquete, una carabela desfondando su casco contra un arrecife – moran en nosotros, esperando ser completados.
Supe, siempre, que sería un trabajador en la viña,
así como lo son
todos los hombres y mujeres viviendo a un mismo tiempo,
se den o no cuenta de ello.
'Late ripeness'
en "Second space"
Czeslaw Milosz
trad. al inglés C. Milosz & R. Hass
versión R. M.