Una huaca era al mismo tiempo una localización de poder y el poder mismo residente en un objeto, una montaña, un sepulcro, una momia ancestral, una ciudad ceremonial, un templo, un árbol sagrado, una cueva, un manantial o un lago de origen, un río o una piedra vertical, la estatua de una deidad, o una plaza venerada o un trecho donde se llevaban a cabo festividades o donde vivía un gran hombre. El poder que le permitía a los artesanos dotados producir curiosas piezas de trabajo en oro o tapicería fina, o ricas telas teñidas, y así sucesivamente, era también huaca. La coca, la hoja narcótica de la montaña, era huaca.
de 'Savia Ascendente: Poder y esencia en el universo chamánico'
cita de Brundage, Burr C.
en "El Chamán de los Cuatro Vientos"
Douglas Sharon
trad. David Huerta
ed. siglo veintiuno (1988)
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