Entreabro la puerta de nuestra habitación. En ella duermen nuestros juegos. Colocados por tu propia mano. Blasones endurecidos, esta mañana, como si fueran miel de cerezo.
René Char (1907-1988)
en "Común presencia"
trad. Alicia Bleiberg
ed. Alianza (2007)
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