lunes, 22 de junio de 2015

nave










   Si se apodera de tí el deseo de la navegación peligrosa, teme la época en que las Pléyades, huyendo de la fuerza del terrible Orión, caen en el negro mar.
   En verdad, que entonces se desencadenan los soplos de vientos numerosos. No dejes ya mucho tiempo tus naves en el negro mar; acuérdate, antes bien, de trabajar la tierra, como te aconsejo. Arrastra tu nave al continente y sujétala con piedras por todos lados, a fin de que éstas resistan a la fuerza de los vientos húmedos y de que se vacíe la sentina, a fin de que la lluvia de Zeus no pudra la nave. Lleva todo el aparejo a tu morada, y pliega con cuidado las alas de la nave que surca el mar. 
















Hesíodo (s. VII a.C.)
de "Los trabajos y los días"
en "La antiguedad frente a sí misma"
ed. Ediciones de la Banda Oriental (1977)


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