En abril, precedido por la floración profética de la rama del ciruelo, comienza sobre la tierra el trabajo del Agua, áspera sirvienta del Sol. Disuelve, caldea, ablanda, penetra, y la sal se vuelve saliva, persuade, masca, mezcla, y en cuanto la base está de ese modo, la vida empieza, el mundo vegetal empieza por todas sus raíces a absorber del fondo universal. El agua ácida de los primeros meses poco a poco se transforma en un jarabe espeso, un trago de licor, una miel amarga cargadísima de potencias sexuales...
Paul Claudel (1868-1955)
cit. en "El agua y los sueños"
Gaston Bachelard
trad. Ida Vitale
ed. Fondo de Cultura Económica (1978)
No hay comentarios:
Publicar un comentario