jueves, 13 de julio de 2017

floración profética





   En abril, precedido por la floración profética de la rama del ciruelo, comienza sobre la tierra el trabajo del Agua, áspera sirvienta del Sol. Disuelve, caldea, ablanda, penetra, y la sal se vuelve saliva, persuade, masca, mezcla, y en cuanto la base está de ese modo, la vida empieza, el mundo vegetal empieza por todas sus raíces a absorber del fondo universal. El agua ácida de los primeros meses poco a poco se transforma en un jarabe espeso, un trago de licor, una miel amarga cargadísima de potencias sexuales...




















Paul Claudel (1868-1955)
cit. en "El agua y los sueños"
Gaston Bachelard
trad. Ida Vitale
ed. Fondo de Cultura Económica (1978)

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