Ascendíamos girando constantemente, a través de luz y sombras, seguimos
hasta el paso, cerrado en invierno, acabado de desembarazar
de seis metros de nieve. Y después bajamos. Delante de nosotros,
muy abajo,
un arco iris: por primera vez en mi vida visto desde arriba, por ello
no medio arco, no, entero, el perfecto círculo de luz,
la sombra del coche en el centro: un aéreo cubo negro
en el rojo y azul, violeta y púrpura de la flotante rueda celeste.
La vista elevó el corazón creando un instante de comunión con el
milagro de la vida,
volvió a crear lo que dejábamos detrás, en un remolino, un humo de luz,
la negra playa de lava, la bahía azul, el deslumbrante mar de nubes y
el marrón rojizo
de las sagradas islas de las montañas. Tan transparente y nítido,
indestructible, efímero, fue el regalo de despedida de las alturas.
Thorkild Bjørnvig (1918-2004)
"A través del arco iris" (1987)
en "Poesía Nórdica"
trad. Francisco J. Úriz
ed. De la Torre (1995)
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