Cuando dejé al rey empecé a ensayar lo que le diría al mundo: largos ensayos llenos de revisiones, aplausos imaginarios, humillaciones, edictos de venganza. Me hinché mientras conspiraba con mi ambición, luché, me expandí, y cuando se cumplió la fecha, dí a luz a un mono. Después de algún pequeño e inevitable malentendido, el mono se volvió contra mí. Cojeando, tropezando, huí hasta los patios barridos del rey. «¿Dónde está tu mono?», el rey me exigió. «Tráeme a tu mono.» El trabajo es lento. El mono es viejo. Hace el payaso tras los barrotes, imitando nuestras manos en el sueño. Finge ignorar mi sentido oficial de la urgencia. ¿Qué rey?, quiere saber. ¿Qué patio? ¿Qué camino?
Leonard Cohen
"Salmos - el libro de la misericordia"
trad. Alberto Manzano
ed. Fundamentos (1986)
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