Un barquero de Tianjin soñó una noche que se le aparecía un hombre y le decía:
–Dentro de poco vendrá un viajero cargado de cestas de bambú a requerir tus servicios como barquero. Pídele por el lanchaje mil onzas de plata. Si no te las da, no lo transportes.
El barquero no hizo caso del sueño. Pero al poco tiempo soñó que aparecían dibujados en la pared tres signos y una voz le decía:
–Si se muestra avaro con el precio, dibújale estos tres signos.
Al despertarse, el barquero se quedó atónito: en la pared estaban dibujados los tres signos con que había soñado. Pero no logró descifrar su significado por más esfuerzos que hizo.
Al día siguiente el sol ya estaba por ponerse cuando se acercó un hombre montado en un burro. Transportaba un cargamento de cestas de bambú y le preguntó el precio que le cobraría por utilizar sus servicios. El barquero le dio el precio que le habían dicho en sueños y el hombre se rió. Después de mucho porfiar, y como el hombre no aceptara el precio, el barquero dibujó los caracteres que había visto escritos en la pared. El hombre se quedó lívido y desapareció al instante. Al mirar dentro de los cestos, el barquero vio que éstos contenían millares de ataúdes minúsculos, del tamaño de un dedo. Dentro de ellos sólo había unas gotas de sangre.
El barquero preguntó el significado de los signos a mucha gente, pero nadie supo contestarle. Al poco tiempo estalló la sublevación de Wu y los insurrectos murieron a millares. Sus cadáveres llegaron a ser tantos como los ataúdes minúsculos que había dentro de los cestos.
Esta historia me la contó Tu Baishan.
Pu Songling (1640-1715)
"Ataúdes minúsculos"
en "Cuentos de Liao Zhai"
trad. Laura A. Rovetta y Laureano Ramírez
ed. Alianza (1985)
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