«Aquellos sabios antiguos que trataban de asegurar la presencia de los seres divinos mediante la construcción de santuarios y estatuas, (...) mostraban discernimiento en la naturaleza del Todo. (...) Percibían que, aunque esta Alma [el Alma del Mundo] es dócil en todo lugar, su presencia se asegura mucho más fácilmente cuando se elabora un receptáculo apropiado, un lugar especialmente capaz de recibir alguna de sus partes o fases, algo que la reproduzca y sirva como un espejo para captar una imagen de ella».
Plotino (204-270 d. C.)
de 'Las imágenes sagradas'
en "El templo del cosmos"
Jeremy Naydler
trad. María Tabuyo y Agustín López
ed. Siruela (2003)
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